Meloni y Orbán, en desacuerdo total sobre la nueva Europa
En su reunión de Roma, mostraron su división sobre Ucrania, Comisión y Parlamento Europeo. Meloni rompe el frente nacionalista para acercarse a los populares
No acabó bien la reunión que mantuvieron en Roma la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, y el primer ministro húngaro, Viktor Orbán. Durante hora y media se reunieron en el Palacio Chigi, sede de la jefatura del Gobierno, en el marco de las visitas que realiza Orbán a las capitales europeas, porque su país tendrá la presidencia de turno de la UE en el próximo semestre. Meloni y Orbán representan dos derechas europeas y tienen dos historias diversas. Él está considerado la bestia negra de la UE, y ella da pasos para favorecer una buena relación con los populares europeos, en particular los alemanes, hegemónicos en el PPE. Meloni y Orbán tienen una larga amistad, pero ahora están en desacuerdo en casi todo, fundamentalmente en temas claves para el futuro de la Unión Europea.
El lema de Orbán para su presidencia europea es «Hacer que Europa vuelva a ser grande». Suena como un plan ambicioso, pero muy difícil de implementarlo teniendo en cuenta las profundas diferencias incluso dentro de las propias familias políticas. En este sentido, el caso de Meloni y Orbán es emblemático. La guerra de Ucrania los separa profundamente y, además, sus estrategias políticas en la UE son completamente diversas ante la reunión clave del Consejo Europeo que decidirá el jueves y viernes sobre los altos cargos de las instituciones europeas.
La primera ministra italiana está claramente a favor del envío de armas a Kiev y apoya con firmeza a Zelenski. En cambio, Orbán está en línea con el Kremlin, no romperá sus lazos con Putin y espera que Donald Trump gane las elecciones estadounidenses de noviembre. Con cierta distancia y frialdad, Giorgia Meloni le reiteró su posición: «Sobre Ucrania no tengo intención de hacer concesiones y no creo que Europa pueda mostrar debilidad«. Orbán fue intransigente: «Es un error apoyar a Kiev de esta manera. No podemos estar de acuerdo».
Con vistas a la reunión del Consejo Europeo, Giorgia Meloni quiso marcar distancias con Orbán. Para la primera ministra italiana, su prioridad es no ser excluida de los acuerdos y lograr un papel de cierta relevancia para Italia. Para ello, a Meloni no le ha importado pagar el precio de una fractura en el frente nacionalista. Hasta ahora, Giorgia Meloni se había esforzado por mantener unidos a todos los grupos de la derecha conservadora europea para los que era un referente. Pero eran demasiadas las ambigüedades.
La primera ministra italiana, llevada por su pragmatismo, ha jugado a veces en dos bandos. Pero en esta ocasión, ante la decisiva partida europea, ha tenido que elegir campo. En consecuencia, Giorgia Meloni, que preside el grupo político de los Conservadores y Reformistas europeos (ECR, en sus siglas en inglés), le cerró las puertas a Orbán. «Si te comprometes a firmar un pacto para apoyar a Kiev, puedes estar en nuestro grupo», fue la propuesta de Meloni, a la que se negó molesto el primer ministro húngaro con esta respuesta: «Nosotros seguiremos nuestros intereses nacionales y no podemos formar parte de una familia política [el grupo ECR] donde hay un partido rumano antihúngaro». Hace una semana, Meloni sí admitió en su grupo a la Alianza para la Unión de Rumanos, el AUR, de extrema derecha, que sí firmó el compromiso exigido por la primera ministra italiana para apoyar a Kiev.
Divorcio
El divorcio entre Meloni y Orban se consumó sobre su estrategia con el futuro de la Unión Europea. Giorgia Meloni ha dado pasos significativos en su aproximación al Partido Popular Europeo, y apoyará la reelección de Ursula von der Leyen, con la que mantiene una buena relación. El objetivo de Meloni es obtener a cambio un comisario de primer nivel, quizás junto con una de las vicepresidencias. En cambio, Orbán ataca a Von der Leyen y al acuerdo entre populares, socialistas y liberales para su reelección: «No podemos apoyar el pacto de esos partidos sobre los altos cargos».
En Roma fue imposible el matrimonio conservador entre Meloni y Orbán, pero al menos quisieron mostrar también algunas afinidades, en una rueda de prensa sin preguntas de los periodistas. «Estamos de acuerdo -dijo Meloni- en que necesitamos políticas contra la baja natalidad, que es un problema para todos los Estados de la UE; estamos de acuerdo sobre los flujos migratorios y en un enfoque diferente basado en una lucha más eficaz contra los traficantes de personas». También están de acuerdo en su oposición al Pacto Verde europeo.