Mariana Aylwin: «La independencia de la DC va a ir mermándose a medida que se acerquen las elecciones»
La ex ministra observa con buenos ojos el camino independiente de la Democracia Cristiana, que la llevó a aprobar la idea de legislar la reforma previsional, pero asegura que esa vía tiene una fecha de vencimiento. «Hay un sector muy grande que va a preferir una alianza lo más amplia posible con la oposición ante el temor de quedar solos», dice. Además, quien fuera militante DC durante más de 30 años, califica de «obstruccionista» al resto del sector. «Ellos están obnubilados en una autoconciencia de que poseen la verdad», remata.
Este martes comienza la discusión en particular de la reforma previsional, que hace 10 días contó con el respaldo de la Democracia Cristiana y parte del Partido Radical para que se aprobara la idea de legislar. En medio del debate, la ex ministra Mariana Aylwin alza la voz con una mirada crítica del resto de la oposición que tilda de «obstruccionistas» y que acusa de querer «paralizar al país» al negarse a legislar.
Destaca que el partido en el que militó durante 31 años -hasta que a principios de 2018 decidiera dejarlo- está recuperando la «relevancia». Pero avisora como compleja la tarea para Fuad Chahin cuando comience el debate de las reformas en el Senado, incluso descarta que repita el «éxito» que logró en la Cámara. Y espera que la DC se mantenga independiente: «Le convendría mucho más fortalecerse en el centro aunque sea un camino más largo».
-El gobierno cedió en algunos puntos con respecto a la reforma previsional, logrando que la DC y parte del PR le entregaran los votos a la idea de legislar. ¿Lo evalúa como un juicio de realidad por parte del Ejecutivo o un gesto a los partidos de centro?
-Un juicio de realidad porque no tiene mayoría en el Congreso, por lo tanto si quiere avanzar va a tener que negociar. Me parece que la Democracia Cristiana hizo su tarea, dijo «estoy dispuesta a legislar pero quiero tales cosas». En eso consiste la película, en hacer lo que más se puede de aquello que uno quiere y no el juego de suma cero. Me parece razonable para el país que tanto el gobierno como la Democracia Cristiana y el Partido Radical, hayan estado disponibles para avanzar en un tema tan importante para los chilenos.
Hay que articular todos los movimientos que hay de centro, pero depende de qué es lo que vaya a querer la Democracia Cristiana. Si va a hacer una alianza con el Partido Comunista y el Frente Amplio, en mi caso personal o la gente que decidimos irnos del partido, no creo que vayamos a estar disponibles para participar».
-Usted dice que la DC hizo su tarea, ¿el resto de la oposición se está negando a realizar su tarea?
-La misión de los legisladores es legislar, salvo casos excepcionales pueden negarse a hacerlo. Pero hoy día la oposición, con excepción de la Democracia Cristiana y el Partido Radical, están en una postura completamente obstruccionista y muy riesgosa. En el fondo, lo que ellos quisieran es paralizar el país al no legislar en temas que son importantes como la reforma de las pensiones, las reformas en educación u otras. Al no entrar en profundidad en el debate están renunciando a la función para la cual fueron elegidos. Desgraciadamente no se dan cuenta que eso los desprestigia aún más de lo que están, el Parlamento es una de las instituciones más desprestigiadas de Chile. Cuando se toma esta actitud colectiva se está haciendo un hara kiri. Me cuesta entender la lógica, ellos están obnubilados en una autoconciencia de que poseen la verdad y los lleva a posiciones extremas que no tienen nada que ver con los intereses del país. Están cometiendo un tremendo error, simplemente van a perder el capital político que tuvieron.
-En ese escenario, donde la oposición se está desprestigiando. ¿Cómo la DC va a poder mantener conversaciones con el resto del sector? El debate de las reformas va a continuar y se acerca el tema municipal.
–Soy pesimista en el sentido que esta independencia de la Democracia Cristiana y el Partido Radical, que a mí modo de ver le da dividendos, va a ir a mermándose a medida que se acerquen las elecciones, porque hay un sector muy grande dentro de la DC que va a preferir una alianza lo más amplia posible con la oposición ante el temor de quedar solos y perder muchas gobernaciones o alcaldías. Al final va a haber un pacto electoral amplio. Eso va a ser impulsado por los propios parlamentarios y va a significar que la Democracia Cristiana vaya perdiendo su independencia respecto del resto de la oposición en el próximo tiempo. Ojalá me equivoque, pero soy escéptica respecto a que se mantenga en esa posición. Si bien creo que eso es lo que le conviene en el largo plazo, en el corto plazo se va a ver tentada por ver cómo consigue más cargos en los municipios y en los gobernadores. A la Democracia Cristiana le convendría mucho más fortalecerse en el centro aunque sea un camino más largo.
