Democracia y PolíticaDiscursos y DocumentosHistoria

Meloni liquida «la nostalgia del fascismo» de su discurso político

Italia celebró la Fiesta de la Liberación del 'nazifascismo' tras un agitado debate ideológico, en el que la primera ministra reafirma su camino desde la extrema derecha a la moderación con un elocuente mensaje contra los totalitarismos. La izquierda pide que se declare 'antifascista'

Giorgia Meloni, ayer durante la solemne ofrenda florar sobre la tumba del soldado desconocido en el Altar de la Patria, en Roma

Los partidos que representan la derecha en el Parlamento han declarado su incompatibilidad con cualquier nostalgia del fascismo«. Son las palabras de la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, durante la Fiesta de la Liberación que se celebró ayer tras un intenso y prolongado choque ideológico entre derecha e izquierda.

Italia ha conmemorado, este 25 de abril, el 78 aniversario de la Liberación de la dictadura fascista y de la ocupación nazi. Y ha sido una celebración particularmente divisiva. Durante semanas, en todo el país se ha estado hablando de lo que representa hoy la Liberación para Italia.

El debate ha sido intenso porque, por primera vez, en esta fiesta nacional hay un Gobierno de extrema derecha, presidido por Giorgia Meloni, quien a su vez es líder de Hermanos de Italia, el partido que fundó hace once años.

El ambiente se había caldeado previamente con una entrevista del presidente del Senado y cofundador de Hermanos de Italia, Ignazio Benito La Russa –la segunda autoridad del Estado–, quien afirmó que la Constitución italiana no es «antifascista», porque esta palabra no figura en la Carta Magna.

Ofrenda floral

En este contexto, se esperaba con expectación la actuación de Giorgia Meloni en su primer 25 de abril como primera ministra. Inició la jornada acompañando al presidente de la República, Sergio Matarella, quien colocó una ofrenda floral sobre la tumba del soldado desconocido en el Altar de la Patria, en la plaza Venecia de Roma. Sabiendo que Giorgia Meloni concentraba toda la atención desde hacía semanas en este choque ideológico que precedió a la Fiesta de Liberación, el ministro de Asuntos Exteriores, Antonio Tajani, de Forza Italia, muy próximo a la primera ministra, comentó a propósito del 25 de abril: «Es un error pedir cada día los análisis de sangre de Meloni. Basta. Veo alrededor muchas ganas de instrumentalizar».

No hubo análisis de sangre, pero sí se pasó por ‘rayos x’ la carta, con gran significado político, que la primera ministra envió al ‘Corriere della Sera’ para expresar su juicio histórico sobre la derecha italiana, la Constitución y la relación con el fascismo y la democracia, con el objetivo de «contribuir a hacer de este aniversario un momento de redescubrimiento de la concordia nacional».

«La democracia y la libertad –escribió Meloni– están grabadas en la Constitución, con un texto que tenía como objetivo unir, no dividir: necesitamos hacer de este aniversario un momento de renovada armonía«.

La fecha del 25 de abril fue elegida para conmemorar la Liberación de Italia, al coincidir con la liberación de Milán y Génova en 1945// abc

 

La primera ministra ha hecho una condena del fascismo, al explicar la evolución histórica de la derecha posfascista –desde el Movimiento Social Italiano, Alianza Nacional, hasta su partido Hermanos de Italia–; y ha empleado una expresión fuerte destacando «la incompatibilidad de la derecha con cualquier nostalgia del fascismo». «El fruto fundamental del 25 de abril fue, y sin duda sigue siendo –escribió Giorgia Meloni–, la afirmación de los valores democráticos, que el fascismo había pisoteado y que encontramos grabados en la Constitución republicana. El amor a la democracia es el antídoto contra todas las formas de totalitarismo». Giorgia Meloni critica a quienes utilizan «la categoría del fascismo como instrumento de deslegitimación».

Libertad sin peros

Su defensa de la libertad y la democracia la explicó también Giorgia Meloni al hablar de la guerra de Ucrania: «En todo el mundo las autocracias intentan ganarle terreno a las democracias y se vuelven cada vez más agresivas y amenazantes (…). Italia ha hecho su elección de campo, y es una elección clara. Estamos del lado de la libertad y la democracia, sin peros, y esta es la mejor manera de actualizar el mensaje del 25 de abril. Porque con la invasión rusa de Ucrania nuestra libertad vuelve a estar en verdadero peligro».

