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Maduro pierde otro aliado en la región con la caída de Bouterse en Surinam

La excolonia holandesa cambia de presidente y se distancia de la Venezuela chavista

La era Bouterse terminó formalmente este lunes en Surinam con la elección de Chan Santokhi como nuevo presidente del país. Estrecho aliado del régimen chavista, a cuyos negocios ilícitos se le ha vinculado, Desiré Bouterse llevaba desde 2010 en el poder, al que regresó democráticamente después de ocho años de presidencia «de facto» (1980-1988) tras un golpe militar. Bouterse, condenado por narcotráfico y por la muerte de una docena de opositores, ha mantenido el apoyo de Surinam a Nicolás Maduro en los organismos regionales a pesar del rechazo internacional generalizado.

El cambio político en la excolonia holandesa ha sido más claro que el aparentemente operado en la vecina Guyana, la excolonia británica en la que David Granger, que venía siendo aliado de Maduro pero que ya había comenzado a marcar distancias, se resiste a dejar la presidencia tras su derrota en las elecciones de marzo.

Ya no interesa el petróleo venezolano

Guyana y Surinam, los dos países menos poblados y más pobres de Sudamérica, han empezado a nadar en petróleo. Eso no solo les da independencia respecto a Venezuela, cuya petrolera, PDVSA, ha ejercido una gran influencia a través del consorcio de Petrocaribe, sino que incluso los pozos de Guyana y Surinam pueden competir con los venezolanos, ahora en una grave crisis de producción. Guyana ya está realizando extracciones en abundancia, en una zona marítima históricamente disputada con Venezuela, y Surinam acaba de hallar una cantidad significativa de petróleo en un área «offshore» limítrofe a la guyanesa.

Los altos ingresos por hidrocarburos, no obstante, podrían alimentar la corrupción en ambos países, en los que ya es alta. En el caso de Surinam, además, difícilmente Bouterse dejará de dominar al menos parte de las redes de crimen organizado que controla, lo que lesionará la autoridad del nuevo presidente. Pero si bien corrupción y negocios ilícitos pueden seguir creando alianzas con el chavismo, Maduro pierde formalmente apoyo diplomático. En el Caribe ya solo cuenta con la incondicionalidad de microestados como Antigua y Barbuda y San Vicente y Granadinas.

Redes criminales

Bouterse y su Partido Nacional Democrático perdieron las elecciones parlamentarias celebradas el pasado 25 de mayo, en las que obtuvieron 16 escaños frente a los 20 logrados por Santokhi y su Partido Reformista Progresista. Bouterse exigió una revisión de los resultados, que se confirmaron definitivamente tres semanas después. El presidente del país es elegido por la Asamblea Nacional, y en esta Santokhi ha logrado sumar una mayoría de 33 escaños gracias al apoyo de otros tres pequeños partidos.

Ha sorprendido la escasa resistencia de Bouterse a dejar el poder, a pesar de que eso le complica seriamente el futuro. Hasta ahora había conseguido cierta inmunidad ante la sentencia condenatoria por asesinato de opositores en 1982. Anteriormente, en 1999 fue juzgado en ausencia en Ámsterdam y condenado a 16 años de prisión por narcotráfico, sentencia que no ha cumplido y que le obliga a evitar viajes al extranjero. Responsable ya de dos golpes de estado previos, nada es descartable tratándose de Bouterse.

Bouterse convirtió a Surinam en «el perfecto paradigma del estado criminalizado», en el que se ha dado una estructura criminal integrada verticalmente y donde «las principales autoridades del país han estado implicadas, activamente o mediante aquiescencia pasiva, en actividades de crimen trasnacional», según un informe del investigador Douglas Farah publicado en 2017 por el «think tank» SFS de Washington.

Dada la ubicación y las condiciones geográficas de Surinam, este país es una «zona de tránsito» ideal para las rutas de narcotráfico de la cocaína que sale de Colombia y pasa por Venezuela con destino a África y luego a Europa. Con áreas muy poco pobladas –la mitad de los 600.000 habitantes residen en la capital, Paramaribo, que está en la costa–, y con fronteras no custodiadas en zonas montañosas y selváticas en Surinam se ha desarrollado la minería ilegal de oro, el narcotráfico y el lavado de dinero.

El hijo de Bouterse

Además de sus estrechos contactos con el chavismo, Bouterse ha mantenido relaciones con las FARC de Colombia y grupos mafiosos de Brasil. Precisamente, su hijo Dino fue expulsado de ese país a finales de la década de 1990 por aprovechar un puesto diplomático para el tráfico de cocaína.

Después de que su padre ganara las elecciones de 2010, Dino Bouterse fue nombrado jefe de la Unidad Antiterrorista de Surinam, a pesar de haber sido condenado por tráfico de armas y droga. En 2013 facilitó pasaportes diplomáticos a dos informantes de la DEA estadounidense que se hicieron pasar por militantes de Hezbolá, a los que ofreció la entrega de droga, armas e instalaciones donde esconderse y entrenarse. Esto llevó a su detención en Panamá y posterior traslado a EE.UU., donde en 2015 fue sentenciado a 16 años de cárcel.

 

 

 

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