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Mauricio Rojas: «Apoyar a una candidata comunista significa la muerte de la DC»

En conversación con El Líbero, el exministro y exmilitante del MIR comentó la decisión que tendrá que tomar la Democracia Cristiana este sábado, de apoyar o no a Jeannette Jara. “Sería como que los ángeles apoyaran al diablo, algo absolutamente descabellado (…), están entre elegir la muerte del partido, y la muerte de la idea que los llevó a su fundación», sostuvo. Además, comentó el debate del «anticomunismo» y dijo que «si hay un fantasma, hoy es el del intelectual Carlos Peña, que alguna vez fue respetable”.

 

Este sábado será clave para la Democracia Cristiana, ya que en su junta nacional deberá decidir si apoya o no a la candidata del Partido Comunista, Jeannette Jara, lo que ha generado fricción, especialmente tras la declaración que firmaron seis expresidentes de ese partido, cerrando la puerta a esa opción y respaldando la postura del actual timonel Alberto Undurraga, quien ha llamado a llevar un candidato propio, o dar libertad de acción.

En el programa «Mirada Líbero», el exministro Mauricio Rojas, escritor y miembro del Parlamento de Suecia, quien fue un ex militante del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) en su juventud y escribió “El libro negro del comunismo chileno”, de Ediciones El Líbero, comentó las implicancias de esta decisión.

También se refirió al debate sobre el «anticomunismo» y a las declaraciones del columnista y rector de la UDP, Carlos Peña, quien sostuvo que «ha brotado en Chile un anticomunismo irracional”, y comentó la reunión entre la ex Presidenta Michelle Bachelet y Jeannette Jara. «Bachelet no quiere inmiscuirse en la campaña de Jara, porque sabe que apoyar a una candidata comunista no le va a facilitar su camino hacia cargos internacionales«, sostuvo.

-¿Cómo analiza desde Suecia las elecciones presidenciales y parlamentarias en Chile?

-Bueno, lo veo con preocupación, y otras personas aquí en Europa lo ven como algo exótico, prácticamente inentendible que la representante de un Partido Comunista no reformado, de esos que ya casi no existen en la tierra, pueda ser candidata de un frente de izquierda, incluso con alguna posibilidad, remota eso sí, de ganar la elección. Pero resulta que Chile ha venido produciendo sorpresa desde el año 2019, desde el famoso estallido social, la elección del Presidente Boric, la asamblea constituyente, son cosas que conversando con amigos acá, todos me preguntan qué pasa en Chile, un país que fue una especie de modelo de progreso, de democracia, de crecimiento económico, de consensos políticos, y que de pronto entra en una fase prácticamente de locura y polarización política, que realmente es difícil de entender… así que preocupante y lamentable en muchos aspectos.

-Ahora usted habla de una «posibilidad remota», sin embargo vemos que Jeannette Jara está liderando las encuestas y se encuentra en una especie de empate técnico con José Antonio Kast…

-Sí, yo doy por hecho de que va a pasar a la segunda vuelta, y ya tiene asegurado en torno a un 30% del electorado, que es el electorado de la izquierda y del Presidente Boric. Y ese 30% le va a dar la posibilidad de pasar a la segunda vuelta. Ahora, es bien lamentable lo que ha pasado con la izquierda, porque una izquierda que en un momento dado fue bastante socialdemócrata y reformista y que buscaba los consensos, se ha transformado hoy día en un instrumento del Partido Comunista, del Frente Amplio. Hay una radicalización de la izquierda que lamentablemente pone a Chile en una situación muy difícil, ya que sin una verdadera socialdemocracia que estabilice el lado izquierdo, y sin una centroderecha que sea establemente democrática, es difícil para los países avanzar. Porque lo que pasa es que se tiende a ir de bandazo en bandazo político, lo cual para el desarrollo de un país es lo peor que puede ocurrir. Lo importante es tener reglas estables, una predictibilidad del desarrollo, y Chile viene alejándose de eso a una velocidad enorme desde los últimos cinco o seis años.

«Apoyar a una candidata comunista significa simplemente la muerte de la alternativa de la Democracia Cristiana«

 

-Usted habla de una «radicalización de la izquierda», ¿qué cree que va a ocurrir con respecto a la decisión que tiene que tomar la Democracia Cristiana este sábado? 

-Es muy difícil la decisión que tienen que tomar, porque están entre elegir la muerte del partido y la muerte de la idea que llevó a la fundación de este partido. Ellos saben que sin una alianza con la izquierda, por más radical que sea, van a tener un pésimo resultado en las elecciones parlamentarias, y por lo tanto el partido va a quedar muy disminuido, si es que sobrevive. Ahora, también saben que la idea del Partido Demócrata Cristiano era justamente ser una alternativa a la revolución antidemocrática, a la revolución comunista, a todas esas ideas que levantó Rusia y que el Partido Comunista chileno nunca ha dejado de tenerlas como su ideal. Por lo tanto, cuando la Democracia Cristiana surgió históricamente, fue para ofrecer una alternativa a esa revolución que terminaba con la libertad, por eso que el lema de Frei fue «revolución en libertad». También hay un anticapitalismo muy profundo en la Democracia Cristiana, no hay que olvidarlo, pero apoyar a una candidata comunista, aún si salva los muebles dentro del partido y le da algunos cargos, significa simplemente la muerte de la alternativa de la Democracia Cristiana o del socialcristianismo.

-¿A qué se refiere exactamente con «la muerte del partido»?

-Esto es antagónico a sus principios. Nacieron para ofrecer una alternativa al comunismo. Y si van a terminar siendo un apoyo al comunismo, a la llegada al poder de una candidata comunista, están dejando totalmente de lado sus principios, o sea, su razón de ser desaparece. Ahora uno entiende que electoralmente no tienen muchas más alternativas, y la izquierda radical está haciéndoles un chantaje, diciéndoles que si no apoyan a Jara, entonces no hay lista parlamentaria común, con lo cual le dicen que aquí la muerte viene rápidamente si es que no apoyan a la candidata comunista. Pero eso implica la otra muerte, la muerte más importante, la muerte de la idea, de la ideología, de todo aquello que representó el socialcristianismo.

«Que la DC apoye a un candidato comunista es como que los ángeles apoyaran al diablo, una cosa absolutamente descabellada»

 

-¿Y cómo sería vista esa decisión, si es que la DC finalmente apoya al Partido Comunista? Porque una cosa es ser parte de una coalición que integra el PC, y otra muy distinta es que la coalición sea liderada por el PC.

-Son cosas completamente distintas, lógicamente… Churchill alguna vez hizo una alianza con Stalin, y no porque lo quería precisamente, pero ponerse detrás de un eventual Presidente comunista es una cosa absolutamente distinta y reñida con lo que es la Democracia Cristiana. Ahora, yo creo que el mundo ni lo vería, porque lamentablemente Chile no tiene ninguna presencia en el mundo que sea de alguna importancia.

-¿Pero, qué pensaría la Democracia Cristiana internacional de esto, si ocurre?

-Yo creo que excluirían al partido de cualquier tipo de encuentro internacional (…). Una alianza con los comunistas o con los neonazis o con quien sea de estos extremos es absolutamente impensable, está fuera de las cartas del juego político. Especialmente la Democracia Cristiana europea, y la alemana fundamentalmente, que es su gran pilar, nace en conflicto con el comunismo, para desafiar la política comunista. Por lo tanto, para ellos, que la DC apoye a un presidente o candidato comunista, es como que los ángeles apoyaran al diablo, una cosa absolutamente descabellada.

-¿Y cuál podría ser la decisión más sensata, a su juicio?

-Queda poco de sensatez aquí. Yo tengo la intuición de que va a primar el interés pequeño de ganarse algunos puestos en el Parlamento. Es una especie de supervivencia al nivel más miserable, porque la idea misma de la Democracia Cristiana como alternativa está hoy día muy relegada a la historia.

