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Más de 800 detenidos en Moscú en una nueva protesta por unas elecciones libres

Las autoridades estrechan el cerco sobre los opositores con el arresto de Liubov Sóbol, de las pocas que quedaba libre

Una protesta dispersa, a trompicones y sin líderes. Miles de personas han salido a la calle el pasado sábado en Moscú en una nueva movilización para exigir unas elecciones libres en el país. Los organizadores habían llamado a un «paseo» por uno de los anillos centrales de la capital rusa, para evitar el bloqueo de la protesta no autorizada, y que se repitieran las escenas del sábado pasado en una protesta dispersada violentamente que se saldó con más de 1.300 detenidos, según la organización independiente OVD info. Pero el despliegue de antidisturbios ha sido inmenso y la maniobra fue en balde. La policía ha arrestado ya a 600 personas, según el Ministerio del Interior de media tarde. Entre aplausos, consignas como «elecciones libres» o «Putin ladrón«, grupos de manifestantes tratan de esquivar a las fuerzas de seguridad. OVD Info eleva la cifra de detenidos a 828.

Entre los arrestados está Liubov Sóbol, vinculada al opositor Alexéi Navalni y una de las pocas líderes de las protestas que quedaba libre. Sóbol lleva en huelga de hambre tres semanas, por la negativa de la Comisión Electoral de Moscú a inscribirla como candidata a las elecciones municipales del 8 de septiembre. Como a otros muchos opositores aspirantes a candidatos, la Comisión se niega a que concurra, alegando irregularidades con las firmas-aval presentadas.

«No tenemos miedo. No nos desalientan, sino que nos enfadan más», reclama Ágata Mirayeva. La jurista, de 33 años, ha acudido a la protesta con un grupo de amigos, indignada por la «represión injustificada» de las movilizaciones pacíficas. «Seguiremos saliendo a la calle para exigir libertades democráticas», asegura la mujer, que critica el «desequilibrio» entre las fuerzas del orden y los manifestantes. El Ministerio del Interior ruso no ha hecho públicos los datos de efectivos desplegados en la protesta que, según la policía ha reunido a unas 1.500 personas. Los organizadores no han difundido cifras, pero en el recorrido se congregaron varios miles.

Las autoridades se están empleando a fondo para tratar de apagar las protestas; aunque hay nuevas acciones convocadas para los próximos fines de semana. Para tratar de atraer y distraer a la ciudadanía, la Alcaldía de Moscú ha improvisado un festival musical en el parque Gorki de Moscú, el principal de la capital. Con el título Shashlik Live (el Shashlik es la barbacoa tradicional rusa) anunció hace tres días la actuación de conocidos grupos rusos como Chaif, Splin, Bravo o Tequiajazzz. Horas después de hacerse público el cartel, algunas agrupaciones —como las dos últimas— rechazaron participar en una actividad, que «llegó de repente». Moscú asegura que unas 90.000 personas han acudido al evento.

El cerco contra los opositores aspirantes es, además, cada vez más estrecho. Una decena está en prisión desde hace días; entre ellos Navalni, que no era candidato. Están acusados de «violar reiteradamente» las reglas sobre protestas, y se enfrentan a una multa de hasta 300.000 rublos (unos 4.300 euros) y 30 días de prisión. Este sábado, el Comité de Investigación ha anunciado también que ha abierto una causa penal contra el Fondo Anticorrupción, la organización de Navalni, por blanqueo de capitales. Además, el Servicio Federal de Seguridad (FSB, la antigua KGB) investiga ahora el vínculo de los principales líderes de la oposición extraparlamentaria —Liubov Sóbol; Dmitri Gudkov, exdiputado; Iliá Yashin y Serguéi Mitrojin, dirigente del partido liberal Yábloko— con organizaciones extranjeras.

En el césped que ribetea uno de los bulevares centrales de Moscú, Roman Zulimov sostiene un cartel con el lema Derribemos la dictadura del 1%. Está en la agrupación Alternativa Socialista y también participó en las movilizaciones anteriores. «Si los candidatos independientes no pueden ocupar un escaño en la Duma de Moscú (Parlamento municipal) seguirá ocurriendo lo mismo que en los últimos años: se robará el presupuesto y se reprimirán las protestas pacíficas ilegalmente», asegura.

El Ayuntamiento de Moscú, donde viven 12,5 millones de personas, tiene 45 escaños. Es responsable de un gran presupuesto municipal que ahora controla Rusia Unida, el partido del Gobierno. Sin embargo, la marca Rusia Unida está bastante dañada por la gestión y el malestar ciudadano. Así que sus candidatos concurrirán a los comicios como independientes.

Para poder presentarse a las elecciones, aquellos candidatos no respaldados por un partido político representado en la Duma Estatal deben recolectar unas 5.000 firmas —o las correspondientes al 3% de la ciudadanía registrada en el distrito o distritos que quieran representar—. Hasta ahora, la Comisión Electoral ha registrado a 200; todos respaldados por Rusia Unida; el partido del Gobierno.

Los analistas señalan que el Kremlin no permite que concurran candidatos opositores porque esto puede crear una corriente que se podría extender a más lugares del país.

El alcalde de Moscú, Serguei Sobianin, aliado de Putin y cuyo nombre ha sonado varias veces como futuro primer ministro, ha criticado duramente a los manifestantes. Ha asegurado que llegan de fuera para perturbar la capital rusa y que quieren «asaltar» el Ayuntamiento por la fuerza. «¿El que grita más fuerte toma el poder? No estamos en Zimbabue aquí, ¿verdad?», dijo en una entrevista televisada a nivel nacional.

 

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