Democracia y PolíticaEconomíaÉtica y MoralRelaciones internacionales

Mayte Alcaraz: Adivina adivinanza

Una nación fronteriza de este tiene otro primer ministro que ha decidido dejar de mentir a sus conciudadanos y ha presentado unos presupuestos restrictivos que conjuguen su deuda pública que se eleva al 11,4%, la tercera más abultada de Europa. Para ello, propone a la sociedad un recorte de 44.000 millones y la eliminación de los días festivos

Expectativa en España por decisión de Pedro Sánchez que se conocerá este lunes

 

Hay un primer ministro europeo –presidente del Gobierno como le llamamos los españoles– que ha mirado a su alrededor y ha comprendido que la fiesta no puede seguir en todo lo alto. Que eso de gastar y gastar sin medir las consecuencias solo lleva a la ruina. Que sí, que se puede endeudar más su país, pero que eso es pan para hoy y hambre para mañana. Y que, sobre todo, la nación ha de tener prioridades. Por ejemplo, la seguridad, que «debe ocupar un puesto en la agenda de este Gobierno». Porque sin seguridad no hay políticas sociales. Y estas tienen que ser contenidas y racionales. Con palabras graves, ha llegado a verbalizar ante los ciudadanos, que el Estado social tiene los días contados. Y eso que está consagrado en la Constitución.

Lo ha explicado: uno de cada tres euros que genera el país se destina a pensiones, asistencia social y otros gastos públicos. Es hora de convertir ese dinero en eficiente y revisar quién y por qué lo recibe. Porque una consecuencia indeseada de ese festín de despilfarro público ha sido que se ha acabado con la cultura del esfuerzo y el trabajo entre muchos jóvenes y no tan jóvenes, que rechazan ofertas laborales porque viven mejor sin dar palo al agua, y subvencionados, claro. Ahora se están retirando los del baby boom y muchos de ellos ven en peligro sus pensiones porque no hay cotizaciones que soporten la avalancha de jubilaciones que se avecinan.

Ese presidente está dispuesto a decirle a sus compatriotas la verdad, por dura que resulte. Por ejemplo, que los ciudadanos tienen que ser conscientes de que hay que defenderse de un sátrapa como Putin, que saldrá victorioso de la invasión de Ucrania y legitimado para emprenderla contras otras naciones del Viejo Continente. Por ejemplo, la suya. Por ello, quiere seguir los pasos de Suecia, o de Dinamarca, o de Finlandia, o de Noruega, y recuperar el servicio militar, voluntario por el momento, porque así los jóvenes tomarán conciencia de que «unas Fuerzas Armadas que funcionan, es un requisito previo para que el país funcione».

Una nación fronteriza de este tiene otro primer ministro que ha decidido dejar de mentir a sus conciudadanos y ha presentado unos presupuestos restrictivos que conjuguen su deuda pública que se eleva al 11,4%, la tercera más abultada de Europa. Para ello, propone a la sociedad un recorte de 44.000 millones y la eliminación de los días festivos. Trabajar más, aumentar la productividad y dejar de cargar sobre los hombros del Estado la economía del país es su objetivo. Como buen gobernante, sabe que sin presupuestos no puede seguir ni un solo día en el Gobierno así que ha puesto su continuidad en manos del Parlamento y a primeros del mes que viene se va a someter a una moción de confianza. Si no consigue apoyos, presentará la dimisión al jefe del Estado. Mantenerse a costa de la ruina del país, no va con él.

Lindando con este último Estado hay otro, con un primer ministro, cuyo único mérito internacional es que sabe inglés, según sus defensores; que lleva tres ejercicios sin aprobar presupuestos, que sigue aumentando el gasto público y ha convertido en irrelevante la posición diplomática de su país; que ya no está en las reuniones para decidir el futuro de Ucrania; que se niega a contribuir a la defensa del continente (para no enfadar a sus socios nostálgicos del telón de acero); que dedica su escasa capacidad negociadora a que la UE apruebe la cooficialidad del catalán en sus instituciones, para pagar un caprichito a los partidos sediciosos que le mantienen en el poder; que la Comisión le ha abierto un expediente sancionador por torpedear una operación entre dos bancos; que los servicios jurídicos comunitarios investigan una ley de amnistía elaborada por él y los propios delincuentes; que Estados Unidos lo ha apartado de una operación a gran escala para acorralar a la narcodictadura de Venezuela, por los vínculos de un expresidente español con el tirano; que solo mantiene relaciones con los países comunistas de Latinoamérica; y sobre el que Washington indaga por sus sospechosos contactos con el régimen chino.

Como en los crucigramas, aquí van las soluciones:

Primer Estado: Alemania. Primer ministro: Friedrich Merz.

Segundo Estado: Francia. Primer ministro: François Bayrou.

Tercer Estado: España. Primer ministro: Pedro Sánchez.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba