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Marcelino Miyares: Una Bitácora Cubana (LXII)

UNA BITÁCORA CUBANA (LXII)

1- Obviamente, el tema inicial de esta primera Bitácora del año 2021 (que todos deseamos sea mucho mejor y auspiciante que el terrible año pasado) es el reciente cambio de administración norteamericana, y particularmente su relación futura con Cuba.

La relación Cuba-Estados Unidos es antigua, de encuentros y desencuentros de todo tipo, aunque siempre inevitables ya que ambas naciones no pueden escapar de los lazos determinados por la geografía y la cultura. Asumieron un escenario de conflicto ineludible a partir de la llegada de la llamada revolución cubana, y la ruptura formal de relaciones el 3 de enero de 1961, pocos meses antes del mes de abril de ese año, y el desastre de Bahía de Cochinos (donde quien redacta estas líneas estuvo presente). Y a lo largo de más de sesenta años, la brutalidad e inhumanidad de una tiranía que atenta contra la esperanza de un cambio para bien, para la ansiada unidad en libertad y progreso al que puedan tener acceso todos los cubanos, cada uno con sus esperanzas y pareceres.

¿Qué esperar de la administración de Joe Biden? En Bitácoras anteriores hemos publicado diversas notas al respecto. Un dato central: la desastrosa situación socio-económica de la Isla en plena pandemia, así como la emergencia de crecientes protestas sociales.

 Y el mundo está comenzando a mirar con otros ojos a un régimen que desde que llegó Díaz-Canel ha incrementado la persecución a todo tipo de disidencia, no solo política (o sea, simplemente al no hacer caso, de forma cuasi robótica, a cualquier decisión gubernamental).

 Cambian leyes, reforman la Constitución, anuncian cambios monetarios, pero no tocan lo esencial: una manera de entender la sociedad, el trabajo, las relaciones humanas, condenada al más absoluto fracaso.

 Veamos la opinión de Carlos Alberto Montaner, en un artículo titulado “Biden y Cuba”.

 

 

El régimen de La Habana está desesperado. Pretende que Biden, cuando comience a gobernar, le saque las castañas del fuego. Venezuela está en la lona. La crisis no tiene fin y se agravará con cada día que pase. Las relaciones con Rusia no son buenas. Cuba no tiene dinero para pagarle a Moscú las obligaciones a las que se había comprometido tras la condonación de las nueve décimas partes de la deuda. La Habana comisionó a Ricardo Cabrisas para que le explicara a Rusia la mala nueva. Obviamente, el señor Cabrisas le echó mano a la excusa de la devastación dejada por el coronavirus y, claro, al socorrido embargo.

El problema coyuntural es la pandemia, pero el problema de fondo es el sistema. No funciona. No ha funcionado nunca en ninguna latitud ni con cualquier tipo de líderes. Es verdad que Fidel Castro era un caotizador, pero Stalin, Gomulka, Rákosi o Mao no lo eran y también fue un desastre.

Sencillamente, si se trata de crecer e innovar, no hay sustituto para el sistema de propiedad privada y mercado. Los chinos y los vietnamitas lo han demostrado otra vez. Es cierto que no tienen regímenes democráticos, y eso es una gran calamidad, pero al menos tienen desarrollo. Cuba carece de desarrollo y de libertades y quiere que otros le financien el desaguisado.

China tampoco es una fuente probable de ayuda. No parece interesada en irritar más a Washington. Además, como es un país muy viejo, y con buena memoria, sabe que ayer, en el siglo XIX, el emperador del Celeste Imperio le escribió a los reyes de España preocupado por el rumor de que en la lejana Cuba, entonces colonia española, los criollos se hubieran comido –literalmente– a un par de chinos. “Comerse a un chino por la trenza” no es, pues, una metáfora popular que denota el hambre habitual vinculada al comunismo, sino una triste historia real. O un rumor, pero ya sabemos que cuando el río suena, es porque algo trae.

No creo que Biden muerda el anzuelo. (…)

En realidad, Joe Biden no tiene que tomar una decisión precipitada en el tema cubano. Tiene todo el tiempo del mundo para ver cómo evolucionan las cosas. El régimen cubano es el que necesita desesperadamente a EE UU y no al revés. Washington puede sentarse a esperar y tener en consideración varios asuntos muy notables. (…)

No todo lo que hizo Donald Trump estaba equivocado. Fue correcto mudar la sede diplomática a Jerusalén (como había prometido el Congreso), revisar el tratado con Irán y organizar el respaldo  internacional a la oposición democrática venezolana. De la misma manera, castigar a los corruptos y a los violadores de los Derechos Humanos con sanciones personales tiene un amplio respaldo en el mundo entero y en la sociedad norteamericana. Al fin y al cabo, se iniciaron con Bill Clinton y luego siguieron George W. Bush y Barack Obama.

Es legítimo que Biden trate de conquistar para el Partido Demócrata el estado de Florida en las próximas elecciones con sus 29 votos electorales. Los hispanos son un tercio de los votantes en Florida. Es difícil que eso se pueda lograr sin el respaldo cubano, venezolano y nicaragüense. En ese sentido, las sanciones personales contra los violadores de los derechos humanos y los corruptos son medidas plausibles. (…)

En todo caso, un gran experto en las relaciones de EE UU y Cuba me escribió algo que me dejó pensando: «Las medidas del trumpismo y otras anteriores se pudieran revisar unilateralmente a la luz de avances concretos, verificables e irreversibles en el proceso de reformas internas en Cuba, emprendidas por el Gobierno cubano en el campo económico y de derechos civiles». Antes me había dicho que el régimen, si quería abrirse, tenía una oportunidad dorada con el Movimiento San Isidro, un grupo de artistas y músicos que protestó por la represión de que era objeto. Sencillamente, la dictadura no puede ignorar a la oposición.

Por ahí, sospecho, van los tiros.

 

 

2- En ese mismo orden de ideas, Diario de Cuba, entre muchos medios, nos informa que varios congresistas solicitan que el Gobierno de Cuba no sea sacado de la lista de patrocinadores del terrorismo. Los encabeza la representante y conocida comunicadora María Elvira Salazar, quien afirma que ‘la dictadura castrista sigue exportando el terrorismo a lo largo y ancho de nuestro hemisferio’. No solo es cierto, sino que jamás ha dejado de hacerlo. Lo considera casi un privilegio (“revolucionario”) y una obligación (¿se acuerdan del “internacionalismo proletario”?, uno de los principios mayores de los partidos comunistas del mundo entero, y que fuera proclamado por primera vez por Marx y Engels en el Manifiesto Comunista).

De la misma manera que el PC-Cuba se indigna cada vez que alguien reclama la situación interna del país, se siente con todo derecho a tener presencia y de tratar de influir en la situación de otros países; allí está la tragedia venezolana, monitoreada desde La Habana, o las recientes declaraciones del presidente colombiano por la injerencia cubana en su país, sin olvidar su presencia en Nicaragua, o su apoyo irrestricto a los grupos narcoterroristas de la guerrilla colombiana (a los cuales incluso ofrece asilo a sus dirigentes en la Isla, con el mayor confort, mientras el pueblo sufre una aguda escasez de alimentos y medicamentos).

 

 

3- Corroborando lo dicho por Montaner sobre la desesperada situación en Cuba, en 14ymedio apareció una nota en la cual se afirma una verdad conocida: “2020 fue el año más duro para Cuba”. Sí, a pesar de la terrible historia pasada, del Periodo Especial, de tantos momentos terribles padecidos por nuestros hermanos allá.

Lo afirma, con datos contundentes, el Centro Cubano de Derechos Humanos (CCDH), en su Informe de diciembre pasado, que destaca asimismo que a la pandemia se unen la escasez y la falta de libertades. Veamos un extracto de la información:

 

El Centro Cubano de Derechos Humanos (CCDH) es contundente en su informe de diciembre: el año que acaba de terminar ha sido «el más duro» para la Isla. Las razones, según la organización dirigida por Marta Beatriz Roque, no se deben solo a la pandemia de covid-19, sino a «la escasez, la falta de libertades y la vida reprimida que lleva el cubano, dedicada básicamente a subsistir».

En su introducción al documento, Roque vaticina que 2021 «implicará un panorama laboral y económico considerado como de los peores en la historia de la nación, en medio de un escenario de conflictos sociales agudizados». (…)

Asimismo, subraya que el Gobierno mantiene su acoso a los participantes en el acuartelamiento de San Isidro en noviembre, con el objetivo de «prohibirles salir» de sus casas, entre ellos a Luis Manuel Otero Alcántara, Ileana Hernández, Esteban Rodríguez, Maykel Castillo, Omara Ruiz Urquiola, Anamelys Ramos, Zuleydis Gómez Cepero y Héctor Luis Valdés Corcho.

También se hace mención a la vuelta a los actos de repudio de manera generalizada «para intentar desmoralizar a los ciudadanos que disienten dentro del país».

Aparte de reproducir la lista de los 138 presos políticos recopilada por Prisoners Defenders, CCDH recoge 103 detenciones arbitrarias llevadas a cabo por parte de la Seguridad del Estado en diciembre (algo menos que las 119 de noviembre) y 144 actos de hostigamiento. Entre los arrestados figura el editor jefe de 14ymedio, Reinaldo Escobar, el pasado 11 de diciembre, retenido durante más de cinco horas.

El informe se extiende sobre la llamada Tarea Ordenamiento, las medidas que entraron en vigor el 1 de enero para, según el Gobierno, hacer frente a la crisis, entre ellas la eliminación de la doble moneda, y cuya primera consecuencia ha sido un aumento de los precios de telecomunicacionestransporte y algunos alimentos.

 

 

4El castrismo se quita la careta y es ‘neoliberal’. Título de una muy buena nota de Roberto Álvarez Quiñones en Diario de Cuba. Afirma con ello que detrás de la llamada “Tarea Ordenamiento lo que hay es una terapia de choque “neoliberal”, quizá la peor en la historia continental. Lo llama el “neoliberalismo socialista” o “socialismo neoliberal” (favor no confundir con el “socialismo de mercado” de los comunistas chinos, o con las locuras extremas de sus amigos coreanos, con su monarquía comunista). Para el periodista, esta terapia supera a todas las propuestas en décadas pasadas por el Fondo Monetario Internacional; ¿cuál es la diferencia fundamental? Álvarez Quiñones nos lo dice:

 

Terapia de choque castrista supera a las del FMI

El FMI hace sus recomendaciones antes de prestar divisas a gobiernos con el propósito de sanear las finanzas y evitar una alta inflación. Pero las medidas impuestas (no recomendadas por nadie) por Raúl Castro no son para obtener préstamos y sanear las finanzas, sino que agudizarán la quiebra financiera de Cuba y dispararán la inflación porque no van acompañadas de más producción y servicios. El general se niega a liberar las fuerzas productivas.

En Chile las protestas «antineoliberales» de 2019 no fueron espontáneas, a causa de la subida de cinco centavos, de 1,12 a 1,17 dólares (solo un 3,7%) del precio del metro de Santiago, alza que enseguida anuló el presidente Sebastián Piñera. El vandalismo se produjo porque entró en acción la maquinaria terrorista cubana, junto a anticapitalistas chilenos, de Venezuela, Perú, Colombia, y otros países, para desestabilizar a un gobierno democrático de derecha.

Los medios castristas justificaron la devastación terrorista en Chile, que incluyó la destrucción de 23 estaciones del metro de Santiago y otros desmanes. Sin embargo, en Cuba quienes protestan hoy por una terapia de choque —que sí lo es de verdad al haberse multiplicado algunos precios hasta por 20— son encarcelados por «desorden público», o tildados de mercenarios y terroristas por la prensa estatal.

Así como para el castrismo y sus seguidores latinoamericanos solo hay dictadores de derecha y nunca de izquierda, solo hay terapia de choque si el gobierno es de derecha. Si es de izquierda no la hay, no importa si se toman medidas que en verdad causan hambre y más pobreza, como la Tarea Ordenamiento, la peor terapia de choque «neoliberal» que se ha aplicado nunca en América. (…)

Al exigir dólares el régimen reduce el salario real

Es falso que con la subida de salarios ahora las familias cubanas pueden cubrir los gastos de la canasta básica, y que nadie quedará desamparado. Lo que se ha hecho es subir los salarios nominales basándose en la nueva tasa cambiaria del dólar de 24×1, pero no hay tal aumento del poder adquisitivo por tres motivos:

  1. El alza salarial es devorada automáticamente por el aumento de los precios, sobre todo en el mercado libre o negro.
  2. Muchos precios no han sido multiplicado por 4,9 como los salarios, sino hasta por 20.
  3. Los alimentos y otros productos subsidiados distribuidos por la «libreta» solo alcanzan para diez días, y además hay muchos «liberados» que hay que comprar con dólares.

