DictaduraViolencia

Luis Betancourt O.: «Mil milicianos»

 

«La guerra es mala pero peor es

es la esclavitud»

Winston S. Churchill

 

Los enfrentamientos entre nuestros militares y unos guerrilleros colombianos, disidentes de otros disidentes pero que no son aliados de Maduro como los miembros del ELN o las FARC de la cual disienten, han estado caracterizados por la falta de información oficial o, peor aún, de partes militares y policiales no confiables. No obstante a lo anterior, se ha filtrado la muerte de cinco oficiales, entre mayores, capitanes y tenientes, y algunos sargentos y personal de tropa, además de muchos heridos, entre los cuales un teniente coronel.

El resultado de esos enfrentamientos y las bajas sufridas no reportan el rescate de nuestro territorio invadido ni la pacificación de la zona venezolana del estado Apure. Muy por el contrario, la situación militar sigue indefinida con el agravante que una parte considerable de Venezuela está ocupada y bajo el control de fuerzas armadas extranjeras irregulares. No sólo son extensiones del estado Apure sino de otros estados de la república como Amazonas, Bolívar, Guárico, Barinas, Táchira, Mérida, Cojedes, Zulia y hasta zonas cercanas a Caracas. En fin, Venezuela es un país invadido, amputado y, en buena parte, sometido a fuerzas extranjeras beligerantes que agreden diariamente a nuestros ciudadanos, los despojan de sus bienes, los extorsionan, secuestran y matan.

Todo lo anterior ocurre bajo la mirada indolente y cómplice de unas autoridades militares y civiles llamadas, constitucional y legalmente, a proteger a los ciudadanos y el territorio venezolano.

Ahora, ayer mismo, se anuncia que para someter a los disidentes de los disidentes amigos de Maduro y también ocupantes de nuestra Patria, se va a enviar una «fuerza de mil milicianos» en sustitución de los efectivos de nuestras Fuerzas Armadas que han combatido y muerto sin lograr meter en cintura a esos perturbadores de los invasores autorizados por quienes, de parte del régimen cubano, controlan y manejan los intereses en Venezuela del castrochavismo.

Yo no sé cómo han recibido e interpretado los oficiales dignos de nuestras FAN, que los hay y muchos, esta vergonzosa noticia que deja muy mal parada esa institución fundamental del país y que reviste, como tantas otras del castrochavismo, carácter de monstruosa irresponsabilidad.

Nuestras Fuerzas Armadas Nacionales -sin necesidad de más apellidos lastrantes- nacieron en los primeros años del siglo pasado como institución indispensable para lograr la pacificación entre venezolanos, agotados en guerras fratricidas por rivalidades feudales de una república por hacer. Luego de lograr su propósito inicial, sirvieron, a despecho de muchos oficiales aherrojados por su ansia de libertad, de columna de gobiernos de distinto y evolutivo carácter civilizatorio, hasta que en octubre de 1945 jóvenes oficiales y políticos democráticos dieron un vuelco definitivo a su función y presencia histórica. Después del paréntesis perejimenista, desde 1958 se convirtieron en liberadores del ansia democrática moderna del país y su principal factor: Sin las FAN no sólo no hubiera resurgido la democracia en Venezuela sino que no se hubiera mantenido para lograr el periodo más constructivo, civilizado y patriótico de nuestra historia reciente: La era democrática, nacida del puntofijismo y desarrollada por un pueblo guiado por ilustres estadistas y jóvenes decididos, entre los cuales hay que sumar a la juventud militar de esa época.

En la defensa de la democracia hubo que enfrentar la invasión castrista, intentada en nuestras costas, montañas, liceos, universidades y pueblos y que fue posible derrotar militarmente por unas FAN que hicieron historia en las experiencias similares del mundo. En esa lucha militar nuestras FAN crearon doctrina, métodos, tácticas y estructuras que fueron admiradas por propios y extraños, y que nos obligaron a prestar asesoría a otras fuerzas del continente que también combatían contra el embate castrista. De allí nacieron, por ejemplo y entre otras cosas, nuestros ágiles y eficientes Batallones de Cazadores, que recogían los más nutridos aplausos en los desfiles militares y que fueron guías de sus compañeros. Nuestros oficiales de esas camadas se mostraban satisfechos ante sus compatriotas, que no los temían sino querían. Hoy qué es de ellos, qué se han hecho ¿Es que los derrotados de entonces que hoy nos someten y avergüenzan con la entrega de Venezuela y sus recursos al invasor castrista los han desaparecido y difuminado?

¿Qué ha pasado con nuestras FAN y sus heroicos componentes de ayer? ¿Cuál es la razón para suplantarlos por unos milicianos que no resolverán nada en favor del país?

Ese anuncio de un envío de «mil milicianos» no es otra cosa que un nuevo insulto a los verdaderos oficiales militares y sus tropas porque se les teme como vanguardia de un pueblo que aspira y merece una vida libre en una patria soberana como era la República de Venezuela, que volverá.

 

Caracas, 18 de abril de 2021

 

Luis Betancourt Oteyza

 

 

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