Marta Lucía Ramírez: No todo vale
Germán Vargas Lleras en un acto de entrega de viviendas en un barrio de Bogotá
Si hay algo que le haya hecho daño a la sociedad colombiana, es esa creencia errática y destructiva de que todo vale, de que para conseguir un fin no importa el medio. En un informe anual entregado por Transparencia Internacional que mide qué tanta corrupción hay en cada país –donde 0 es totalmente corrupto y 100 nada corrupto-, Colombia ocupó este año el deshonroso puesto 90 entre 176 países evaluados. Peor aún, descendimos 6 posiciones frente a la evaluación del año anterior.
Cuando nos preguntamos por qué en este país tenemos índices de abstención cercanos al 70 %, la respuesta es clara: el divorcio entre la ética y el ejercicio de lo público ha hecho que los ciudadanos pierdan su confianza en la política. Un país sin instituciones sólidas navega con rumbo fijo hacia el fracaso y mal haríamos cruzándonos de brazos.
Por estos días estuvo circulando en redes sociales una imagen que textualmente decía “Gracias Germán Vargas Lleras por regalarnos las casas de Cormoranes. ¡Usted es nuestro próximo presidente!” Sobre esto surgen varias inquietudes. En primer lugar, resulta completamente inaceptable que un servidor público esté utilizando su posición y los recursos públicos para pavimentar una aspiración personal a la presidencia. Así el ministro Vargas Lleras renuncie un año antes de la elección –como lo ordena la ley- para aspirar a la primer magistratura, no tiene presentación que la gestión de un ministerio esté enfocada en las ambiciones de un particular.
En segundo lugar, es falso que “las casas las esté regalando Germán Vargas”. A las personas que publicaron la foto habría que decirles que los recursos con que se construyeron estas viviendas no salieron del bolsillo del ministro sino de contribuyentes como usted o como yo. ¿Tiene algún tipo de presentación que mientras el gobierno exprime aún más a los colombianos con una reforma tributaria para cubrir el hueco producido por su derroche, el ministro utilice nuestros recursos para hacerse campaña? El uso indebido y con interés personal de los recursos públicos, también es puerta de entrada a la corrupción así no se queden en el bolsillo del funcionario.
En tercer lugar, posar ante la foto como “el misericordioso que regala casas” es una profunda equivocación. Las políticas netamente asistencialistas, lejos de lograr soluciones, arraigan y agudizan el círculo vicioso de la pobreza y la dependencia respecto de los políticos. Las personas necesitan oportunidades de trabajo y acceso a emprendimientos que les garanticen una vida digna; de nada sirve que le regalen una casa a una familia si esta no tiene cómo pagar servicios básicos, alimentación y demás. El ejemplo de este estruendoso fracaso es la política de “misión vivienda” en Venezuela en donde se cambian casas por votos. Bien decía Napoleón que quien no conoce su historia está condenado a repetirla.
De nada nos sirve que nos rasguemos las vestiduras contra la corrupción si no pasamos del campo de las palabras al de los hechos. Tanto la Fiscalía, Procuraduría y Contraloría deberían poner la lupa sobre este caso. Ya es hora de que todos al unísono -instituciones y ciudadanía-, paremos esta espiral del uso abusivo de los recursos públicos. Quien aspire a la primera magistratura, lo menos que puede hacer es dar ejemplo de respeto y probidad. En el ejercicio de lo privado y en el de lo público, no todo vale.