«Si hay un fantasma hoy día es el fantasma del intelectual Carlos Peña, que alguna vez fue respetable»

 

-¿Cómo mira usted el debate sobre el «anticomunismo» en Chile, y las declaraciones de Carlos Peña, quien sostuvo que “ha brotado en Chile un anticomunismo irracional”?

-Es interesante que se hable de los errores del comunismo y no de los “horrores” del comunismo. Es como decir que Auschwitz fue un “error”… Respecto de lo que ha dicho Carlos Peña, aquí hay dos explicaciones posibles. La primera es que se trata de una frivolidad, o para ser más preciso, de una frivolidad indecente, motivada por su profunda animadversión contra ciertos personajes, especialmente excomunistas, que se han permitido reflexionar públicamente sobre los crímenes del comunismo. Al parecer Peña no puede perdonarles que hayan dejado de ser comunistas, o en particular que no se hayan ido callados para la casa. Para él esto constituiría una falta imperdonable de pudor. Pero más allá de eso, se trata de una frivolidad indecente, porque una persona culta e informada como Carlos Peña, conoce perfectamente las atrocidades cometidas por los regímenes comunistas. Él sabe que todos los regímenes instaurados en nombre del comunismo han llevado siempre al terror y a la barbarie, sin excepción. Nada de esto se menciona, donde esto de ser comunista parece un juego, una especie de broma que no hay que tomarse en serio.

-¿Y cuál es su segunda explicación a las palabras de Carlos Peña?

-La segunda explicación a las palabras de Carlos Peña es mucho más interesante. Se trata de una concepción muy difundida del comunismo como una idea respetable, incluso admirable, pero utópica o mal aplicada, o aplicada bajo condiciones adversas. Por ello, las bestialidades que se han cometido en su nombre no empañarían la idea comunista en sí misma, como una especie de hermoso sueño que lamentablemente no ha sido posible realizar. Esto parece ser el comunismo para Carlos Peña, y por ello bastaría con moderarlo, contenerlo, hacerlo un poco menos utópico para que se transforme en algo positivo y deseado. Esta visión benévola del comunismo lo lleva a hablar de errores, en vez de horrores, cuando habla de las ideas comunistas… Nos dice que las ideas de los comunistas «se han revelado erróneas», no criminales ni genocidas o totalitarias, sino erróneas. Así que los campos de concentración del Gulag, las matanzas, las hambrunas, los 100 millones de muertos causados por el comunismo, todo ello sería producto de un error (…). En este sentido, Carlos Peña no solo es frívolo, yo diría es algo mucho peor que eso, es un intelectual muy representativo de aquellos que con su ceguera o incluso con su admiración, han pavimentado el camino que ha llevado a la instauración de verdaderos infiernos en la tierra, en nombre de la creación de un paraíso terrenal. Carlos Peña, que empieza diciendo que un fantasma, el fantasma del anticomunismo recorre a Chile. Yo creo que si hay un fantasma hoy día es el fantasma del intelectual Carlos Peña, que alguna vez fue respetable.

-¿Pero, cuánto pesa en Chile realmente ser comunista? Porque pareciera que el «anticomunismo» en Chile no pega.

-Porque hay mucha gente que comparte la idea de Carlos Peña, de que el comunismo es un bonito sueño, una cosa linda, que lamentablemente fue mal aplicada. Y con cierto control, con cierta moderación, como dice Peña, con una alianza que contenga los deseos más extremos del comunismo, todo esto se transformaría en algo muy positivo. Y la vinculación entre la idea y la historia es algo que es muy importante y donde hay muy poco conocimiento. O sea, hay gente que piensa, como decíamos, que la idea es buena, pero la historia es mala. Y eso es porque no entienden lo que es la idea, porque no entienden que en la misma idea comunista, tal como la formuló Carlos Marx o Engels, existe la semilla de la sociedad totalitaria, de la sociedad donde desaparece el individuo. Eso lo decía Marx abiertamente, está en los fundamentos del comunismo. Por lo tanto, la aplicación totalitaria de la doctrina no es ninguna casualidad ni ningún error, es su consecuencia lógica.

