Marine Le Pen vuelve a la carga
La presidenta del antiguo Frente Nacional lanza su campaña política de otoño arremetiendo contra todo y contra todos
Desafortunada en amores, afortunada en política: Marine Le Pen se consolida este domingo como la adversaria más popular de Emmanuel Macron, la única gran personalidad influyente entre todas las derechas, aspirando a conquistar más de 150 alcaldías en las próximas elecciones municipales.
La presidenta de Agrupación Nacional (AN, extrema derecha), antiguo Frente Nacional (FN), lanzó este domingo su campaña política de otoño a paso de carga durante la universidad de verano de su partido, en Fréjus (Var): contra Macron, contra la derecha nacional, a favor de los «chalecos amarillos» de extrema derecha, contra el liberalismo, temas clásicos de la familia Le Pen.
Marine Le Pen fue acogida por varios millares de militantes de su partido con andanadas de aplausos y ruidosa simpatía, no solo política, días después que se conociese su última desventura amorosa: en vísperas del gran mitin de Fréjus, Louis Aliot, su compañero sentimental de la última década, había anunciado su «ruptura», su decisión de «romper» la pareja de dos divorciados con numerosos hijos de varios matrimonios.
Menos sonriente que en otras ocasiones, arisca con la «prensa de proximidad» que pretendía interrogarla sobre cuestiones «intimas» o «familiares», Marine Le Pen utilizó en público y en privado un tono muy severo, contra todo y contra todos. ¿Macron? «No está a la altura». ¿La derecha tradicional? «Se han convertido en una secta de católicos conservadores». ¿Los chalecos amarillos? «Son la expresión de una crisis de gran calado».
En Fréjus, cerrando la universidad de verano del partido que ella ha refundado, entre sus fieles, cuando su padre (Jean-Marie Le Pen) y su sobrina (Marion Marechal) se han quedado sin partido y sin organización política propia, Marine Le Pen ha lanzado oficiosamente su nueva estrategia de «proximidad», con la que espera conquistar poco menos de doscientas alcaldías en las próximas elecciones municipales, el mes de marzo que viene, dentro de seis meses.
Varios estudios sociológicos lo confirman: la extrema derecha de Agrupación Nacional (AN) está en posición de fuerza local en 190 o 200 alcaldías, en ciudades de 3.500 a 15.000 habitantes, en el Norte, el Mediodía y la Costa Azul, donde se encuentran los feudos electorales de Marine Le Pen, que no tienen implantación significativa en las grandes ciudades.
Marine Le Pen juega dos cartas políticas mayores: solo ella y Emmanuel Macron «existen» en el nuevo paisaje político francés. La derecha tradicional sigue huérfana de Nicolas Sarkozy, y sigue esperando la aparición de un posible líder. Las izquierdas socialistas y comunistas están hundidas en una crisis histórica. La extrema izquierda populista de La Francia Insumisa (LFI), es víctima de la «gesticulación» ruidosa pero nociva de su líder, Jean-Luc Mélenchon. (FiN).