Maxim Ross: Marx, los marxistas y la sociedad abierta
Resulta impresionante y sorprendente cómo del marxismo original, del ortodoxo de Marx, quedan pocas huellas en el mundo de hoy, pero en verdad no debería resultar tan sorprendente si hacemos un poco de memoria de cómo esas huellas fueron olvidadas, revisadas o, inclusive, objeto de elaboraciones acabadas que fueron dándole forma a una crítica progresiva de aquella ortodoxia. Para nosotros se trata de la aceptación, aunque no el reconocimiento, del progreso de las ideas que han venido dando lugar a la llamada “Sociedad Abierta”, aquella en la cual las ideas de libertad y rechazo a todo pensamiento único fueron cuajando en la mente del hombre. Debemos esa famosa combinación de palabras al grande Karl Popper en su libro “La Sociedad Abierta y sus Enemigos”(1).
Ahora bien, decíamos que no debería sorprendernos porque ello se explica bien si hacemos una reconstrucción de cómo fue evolucionando la critica marxista, y cómo desde sus inicios, en el propio Marx ya habían “anomalías” que abrirían la puerta a la crítica.
MARX Y LA PEQUEÑA BURGUESIA
Marx se encontró con un problema que rompía su tesis de la lucha de clases, que dividía claramente su definición de la burguesía y el proletariado, los dueños del capital y los preceptores del salario porque, en el caso de la pequeña burguesía, estos conceptos se solapaban frecuentemente, y aquellos que pertenecían a esa clase combinaban ambos indistintamente en sus negocios. El hecho central que deseamos destacar de esta antigua controversia en el propio Marx es que rompía con la ortodoxia del sistema cerrado, esto es aquel donde solamente y, repetimos, solamente, habían dos clases sociales. Conceptualmente era imposible aceptar que esa división fuese discutible porque, entonces, ¿cómo explicar aquello de la lucha de clases?
Sin embargo, para Marx esa era una anomalía que no negaba su teoría general y asi quedó para la historia. Con todo, si bien esta podría considerarse una ruptura con el pensamiento cerrado, otras muchas fueron contribuyendo en esa dirección. De las más conocidas está la postura de Bernstein cuando se enfrenta a la ortodoxia marxista con su tesis revisionista.
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(1) Popper, K “La sociedad abierta y sus enemigos” Seix Barral, 1968.
BERNSTEIN y el REVISIONISMO
Quizás de las primeras aperturas a las ideas de la Sociedad Abierta fue esta tesis que, muy bien elaborada, pone en entredicho aquella versión cerrada del marxismo original y que da lugar al nacimiento de la moderna socialdemocracia; cuando Eduard Bernstein aboga por las ideas de libertad y por un gobierno parlamentario (2), quiere decir por uno donde estén representados todos los actores políticos y no solamente el partido único del proletariado, el partido comunista, que aceptaba solo la existencia de proletarios y capitalistas. Podrá comprenderse la importancia de estas ideas por el solo hecho de la partición del socialismo en los dos grandes internacionales a que dio lugar, la socialdemócrata y la, todavía, de los partidos comunistas. Estaría demás decir la relevancia de esta critica con la sola permanencia de esos partidos en el mundo occidental. Dos elaboraciones más contribuyen a dotar argumentos al “revisionismo”, una del lado intelectual del marxismo con la visión de Gramsci y la otra del lado político con lo que se conoció como el “Manifiesto Laborista”.
GRAMSCI y el EUROCOMUNISMO (3)
Si nos aferramos a la versión de Marx hay que recordar el cómo se da la relación entre lo económico, las relaciones de producción con el resto de las entidades políticas y, si se quiere, intelectuales o elaboradas por la mente humana o sus instituciones. En Marx las primeras determinan inexorablemente las segundas y no hay posibilidad alguna de una interacción entre ambas. Es asi la regla del determinismo histórico que está en la base filosófica de Marx. No olvidemos que, en su sistema, la dialéctica cierra el camino para la Sociedad Abierta porque solo es posible una tesis y una antítesis. Solo dos clases sociales. Proletarios tesis y capitalistas antítesis.
Para Gramsci existe la posibilidad de una interacción entre estructura y superestructura dándole, nada mas y nada menos, que valor explicativo a las instituciones y a la política, lo cual obviamente rompe radicalmente con el determinismo histórico y de allí su contribución a que el marxismo busque respuestas del lado de la Sociedad Abierta. La ruptura que ocasiona Gramsci da pie al nacimiento de ese gran movimiento que ocupó el pensamiento europeo con la tesis del “Eurocomunismo” muy cercano, por cierto, a aquel revisionismo que dio lugar a la socialdemocracia. Las fisuras dentro del marxismo no acabaron.
EL MANIFIESTO LABORISTA
La otra gran revolución política contra la ortodoxia marxista provino del partido Laborista Británico, encabezada por el liderazgo de Tony Blair, quien sostenidamente intento separar a su partido de la vieja ideología de la “lucha de clases” al proponer un partido que podría llamarse “multiclasista”, lo cual le produjo el éxito político al acceder, y mantenerse en el gobierno durante buen tiempo. Por otra parte, esa “desalineación” con la clase obrera estuvo fuertemente ligada a su rechazo al papel hegemónico del Estado en la conducción de la vida social, dejando margen, por cierto, a la iniciativa individual y colectiva, vale decir, a alguna presencia liberal en su proyecto político. Su énfasis en reformar la cláusula 4ª de los estatutos del Partido Laborista, en la que se interpretaba el rol de Estado como el actor de la posesión de los medios de producción por parte de la sociedad, siguiendo la ideología marxista, puede considerarse de las rupturas más significativas con aquella versión de la historia. (4)
En lo que a nosotros respecta, más allá de la breve descripción realizada de sus ideas y propuestas, lo relevante es cómo se traslada del campo de la “sociedad cerrada” al de la “sociedad abierta” cuando comienza por admitir que hay un mundo más amplio, más diverso y distinto a la percepción que tenía su partido político.
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(2) Bernstein, E. “Las premisas del socialismo y las tareas de la socialdemocracia” 1899. …
(3) Gramsci, A. ”Cuadernos de la Cárcel” – Varias ediciones.
EL CASO VENEZUELA: TEODORO Y EL SOCIALISMO DEMOCRÁTICO
Más emblemática que la ruptura del MAS con su padre político, el Partido Comunista, no hay otra en la historia venezolana, aunque podría reconocerse que tiene rasgos similares a la que aborda Rómulo Betancourt cuando, también deja atrás las ideas marxistas que lo marcaron en su primera época; pero el caso de Teodoro lo es más porque estuvo acompañada de una estructural intelectual de defensa de sus ideas que marca una diferencia. Recordemos que ya, primero, se produce la ruptura con la Unión Soviética y su partido con la invasión a Checoeslovaquia, aun cuando esta no tiene todavía el peso de la defensa ideológica que se hace posteriormente. (5)
Libertad y democracia conforman el pilar de esa nueva versión del Socialismo que defiende Teodoro, dos pronunciamientos que dan en la base de su inscripción en la Sociedad Abierta, ya que ambas no pueden incluirse en el lenguaje y la ideología de los viejos marxistas que gobernaban la Rusia soviética y tampoco la de los lideres del partido que abandonó en Venezuela. El punto es que hay allí una trayectoria que lleva a la ruptura y a no quedarse anclado en el viejo paradigma.
EL MARXISMO DE HOY DIA
Lo cierto de toda esta historia critica es que poco queda de aquella ortodoxia que hoy, por un lado se enfrenta a la profunda transformación que se ha producido en el mundo del trabajo y del capital, cuando difícilmente pueden identificarse plenamente y donde aquella revolución Industrial que indujo a Marx ya no existe y, por el otro, por ese cambio de perspectiva de esos partidos convirtiéndose hoy día en defensores de todo, de la desigualdad, de las minorías, de los abusos de todo orden, esto es de todo aquello que desaparece a proletarios y capitalistas.
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(4) RIVERO, Ángel “EL NUEVO LABORISMO DE BLAIR Y EL POPULISMO.” CUADERNOS de pensamiento político. ENERO / MARZO 2012 87
(5) Petkoff, T. ¿Socialismo para Venezuela?, Editorial Domingo Fuentes. 1970ἁ
Nosotros colocamos aquí, para finalizar estas notas, un apellido que parece estar detrás de todas esas rupturas con lo “único” abriéndose a lo diverso, con lo conocido a lo desconocido. Como diría Popper, el regreso del hombre al encuentro consigo mismo.
En palabras de Popper:
“Es este un problema que debemos encarar francamente, por duro que ello nos resulte. Si soñamos con retornar a nuestra infancia, si nos tienta el deseo de confiar en los demás y dejarnos ser felices, si eludimos el deber de llevar nuestra cruz, la cruz del humanitarismo, de la razón, de la responsabilidad, si nos sentimos desalentados y agobiados por el peso de nuestra carga, entonces deberemos tratar de fortalecernos con la clara comprensión de la simple decisión que tenemos ante nosotros. Siempre nos quedará la posibilidad de regresar a las bestias. Pero si queremos seguir siendo humanos, entonces sólo habrá un camino, el de la sociedad abierta. Debemos proseguir hacia lo desconocido, lo incierto y lo inestable sirviéndonos de la razón de que podemos disponer, para procurarnos la seguridad y la libertad a que aspiramos.”
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(6) Popper, K. “La sociedad abierta y sus enemigos” Seix Barral. 1968