«La caricatura de la persona simpática, el comunismo con empanadas y vino tinto, bailando cueca, que se lo cuenten a otros»

 

-Hay un cierto factor de novedad en Jeannette Jara. ¿Eso es lo que pesa aquí, su personalidad?

-Claro, eso es lo que se está tratando de decir, que Jara es una comunista simpática, que en realidad parece que no es comunista de verdad, después de ser militante desde los 14 o 16 años, formada en el marxismo-leninismo, algunos creen que esto es simplemente una especie de historia antigua de una persona que hoy día comparte los ideales democráticos… si me dijeran que alguien con 30 años de militancia en partidos nazistas o neonazis de pronto se transforma en una especie de demócrata, yo diría que nadie puede creer eso, pero hay gente que cree que después de todo esto se puede transformar en demócrata, teniendo la historia, teniendo el partido, y teniendo todo aquello que ella perfectamente conoce. Ella es una militante comunista y yo creo que respetarla como tal es importante. O sea, la caricatura de la persona simpática, el comunismo con empanadas y vino tinto y bailando cueca, que se lo cuenten a otros.

-Jeannette Jara asistió al congreso del PC en enero, que llegó a algunas conclusiones importantes, en el que se habló de «recuperar el impulso por una nueva Constitución», «del proyecto de construir el socialismo en Chile», y de que «la democracia era un instrumento formal y burocrático». ¿Cuáles son los riesgos del comunismo para Chile?

-Lo primero es entender que los comunistas chilenos no han dejado de ser comunistas, nunca lo han dejado de ser. Y sus militantes son comunistas, son marxistas-leninistas, lo dicen, lo aprueban, lo celebran (…). Hay que entender una cosa que Salvador Allende dijo con mucha certeza. Los comunistas no son políticos improvisados, son formados, saben lo que están haciendo. Y el leninismo tiene como fundamento el que todos los métodos de lucha, incluso mentir, usar la democracia, lo que sea, es válido para alcanzar la revolución comunista. Esto hay que tomárselo en serio. No creo que sea respetuoso para con el partido o con Jeannette Jara decir que ahora no creen en el comunismo, o sea que se han pasado fingiendo durante 30 años o algo así. No, yo creo que hay que creerles que son comunistas. Y si son comunistas hay que pensar de que ningún régimen comunista nunca ha terminado de otra manera que no sea con el terror, la dictadura y el totalitarismo. Ahora, hay gente como el señor Peña que dice que no, que vamos a contener esa parte más extrema del comunismo, así que vamos a hacer una especie de comunismo light que sería aceptable. Los que han tratado de contener al comunismo, y ha pasado muchas veces, han terminado muy mal. Habitualmente en la cárcel, fusilado, o en el exilio. También Chávez y Fidel Castro fueron muy simpáticos en su tiempo.

-¿Y cómo vio a Jara en el primer encuentro en Frutillar?

-Ella dijo «no los vamos a expropiar», pero yo decía, esta persona es realmente increíble, o sea, ella cree que va a tener el poder de expropiar, y que por buena voluntad, por simpatía, no va a expropiar los productores de salmón. Alguien que llega a decir eso, quiere decir que tiene una agenda muy distinta, y que un día podría decir que ahora los van a expropiar. Tenemos una corriente política que cree que la economía de mercado, la democracia tal como la conocemos, son sistemas que hay que destruir. Esa es la base de este pensamiento, y no creo que Jeannette Jara haya dejado de ser ni comunista, ni nada por el estilo.

«Derrotados electoralmente los comunistas y los frenteamplistas van a empezar a soñar cada vez más con que la calle sea la alternativa que se pueda tomar»

 

-¿Pero, qué pasa si, por el contrario, el Partido Comunista pierde?, ¿Cómo ve usted ese escenario, considerando las declaraciones de Óscar Landerretche, diciendo que el país se podría convertir en un «maldito infierno»?

