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MARÍA LA DIOSA, la primera novela neopagana venezolana.

Sin título1Entrevista con el periodista y abogado venezolano Alberto Lovera Viana, a propósito de la reciente publicación, e intensa circulación en la red, de su primera novela, María la diosa, que es también la primera novela con tema neopagano escrita en ese país.

Por Hugo Fernández.

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Alberto Lovera Viana, periodista, abogado, profesor universitario de postgrado, sin mencionar una larga trayectoria como dirigente político de la democracia cristiana venezolana, hoy devenido en escritor, acaba de ver con agrado el éxito de su primera novela, cuya circulación virtual, mediante la plataforma de Amazon, ha superado, en sólo dos semanas, los estándares de este tipo de publicaciones.

Lovera nos recibe en el jardín del conjunto residencial donde vive, en el Estado Vargas, próximo a Caracas, en las cercanías del mar Caribe, que puede ser visto a todo lo ancho, desde el lugar donde nos sentamos a realizar la entrevista, al borde de la piscina que posee el conjunto.

 

HF: Una novela feminista escrita por un hombre siempre será una novedad, pero hasta ahora ningún autor –ni autora– de quienes han escrito obras de ficción en las que tratan el tema de la igualdad de derechos de la mujer, había osado penetrar la morada de los dioses. ¿Puede narrarnos cómo llegó a ese argumento?

ALV: María la diosa es una novela feminista, si se quiere ponerle una etiqueta, en cuanto reivindica propuestas tales como el sacerdocio femenino, y asimismo promueve la participación de la mujer en todos los ámbitos de la vida social. Como obra de creación, se comenzó a gestar en mi mente hace varios años, con el avenimiento del nuevo Siglo, a medida que avanzaba en la lectura de un libro que me regalaron mis sobrinas en la navidad del año 2001, Del amanecer a la decadencia, del historiador franco-americano Jacques Barzun, en el cual narra, en forma muy amena, la historia de la Cultura Occidental, desde el Renacimiento hasta nuestros días, y anota, como inicio de la decadencia de Occidente, la década de 1960, dando una significación especial a la aparición de las primeras contraculturas, en especial el fenómeno hippie y sus consecuencias.

 

HF: ¿Cuáles consecuencias, en especial?

ALV: Entre las más significativas, la pérdida del pudor y de la formalidad, y su influencia decisiva en una nueva forma de actuar de la mujer y de concebir la feminidad, que pasaron a formar parte de la Cultura Occidental, como solía decir el padre Teihard de Chardin “sin hacer ruido y con poco gasto económico”, es decir, casi sin habernos dado cuenta de un cambio tan profundo.

Para Barzun, los fenómenos contraculturales son heraldos del fin de toda edad histórica. He mencionado a los hippies, por haber sido la primera y más visible (a niveles de escándalo) de las contraculturas recientes, pero en el transcurrir de estos cincuenta y cinco años hemos visto aparecer muchos otros movimientos de corte contracultural, algunos de efímera duración y mínima influencia, y otros que se perfilan como parte importante de la sociedad del futuro y que hoy hacen y harán mucho peso en el proceso de cambios que estamos viviendo, por ejemplo, el Neopaganismo.

 

HF: ¿Cómo y por qué se vinculó usted al Neopaganismo?

ALV: Yo venía de regreso de hacer política, tras una vida de total dedicación, de la cual me había retirado a raíz del deslave de Vargas (1999), del que soy sobreviviente, y buscaba incesantemente una actividad a la cual dedicarme, pues ya tampoco el ejercicio profesional como abogado me daba satisfacciones vitales, más allá del sustento. En alguna medida, quería volver a mis tiempos del periodismo escrito, como redactor independiente en el área que denominamos grandes reportajes.

Precisamente por un reportaje sobre el Neopaganismo, leído en la revista National Geographic mientras mi barbero de toda la vida me cortaba el cabello, me picó la curiosidad y me acerqué a esa novedosa manifestación del sentimiento religioso, inicialmente más como periodista investigador que como practicante. A través de Internet me vinculé con grupos neopaganos de los Estados Unidos, luego de México y finalmente de Venezuela, donde comencé a asistir como invitado a sus rituales, y descubrí que se trataba, sin más, de un fenómeno contacultural en gestación.

 

HF: ¿Cómo puede calificar de ‘fenómeno contracultural’ una manifestación tan pequeña, casi insignificante, de personas que tratan de revivir las prácticas religiosas del paganismo anterior al reinado del emperador Constantino?

ALV: Igualmente pocos fueron los hippies, y todavía nos falta por descubrir la totalidad de los cambios que generaron. Lo importante no es el número de seguidores, sino los procesos de cambio que, como una onda expansiva, se generan a su alrededor… ¿Cuántos eran los cristianos primitivos?

