Milei sólo consigue engordar el victimismo del sanchismo
Ataques en esos términos son improcedentes tanto desde el terreno de los códigos diplomáticos que deben regir las relaciones bilaterales de dos naciones con tan estrechos lazos históricos y económicos, como desde las más básicas normas de educación
Ni la crítica despectiva previa de Sánchez (el sábado en un mitin del PSC) ni vejaciones anteriores del ministro Puente al presidente de Argentina –ambos episodios criticados desde estas páginas– justifican el tono insultante empleado ayer por Javier Milei contra el presidente del Gobierno de España y su esposa, precisamente en territorio español, lo que añade un plus de extemporaneidad al episodio.
Ataques en esos términos son improcedentes tanto desde el terreno de los códigos diplomáticos que deben regir las relaciones bilaterales de dos naciones con tan estrechos lazos históricos y económicos, como desde las más básicas normas de educación. Nada aporta el insulto, apenas sirve al encanallamiento del embrollo generado y para engordar el victimismo de quien ha recibido la ofensa, como ayer hicieron desde el Gobierno y el PSOE, que salió en tromba contra el PP, que no tiene papel alguno en esta disputa. La posterior reacción de Albares, llamando a consultas a la embajadora en Buenos Aires y extendiendo el conflicto a toda la UE, con llamada incluso a Bruselas, es una sobreactuación ante el ataque a Sánchez y su esposa de Milei, que en ningún caso cuestiona la democracia en España y mucho menos en Europa, tal y como dijo el ministro de Exteriores en un intento de sacar rédito electoral del episodio.