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Luis Velásquez – Donald Trump: la saga continúa

 

El futuro judicial del expresidente Trump está lleno de incógnitas y mantiene en vilo a la sociedad norteamericana. El momento exacto en el que se puede o no producir la imputación, nadie lo sabe, y menos de un eventual arresto. El motivo no es más que un pago secreto que Trump le habría hecho a la estrella de cine porno Stormy Daniels, con el objetivo de comprar su silencio y enterrar un love-affaire que habrían tenido antes de las elecciones de 2016, que lo llevo a la Casa Blanca.

Pero quizás lo que causó impacto fue el mensaje que hizo publicar el sábado 18 de marzo del corriente año 2023 en su red social «Truth Social» diciendo: Me arrestarán el martes 21«, e inmediatamente convocó a sus seguidores a protestar para recuperar la nación; así mismo acusó a la oficina del fiscal del distrito de Manhattan de corrupta y de estar altamente politizada.

Ciertamente, el martes, el miércoles el jueves y el viernes pasaron sin que el fiscal decidiera el destino judicial del Sr. Trump. 

La escritora española Carmela Ríos publicó, recientemente, un artículo en el diario El País titulado “Trumpinator”; en él señalaba: “Como un mal dolor de muelas, Trump ha vuelto”. Y es que su regreso a las redes sociales ha permitido al expresidente alentar a sus seguidores a salir a la calle, a manifestar en pro del rescate del país, en nombre de un fraude electoral no demostrado, tal como sucedió en enero de 2021.

La pregunta que se hace una parte de la sociedad norteamericana es si ese nuevo llamado, ya no es razón suficiente para dejarlo fuera del tablero político del país, por más tiempo.

Tamaña decisión tiene en sus manos el fiscal de Manhattan Alvin Bragg, porque no se trata de cualquier ciudadano de a pie, es expresidente de Estados Unidos, candidato aspirante a repetir para el cargo por el Partido Republicano en las próximas elecciones de 2024; además, a pesar de que perdió contra Biden, obtuvo el apoyo de 74 millones 222 mil 958 votos, y por si fuera poco es el candidato más popular del Partido Republicano para las próximas elecciones.  Vale señalar que esos votos no fueron suficientes para superar los 81 millones 283 mil 098 votos que obtuvo el actual líder de la Casa Blanca, Joe Biden, quien hizo historia al convertirse en el primer presidente con más de 80 millones de votos a su favor.

A partir de ese momento el expresidente no ha dejado de estar presente en el diario devenir de la sociedad con sus destempladas declaraciones políticas, o con sus reiterados deseos de repetir, en el 2024, como Presidente de Estados Unidos.

Pero no es sólo el caso de la Sra. Daniels lo que lo tiene bajo la lupa de la justicia, sino también su supuesta implicación en el asalto al Capitolio el 6 de enero de 2021. El Departamento de Justicia tiene abierto el mayor proceso de la historia de Estados Unidos y, como parte de él, indaga en los supuestos intentos de bloquear la transición pacífica del poder por parte de quien fue derrotado en las urnas por Biden.

Está por verse si lo consideran responsable del ataque al Capitolio, como concluyó el comité de la Cámara que lo investigó durante un año y medio, así como del supuesto intento de influir en funcionarios republicanos para que revirtieran el resultado de las presidenciales en el Estado de Georgia. También tiene abierta causa por los centenares de documentos clasificados, de su etapa como presidente, que se llevó consigo al dejar el cargo y que el FBI encontró en su residencia en Florida, sin contar con varios procesos civiles en su contra por sus negocios en Nueva York.

¿Qué viene de ahora en adelante?

Que los miembros del gran jurado que instruye el proceso y, ante los que el fiscal Bragg ha construido su caso, voten a favor o en contra del procesamiento del expresidente Trump. Es importante indicar que para que sea procesado tienen que votar a favor al menos 12 del total de 23 ciudadanos de Manhattan que componen dicho gran jurado, y si lo imputan deberá presentarse ante el Tribunal.

Si no lo hace podrían verse obligados, (algo improbable), a emitir una solicitud de extradición a Florida que tendría que ser autorizada por el gobernador Ron DeSantis, al que todos los análisis sitúan como el contrincante de mayor envergadura de Trump en la carrera por la designación candidatural republicana para las elecciones presidenciales del año que viene.

En el seno del Partido Republicano hay una gran preocupación por la decisión que deberá tomar el fiscal Bragg sobre si debe o no de imputar al expresidente; eso se debe a que pase lo que pase las encuestas continúan demostrando que sigue siendo el candidato preferido por las bases del partido para la designación presidencial. Según el promedio que ofrece la encuestadora de opinión Real Clear Politics, el expresidente Trump aventaja en 15 puntos a DeSantis (44,4% frente a 29,1%). Es el candidato más popular que tiene el Partido Republicano.

El tema es tan delicado que si uno de los miembros del gran jurado vota en contra de la imputación, se correría el riesgo no solo de bloquear un veredicto de culpabilidad si no además de validar la afirmación de Trump de que solo se trata de un proceso político. Y si lo imputan se correría el riesgo de que aquellos que lo apoyan provoquen alzamientos en todo el país. Algo que Donald Trump ya ha convocado, bajo el lema de recuperar el país. No la tiene fácil el fiscal Bragg.

De momento, el Partido Republicano ha cerrado filas en torno a la que aún es su figura de mayor ascendente político. Sin embargo creo que los republicanos apoyarán a Trump hasta un determinado plazo de tiempo, pero no se sabe cuánto durara ese apoyo, ya que al final el partido es más importante y el objetivo partidista de regresar a dirigir el país es vital.

Si el fiscal Bragg imputa al expresidente, se empezará a escribir otra historia y tendrán que hacer crecer los números del gobernador DeSantis en su aspiración de llegar a la Casa Blanca de manos de su partido.

Como si fuera poco el escándalo sexual, el 26 de marzo del corriente año el expresidente Trump participó en la ciudad de Waco, Texas, en un acto en homenaje a los insurrectos del 6 de enero y se declaró “el hombre más inocente de la historia”. Fue un homenaje a los que asaltaron el Capitolio, después de haber dicho en su red social, Truth, que había riesgo de “muerte y destrucción si el fiscal de Manhattan me imputa, por el caso Stormy Daniels”.

No obstante es de hacer notar que si bien es cierto que comprar el silencio de alguien es, sin duda, el menos grave de los delitos, la declaración de falsos honorarios por concepto de servicios jurídicos representa para la justicia estadounidense encubrimiento de un fraude fiscal en el estado de Nueva York. Aparentemente, dichos pagos se habrían realizado con fondos de su campaña para las presidenciales de 2016.

Esperaremos y veremos.

 

Luis Velásquez –   Embajador

 

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