-Sí, esa parte es muy seria. Yo creo que la derrota electoral, que para mí es evidente que va a sufrir esta izquierda radicalizada, la va a llevar a tratar en la calle, usando la violencia y los métodos que conocemos ya desde el año 2019, de desestabilizar este nuevo gobierno, de impedirle gobernar en buenas cuentas. Yo creo que eso va a ser la tendencia que puede imperar lamentablemente, y eso pone en riesgo todo el sistema democrático.

-¿Podría surgir un nuevo estallido?

-Bueno, eso es difícil de predecir, porque la repetición de las cosas no es lo que acostumbra pasar, pero por lo menos el intento de crear un nuevo estallido va a estar muy muy presente, porque aquí se trata de no dejar que tengan éxito los adversarios. Esto es algo muy típico de los partidos comunistas, igualmente del peronismo argentino, de hacer el país ingobernable en lo posible. Y tenemos, lamentablemente, el ejemplo del año 2019, donde el país realmente estuvo en una coyuntura muy difícil, yo creo que derrotados electoralmente los comunistas y los frenteamplistas van a empezar a soñar cada vez más con que la calle sea la alternativa que se pueda tomar, y eso sería terrible para el desarrollo chileno.

«Entiendo que el Presidente Boric tiene necesidad de brillar un poquito, pero esto no es ni serio ni nadie se lo toma en serio»

 

-¿Cómo vio usted la cumbre «Democracia Siempre», liderada por el Presidente Gabriel Boric en Santiago?

-Ese es un teatro pobre, esa reunión no existe, existió para allá, para la pequeña noticia, pero realmente da pena. No fue ninguna cumbre. Yo entiendo que el Presidente tiene necesidad de brillar un poquito y tener este tipo de encuentros, pero esto no es ni serio ni tampoco nadie se lo toma en serio, menos los gobernantes europeos. Sánchez se presta para este teatro, pero él está en cosas que son muy distintas, y él sabe además lo importante que es tener buenas relaciones con Estados Unidos hoy día… Pero eso es lo que es, un teatro pobretón de provincia.

«Bachelet no quiere inmiscuirse en la campaña de Jara, porque sabe que apoyar a una candidata comunista no le va a facilitar su camino hacia cargos internacionales»

 

-¿Cree que tanto Boric como Bachelet están pensando en una plataforma internacional?

-A mí no me cabe duda que el Presidente Boric está soñando con su vuelta a La Moneda, vamos a ver con qué ropaje político ideológico, él quiere engrandecerse un poco, después de un gobierno que ha sido realmente malo y catastrófico. Cuando él dice que espera que un gobierno de Jeannette Jara sea mejor que el de él, está diciendo algo muy banal. ¿Quién va a hacer un gobierno tan malo como el de él? Realmente es muy difícil… La Presidenta Bachelet es un caso distinto, porque ella ha tenido y puede tener un rol internacional relevante, sin duda. Por eso mismo, ella no quiere inmiscuirse en la campaña de Jara, le da un apoyo hasta un cierto punto, porque ella sabe que apoyar a una candidata comunista no le va a facilitar su camino hacia cargos internacionales, eso lo sabe cualquiera, es impresentable hacer ese tipo de apoyos. Ella tiene que ser muy discreta, dar un apoyo local, pero no llevarlo más allá, porque significa que ella misma se pone una trampa delante de sí para llegar más lejos en su proyección internacional.

-¿Bachelet está pensando en la ONU?

-Seguramente, claro. Eso realmente es una cumbre a la que llegaría. Ha llegado ya bastante lejos. Por lo tanto, ella está jugando en otro terreno y, de acuerdo a eso tiene que ser muy moderada respecto de un apoyo a un candidato comunista, porque eso es realmente algo exótico en el mundo, y algo que no va a ser bien visto… Es una persona inteligente que tiene otros intereses, otras ambiciones, y esto no ayuda en nada.

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