El texto de Meloni ha sido en general elogiado, pero desde algún sector se le ha puesto una pega: en su larga carta no aparece el término «antifascismo» o «antifascista», palabra que sigue siendo tabú para Giorgia Meloni. Precisamente, el que está considerado como su padre político, Gianfranco Fini, fundador de Alianza Nacional, en el que militó Meloni, le hizo esta petición el domingo en una entrevista en la RAI: «Otra vez un 25 de abril de división, polémica y, en algunos, casos peleas. Espero que Giorgia Meloni aproveche esta oportunidad para decir sin ambigüedad y reticencias que la derecha italiana ya hizo cuentas completamente con el fascismo cuando nació la Alianza Nacional. Meloni –añadió el fundador de AN que definió al fascismo como ‘el mal absoluto’– debe decir, porque sé que está convencida de ello, que la libertad y la igualdad son valores democráticos, forman parte de la Constitución, son valores antifascistas: no entiendo las reticencias a pronunciar esta palabra (antifascismo). Lo comprendo, pero no puedo justificarlo«.

La partisana Paola

Giorgia Meloni no siguió el consejo de su padre político. Lo considera un hombre del pasado. La primera ministra ha eludido la palabra ‘antifascismo’ hasta el punto de definir a los protagonistas de la Resistencia solo como «patriotas» y no como antifascistas. Hay una explicación para esta posición de Meloni.

La líder de Hermanos de Italia hace una clara distinción entre los partisanos comunistas (aunque nunca usa el término), que «no deseaban» la democracia liberal, y los de otra matriz, que ella engloba en el término «patriotas», más transversal. Aunque en la Resistencia hubo «partisanos» de todas las tendencias, a veces de forma errónea se ha identificado demasiado a los partisanos con los comunistas, algo indigerible para la derecha.

«El tiempo nos ha rebautizado como partisanos, pero éramos patriotas, siempre lo he sido y lo sigo siendo»

Por eso, en su carta Giorgia Meloni elige como símbolo de la Resistencia a la partisana Paola Del Din, de 99 años, medalla de oro al valor militar. Recuerda Meloni que Paola Del Din «luchó con las Brigadas Osoppo, formaciones de inspiración laica, socialista, monárquica y católica». Es decir, la primera ministra exalta a una partisana no comunista, que se define patriota.

En efecto, sobre la Resistencia Paola Del Din dice: «El tiempo nos ha rebautizado como partisanos, pero éramos patriotas, siempre lo he sido y lo sigo siendo». A Paola Del Din le rinde homenaje Meloni con esta frase final de su carta: «A ella le dedico este día, madre de cuatro hijos y abuela de otros tantos nietos; pero también, idealmente, de todos los italianos que anteponen el amor a la patria a cualquier contraposición ideológica».

Hasta ahora, Giorgia Meloni nunca se ha llamado antifascista. Y desde la izquierda le piden que debe dar ese paso. Así lo hizo Giuseppe Sala, alcalde de Milán, durante la manifestación del 25 de abril: «Meloni debe decir claramente: ‘Somos antifascistas’». La primera ministra lo ha evitado, porque se considera que declararse antifascista sería ‘matar’ al padre; es decir, eliminar la historia de los muchos italianos que militaron en el neofascista Movimiento Social Italiano (MSI) y, luego, en Alianza Nacional. Por eso, el lema de Giorgio Almirante, fundador del MSI, sigue siendo actual, en cierta forma, en Hermanos de Italia: «No restaurar, no negar».

La refundación

Meloni mantiene en su partido el símbolo continuista, la llama tricolor del MSI, pero a veces se ha comentado que ese logo podría desaparecer con una nueva refundación de la derecha por parte de Giorgia Meloni, en el camino que ha emprendido desde la extrema derecha hacia la moderación.

Ante la reserva de la primera ministra para autodefinirse antifascista, el presidente de la República Mattarella explicó ayer en Cuneo (Piemonte), ciudad medalla de oro de la Resistencia, que «la República fundada sobre la Constitución es hija de la lucha antifascista». Para suerte de los italianos, Mattarella es la brújula que orienta al país transalpino.

 

 

Botón volver arriba