María José Solano: ‘Mad men’ a la española
La historia española ha estado jalonada de hermanos singulares: los Bécquer, los Machado, los Álvarez Quintero... los más desconocidos son los Loygorri
Desde los hermanos Pinzones, que eran unos marineros que se fueron con Colón, que era otro marinero, la historia española ha estado jalonada de hermanos singulares: los Bécquer, los Machado, los Álvarez Quintero y antes de ellos, ricos en santidad y fama a partes iguales, las santas Justa y Rufina y los santos Leandro e Isidoro de Sevilla (o León, según se mire). La Edad Media dio también una saga fraternal singularísima y en ocasiones extenuante, de hermanos y hermanastros matándose por terrenos y castillos en plena reconquista. Pero, me temo que, de todos los hermanos históricos, los más desconocidos son los Hermanos Loygorri.
Nacidos en el seno de una adinerada familia vallisoletana de ascendencia vasca, ambos eran casi mellizos, pues apenas se llevaban un año. Los dos siguieron caminos muy distintos, pero la gloria los acompañó toda la vida. El mayor, José Loygorri Pimentel lo tuvo casi todo: dinero, talento, fama, sexo, poder, olvido. Junto a Penagos o Max Ramos, sus refinadas ilustraciones Art Decó se hicieron imprescindibles en las portadas de las revistas de moda, aunque una de las facetas más atractivas de este ‘dandy’ del dibujo fue la amplia dedicación a la ilustración de las exitosas novelitas de género verde adobadas con picantes textos firmados por Gómez de la Serna, Jardiel Poncela, Emilio Carrère o Carmen de Burgos, todos escondidos tras un seudónimo incluido el propio Loygorri, que solía firmar con un previsible «Eros».
Los dos hermanos Loygorri siguieron caminos muy distintos
En cuanto al hermano menor, Benito, a los 18 años vio volar a los Hermanos Wright en Le Mans y ya no pudo dejar de mirar al cielo, convirtiéndose en el primer español en conseguir el título de piloto de la FAI. Estrenó el siglo XX batiendo un récord: en San Sebastián logró el vuelo más largo del mundo, 25 minutos en el aire. Era tan joven que, al hacerle entrega del premio, la reina Victoria le preguntó con preocupación: «Pero ¿te deja tu madre volar?». Su hermano conquistó los salones refinados de París, las galerías y las agencias de publicidad, y él conquistó los aires de México y Cuba diseñando aviones y surcando los aires. Con estos ingredientes y aprovechando el aniversario del nacimiento de José Loygorri el año que viene, los guionistas de Netflix ya tendrían suficiente para hacer una historia increíble sobre nuestros ‘Mad Men’. Pero claro, esto es España.