Hay un sector muy grande dentro de la DC que va a preferir una alianza lo más amplia posible con la oposición ante el temor de quedar solos y perder muchas gobernaciones o alcaldías. (Eso) va a significar que la Democracia Cristiana vaya perdiendo su independencia».
-¿En el centro se podría fortalecer con Progresismo con Progreso o Comunidad en Movimiento?
-Hay que articular todos los movimientos que hay de centro, pero depende de qué es lo que vaya a querer la Democracia Cristiana. Si va a hacer una alianza con el Partido Comunista y el Frente Amplio, en mi caso personal o la gente que decidimos irnos del partido, no creo que vayamos a estar disponibles para participar de esa alianza.
-Pero ya empezaron algunos coqueteos con Evópoli…
-Eso me parece bien y creo que le conviene a Evópoli. Hay una cierta afinidad porque Evópoli está situado más al centro político, pero eso tiene un límite porque mientras pertenezca a la alianza de derecha esas conversaciones no van a prosperar, salvo para asuntos legislativos, pero no electoralmente.
-¿Está recuperando la DC el espacio de centro que durante un tiempo permaneció sin liderazgos?
–Me parece que la Democracia Cristiana está recuperando su relevancia y espero que eso sirva para recuperar su espacio en un electorado que no quiere la polarización, que no está por los cambios rupturistas, que quiere avances, pero graduales. Mayoritariamente los chilenos requieren respuestas a problemas muy urgentes, pero con acuerdos. Las alternativas que hay hoy día, con un Parlamento mayoritariamente opositor, es el estancamiento. En el gobierno anterior era la imposición de la mayoría, hoy día el gobierno de Sebastián Piñera no tiene ninguna posibilidad de eso. Por lo tanto, el obstruccionismo es equivalente al estancamiento. El país no se merece estar estancado los próximos tres años.
Un Partido Socialista moderado puede tener mucho más apoyo que un Partido Socialista confundido con el Partido Comunista y el Frente Amplio. Hay que mirar la experiencia del PSOE español».
-El que la DC y el PR estén dispuestos a avanzar con el gobierno, les genera algunas divisiones con sus socios del sector. Incluso, algunos parlamentarios han dicho que Convergencia Progresista no tiene sentido y que no se puede conversar con el partido liderado por Fuad Chahin.
-Han hablado con palabras muy fuertes como traición y siento que se ponen en una posición bien intransigente, imposible. No están pensando en el país y no saben interpretarlo tampoco. Hay un riesgo en cómo está actuando el mundo socialista, especialmente pensando que lo que tiene que hacer es mirar a la izquierda para que no se vaya esa votación. Ciertamente está en un problema con el Frente Amplio. Un Partido Socialista moderado puede tener mucho más apoyo que un Partido Socialista confundido con el Partido Comunista y el Frente Amplio. Hay que mirar la experiencia del PSOE español. Hay una lección que aprender, o sea cuando Sánchez se volcó más al centro tuvo mucho más opciones que cuando estuvo disputándole al Podemos. Y el Podemos se derrumbó también.
El obstruccionismo es equivalente al estancamiento. El país no se merece estar estancado los próximos tres años».
-La DC estuvo relativamente ordenada en la Cámara para apoyar la reforma previsional, pero el viernes Ximena Rincón aseguró que no se pueden embarcar en «reformas sin sentido». ¿El debate en el Senado se puede tornar más duro o complejo para la DC?
-La Democracia Cristiana tiene un problema bien de fondo que, por una parte está muy dividida, y hay un sector muy de izquierda que está completamente identificado con el Frente Amplio y el Partido Comunista. Por otra parte, en el Senado cada uno hace lo que quiere. Entonces yo no veo que la Democracia Cristiana, ojalá me equivoque, pero no creo que Fuad Chahin vaya a tener el mismo éxito que tuvo en la Cámara de Diputados con los senadores, porque hay figuras que son muy personalistas y que van a actuar como quieran. Además hay figuras que son muy de izquierda, que han renegado de la historia de la Democracia Cristiana más significativa. Entonces, es probable que en el Senado, la directiva del partido no tenga los mismos efectos que tuvo en la Cámara de Diputados.