Lo que permite calificar como contracultura al Neopaganismo, más allá de sus creencias, sus mentores y sus escritos, son sus manifestaciones rituales. Los rituales neopaganos son celebrados por una sacerdotisa y un sacerdote, que invocan a una diosa y un dios, en un Universo donde primero fue la diosa y el dios es su hijo y consorte. He ahí el elemento de ruptura, el escándalo.

 

HF: ¿Y cómo logró involucrarse, al punto de escribir una novela feminista de tema neopagano?

ALV: En algún momento, que no puedo fijar con precisión, comprendí que estaba presenciando la eclosión de una nueva feminidad, que asistía a la reivindicación de la mujer, mediante su participación directa como mediadora entre los seres humanos y la divinidad. Acababa de descubrir el punto de quiebre de la cultura androcéntrica fundada sobre el paradigma judeocristiano: la divinidad femenina y su sacerdocio igualmente femenino. Allí me surgió la idea de escribir María la diosa, aunque no iniciaría su redacción hasta algunos años después, ya que debía dedicar la mayor parte del tiempo a mi trabajo como abogado. Entre tanto la iba imaginando y tomaba notas.

 

HF: Sobre el sacerdocio femenino ya han escrito otros autores, existen movimientos que lo promueven y la Iglesia Anglicana dio el primer paso con la ordenación sacerdotal de varias mujeres. Realmente no se encuentra allí la novedad que ha signado el éxito de su novela María la diosa, sino en invadir con la feminidad, el espacio reservado a la divinidad, en destronar al dios masculino, único y verdadero, y entronizar una diosa encarnada, mujer, única y verdadera.

ALV: Tiene razón. Mi María va más allá de la literatura feminista, e incluso neopagana, que promueve el sacerdocio femenino. De alguna manera, en el momento preciso cuando ya tenía en mi mente el núcleo argumental e iba a iniciar su redacción, me hice esta pregunta: ¿Qué pasaría si se descubriera que el evangelio conocido es una tergiversación desde sus orígenes, y que la divinidad no residía en Jesús de Nazaret, sino en su madre, María de Nazaret, y que la expulsión del Paraíso Terrenal, el mito central y sustento de las tres religiones abrahanitas (judaísmo, cristianismo e islamismo) carece de fundamento?. Lamentablemente, la Cultura Occidental está edificada sobre un paradigma androcéntrico y por ello, hasta hoy, dar una respuesta afirmativa había sido impensable, pues estaba sometida al anatema. Pero –vuelvo a Barzun– también pensé que esta edad histórica está llegando a su fin, y que era el momento para formular la hipótesis. Ése es el tema central de mi María, alrededor del cual suceden los hechos que forman su trama.

 

HF: ¿Y cómo se desarrolló en su mente el hilo argumental? Pienso que a los lectores les agradará saber cómo fluyen las ideas en la mente de un escritor durante el proceso de creación literaria.

ALV: Lo primero fue dar vida a María en una muchacha venezolana, estudiante de Medicina en la UCV; asimismo, crear su yo alterno en su prima Isabel, amiga y compañera de estudios. Decidí que fueran pediatras, porque mi experiencia en la política me hizo darme cuenta de que todos, o casi todos los políticos que tenían como profesión académica la Medicina, eran de esa especialidad. Y una vez leí la causa de ello, en una respuesta que dio el recordado dirigente Jesús Paz Galarraga en una entrevista: que el pediatra era el único médico que vivía, de cerca y en primera persona, el drama de la desnutrición infantil, de las muertes por enfermedades curables pero desatendidas, de las carencias y de muchos otros males, y que eso necesariamente conmovía su fibra social y lo llevaba, de manera natural e imperceptible, a la acción política, en busca del verdadero remedio de fondo, que no es otro que cambiar las condiciones sociales, económicas y culturales que los hacen posibles. Por ese motivo, María tenía que ser médico pediatra, eso ya estaba en mi mente desde antes de sentarme a escribir.

 

HF: ¿Y lo segundo? ¿Cómo vinculó el elemento religioso?

ALV: Lo segundo fue el hallazgo de la versión verdadera del Evangelio según Lucas, que tendrá lugar el año próximo (2017), en el cual consta de manera fehaciente, que fue María la diosa creadora y encarnada, y que el evangelio divulgado y conocido es una alteración de la verdad verdadera, que interesadamente fue hecha en los primeros años del cristianismo primitivo.

Con estos puntos de partida expresados en los dos primeros capítulos, el desarrollo de la trama consistió en narrar todas las situaciones que les tocará vivir a María e Isabel, por ejemplo: la actitud del poder, representado en el Vaticano, el gobierno norteamericano, los ayatolás iraníes y el gobierno socialista venezolano, hacia el hecho de que María la diosa está encarnada en una médico pediatra venezolana, quien iniciará su prédica el año 2017. Algunos querrán asesinarla, mientras otros la protegerán y crearán espacios para que inicie su prédica.

 

HF: ¿Fue a partir de allí que todo el argumento comenzó a fluir, que comenzó a idear los personajes y sus situaciones?

ALV: Hay que recordar la diferencia entre el cuento y la novela, aparte, por supuesto, de su extensión: el cuento es previamente creado en su totalidad, hasta con sus signos de puntuación, en la mente del escritor, y cuando éste se sienta frente al teclado, su trabajo consiste en vaciar en un escrito algo que ya existe. Mientras que la novela comienza con una sola frase preconstruida, y a partir de allí los personajes y sus situaciones comienzan a actuar con total libertad. Es imposible recordar cómo vino o de dónde provino una frase pronunciada o una situación vivida por cada personaje. Se trata de sus vidas y ellos las viven libremente, a veces en contra de una idea preconcebida por el escritor. Me viene a la mente la novela Niebla de don Miguel de Unamuno, cuando la trama, como única solución posible, lleva al protagonista a su muerte, y de pronto éste se voltea y le grita al autor: “Don Miguel, no me mate”.

 

HF: Por cierto, su ‘frase preconstruida’ inicial es la misma de Cien años de soledad, debidamente versionada.

ALV: Sí, es un homenaje a García Márquez, así como hay otros homenajes en mi María, por ejemplo: la mosca del chichero de la esquina de Marcos Parra es un claro homenaje a Cervantes, así como la yuxtaposición de los tiempos es un reconocimiento estilístico a Vargas Llosa, y escribir “vio, o creyó ver”, “escuchó, o creyó escuchar” cada vez que se sugiere la comunicación de un personaje con una entidad sobrenatural, es el homenaje a Rómulo Gallegos. También hay detalles que recuerdan a Cortázar y a Carlos Fuentes.

 

HF: ¿Tuvo alguna imagen arquetipal para crear a María?

ALV: Esperaba una pregunta así. Realmente no hubo una persona de carne y hueso, ni tampoco un personaje de ficción, que encarnara el arquetipo de María. María e Isabel son la mujer del presente y del futuro: presta sus servicios médicos en una zona de guerra, participa en foros públicos, ejerce su profesión con absoluta dedicación y vive su vida como cualquier mujer joven contemporánea: ama con abierta sinceridad y en plan de igualdad con su pareja, es feliz sin saberlo y también sufre con las guerras desatadas por los hombres, y llora cuando la invade el sentimiento. Es una mujer normal de su tiempo.

HFEntre las críticas favorables que ha recibido María la diosa, también las ha habido desfavorables. Recientemente leí una donde se la vincula con la llamada wiccatólica.
 
ALV: Ante todo hay que advertir que la wiccatólica es una cretinada, una imbecilidad sin sentido, como lo sería una wiccaislámica o una wiccahebreapues la Kicca sienta sus bases sobre la antigua religión, es decir, elpaganismo europeo, anterior a la imposición del cristianismo mediante la estaca y la hoguera, gracias al poder del Imperio Romano. O se es católico y heredero de las quemas de brujas, o se es wiccano y se es brujo o bruja.Pero, yendo a la pregunta, debo decir que yo también leí ese comentario, que no fue hecho en un foro especializado como éste, sino en una página de Facebook, por un joven aprendiz que ni siquiera la había leído, es decir, comentando sólo sobre el título. Como es de suponer, no le presté atención ni voy a hacerlo ahora. No obstante, para cerrar con una sonrisa, quisiera mencionar que, de esas variantes contemponeas de la Wicca sólo he compartido la wiccanárquica, de la que fui cofundador y gracias a ella derivé hacia la Magia del Caos.
HF: ¿Ya está  trabajando en un nuevo proyecto novelístico?
 

ALV:  Ah, pues claro que sí, pero su tema no es neopagano, sino psicológico. Se trata de una idea que vino a mi mente, luego de construir la escena dondeMaría murió clínicamente y resucitó al tercer minuto, tras ser transfundida y defibrilada. Cinco personajes que no se conocen, fallecen por distintas causas en puntos distantes de la ciudad, y todos son resucitados mediante defibrilador, con el resultado de un cambio radical en sus respectivas personalidades.
HF: Suena interesante. Le deseamos el mismo éxito que ha tenido con María la diosa.
ALV: Gracias.
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