De nada sirve un aumento nominal de salario si se desploma el salario real, o sea, el poder adquisitivo de los consumidores. Porque los precios en general sobrepasan el aumento de los salarios, y porque se les obliga a perder buena parte de sus sueldos u otros ingresos en pesos para comprar dólares en el mercado negro, pues el Estado no los tiene, ni tampoco los vendería si los tuviese. (…)

Conclusión: la revolución «de los humildes y para los humildes» proclamada por Fidel Castro en 1961 siempre fue un gran embuste, pero ahora lo es aún más con el neoliberalismo «revolucionario» y «socialista»; léase, una tiranía de corte fascista a cargo de una mafia militar capitalista que vive a todo dar y enriqueciéndose, mientras hambrea al resto de los cubanos.

 

Elías Amor Bravo

 

5Seguimos con la siempre presente, por razones obvias, situación económica. Y sobre nuestra apaleada moneda, el economista Elías Amor Bravo nos ofrece una reciente nota titulada “El peso cubano: apuntes de una devaluación anunciada”, sobre lo cual él acota esta esta afirmación (que complementa notas previas suyas):

 

“Los cubanos deben saber que en este momento el problema no es el CUC, sino el CUP, una moneda débil, con unos fundamentales desequilibrados y que tiene un escaso (nulo) atractivo a nivel internacional”.

«Las dudas que surgen sobre si las autoridades no tendrán más remedio que devaluar el tipo de cambio del CUP se afianzan como consecuencia de las diferencias entre el cambio oficial y el informal, lo que está generando distorsiones sobre todo para aquellos que precisen disponer de dólares, con la aparición de un mercado paralelo de divisas que podría suponer la puntilla definitiva para la Tarea ordenamiento y la Estrategia.

Imagínese las ganancias de quién consigue cambiar CUP por dólares en CADECAS (donde la disponibilidad de divisas será cada vez más escasa) al cambio oficial y los transacciona después en el mercado informal, que cabe esperar se nutra con mayor intensidad de divisas conforme las remesas (su valor es tres veces superior a las exportaciones de mercancías) empiecen a llegar a la Isla por medio de canales informales. La ganancia de la operación cambiaria puede ser cinco veces superior. La consolidación de mercados informales cambiarios por el sector privado es una posibilidad porque responderán a necesidades que el régimen, con sus CADECAS, no podrá atender.

Una devaluación ulterior del tipo de cambio entra en el posible escenario de corto y medio plazo, ya que el fijado por las autoridades parece que se ha quedado corto, teniendo en cuenta las cotizaciones de divisas en los mercados informales”.

 

Pues es así; como decíamos al comienzo, y como repiten todos los que conocen y estudian el ya sexagenario fracaso de la revolución cubana. Podrán cambiar los nombres de las políticas, o sus ejecutores, incluso intentar ser más creativos en sus mentiras, pero el resultado es el mismo: la quiebra que padece el sistema, y que afecta a toda la población. Pero esta última, esta dando cada vez muestras más crecientes de que ella, la sufrida población cubana, ya no es la misma. Y como ha sucedido en otras realidades sometidas al yugo comunista, el cambio comienza cuando la gente toma conciencia de que no hay esperanza, de que ha sido engañada desde siempre, y que los jerarcas viven una vida de plutócratas mientras el pueblo se hunde en la miseria.

 

 

6 – Carmelo Mesa Lago: “Cuba en la era de Raúl Castro”. Es el libro más reciente del economista y catedrático en el que analiza “un país que se columpia entre la fidelidad a una Revolución anquilosada y unas reformas que no terminan de cuajar”. Una lectura altamente recomendable. En América 2.1 publicamos una nota de Tania Díaz al respecto; este es el enlace: Tania Díaz: Libro Carmelo Mesa Lago.

 

Por mi parte, finalizando esta Bitácora, les pido a todos que sigan tomando todas las precauciones necesarias, no asumir riesgos, porque el virus sigue vigente y causando daño. 

 

Marcelino Miyares, Miami, 23 de enero de 2021.

 

 

 

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