El jefe del régimen chavista Nicolás Maduro prepara la agenda o su pliego de peticiones para la reunión que sostendrá con su adversario Juan Guaidó. En primer lugar pedirá que lo reconozca como presidente de Venezuela, que deje de llamar a intervenciones militares y que se opone a la presidencial.
En un breve mensaje transmitido por la estatal Venezolana de Televisión, el jefe del régimen ratificó su disposición a conversar con la oposición y el presidente encargado de Venezuela, Juan Guaidó.
Hace tres días el también presidente del parlamento legítimo lanzó la propuesta del Acuerdo de Salvación Nacional, lo que es una hoja de ruta para ir a elecciones presidenciales y legislativas libres a través de una negociación con el régimen de Maduro y la comunidad internacional con el incentivo de levantar progresivamente las sanciones a medida en que se vaya cumpliendo el pacto.
La propuesta ha sido ampliamente aceptada tanto por sectores de la oposición incluído Henrique Capriles y como del chavismo a saber: Maduro, el presidente de la Asamblea Nacional no legítima, Jorge Rodríguez y el ministro de Defensa, Vladimir Padrino López.
Los hermanos Delcy y Jorge Rodríguez llevan la voz cantante en el pliego de peticiones que llevará el chavismo a la mesa de negociaciones. La vicepresidente Delcy Rodríguez adelantó que «no incluyen las elecciones presidenciales», mientras que su hermano el presidente del parlamento ilegítimo sostiene que Guaidó debe entregar las filiales de PDVSA como Monómeros y Citgo y reconocer supuestos delitos de corrupción.
Fase preliminar
La posibilidad cierta de las reuniones entre los dos sectores aún está en fase preliminar y no está definida en cuanto a cómo serán conformadas las comisiones y sus representantes. Tampoco han escogido el lugar y el mediador, aunque Guaidó dijo que aceptaría la participación de Noruega.
En las dos partes parece que hay prisa e intención por acelerar el acuerdo de negociación debido a que «no hay tiempo que perder» vista la magnitud de la crisis que ha empeorado y los fracasos de las cuatro anteriores tentativas de dialogo.
En ese sentido el embajador de EEUU designado en Caracas, James Story, dijo desde su oficina en Bogota que en «breve» se van a anunciar las comisiones y sus representantes que van a integrar la mesa de diálogo.
Este viernes por las tarde, Maduro reiteró su disposición para dialogar con la oposición y con el presidente encargado de Venezuela Juan Guaidó y parece tener prisa porque ya se está preparando para la reunión con su adversario.
En ese sentido dijo que está «realizando la agenda con los puntos a tratar. Primer punto, que abandonen el camino del intervencionismo y golpismo, de llamar a invasiones en contra del país, deben reconocer la Constitución».
El segundo punto planteado es «que rinda cuentas de todos los recurso que le ha entregado EE.UU. para conspirar y regresen todas las cuentas bancarias, la empresa CITGO y Monómeros a manos del Estado venezolano».
«La ultraderecha anda ahora que quiere sentarse con Nicolás Maduro, la ultraderecha extremista que congeló y se robó el dinero del país, que organizó invasiones contra Venezuela, que organizó golpes de Estado, que pretendió de manera trágica cómica asumir vía de facto el poder político con el apoyo de potencias imperialistas y no pudo, ahora dice que quiere sentarse a hablar. Estoy de acuerdo», reiteró al aceptar sentarse a conversar con Guaidó.
La clave: las elecciones presidenciales
Guaidó también se está enfocando en el diálogo y dice que no va a responder a las «tonterías» de Jorge Rodríguez. Su hoja de ruta es pública y todo el mundo la conoce, ahora se inicia un proceso empedrado.
Muchos analistas dicen que la clave del futuro acuerdo político es la elección presidencial, la que no tiene vuelta atrás aunque la vicepresidente la descarte por cuanto en 2022 según la Constitución se activará el referendo revocatorio que es a la mitad del segundo mandato ilegítimo del usurpador Maduro.
La propuesta de Guaidó ha logrado unir a factores opositores como Henrique Capriles, María Corina Machado y la disidencia chavista de Nicmer Evans del Movimiento Democrático de Inclusión (MDI) que impulsan el ‘tic tac’ del revocatorio presidencial.