Miyares – Una Bitácora Cubana (CXV)
1-Ha muerto Francisco, el primer papa latinoamericano.
Apenas sabida la noticia, en la madrugada nuestra, en este lado americano del mundo, comenzaron los mensajes de lamento por su muerte, pero asimismo de gozo por el recuerdo de todo el bien que intentó hacer y que en muchas ocasiones logró.
Su magisterio queda atestiguado en el hecho de que en su poco más de doce años de pontificado (doce años, un mes y doce días) el Papa Francisco publicó cuatro encíclicas: Lumen fidei , Laudato si’ Fratelli tutti y Dilexit nos; y siete exhortaciones apostólicas: Evangelii gaudium, Amoris laetitia, Gaudete et exsultate, Christus vivit, Querida Amazonia, Laudate Deum, C’est la confiance.
El primer Papa latinoamericano de la historia cerró un pontificado que dividió aguas: mientras millones lo veneraban como un líder cercano y progresista, los sectores más conservadores cuestionaron sus reformas. Su último gesto, un testamento que pide una tumba sencilla en Santa María la Mayor, lejos de la fastuosidad de San Pedro, refleja el estilo humilde que lo caracterizó.
Francisco fue el tercer pontífice en visitar Cuba. Si bien su relación con el régimen puede decirse que fue controversial en ocasiones, sin embargo, debe agradecerse que gracias a la mediación del Vaticano el régimen cubano anunció la excarcelación de 553 reclusos a mediados de enero, si bien sin reconocer la existencia de presos políticos entre ellos.
Destaca Diario de Cuba que el papa Francisco calificó como «un gesto de gran esperanza» ese proceso, que concluyó a mediados de marzo y durante el cual salieron de prisión poco más de 200 presos políticos.
Como bien señala el editorial de ABC, “Francisco fue un Papa que, ante todo, quería hacerse entender por el mundo actual y entender al mundo actual. Su lenguaje siempre estuvo despojado de cargas teológicas o fórmulas acusatorias, para que la Iglesia Católica fuera ese «hospital de campaña» que curara las heridas de los hombres y las mujeres, sin preguntar ni juzgar; esa Iglesia formada por obispos con «olor a oveja», en la que cupieran «todos, todos, todos», eslogan que hizo repetir a decenas de miles de jóvenes en la Jornada Mundial de la Juventud celebrada en Lisboa”.
Que descanse en paz, ahora que ha llegado a la Casa del Padre.
2–Cuba obtiene su peor puntuación histórica en el Índice de Democracia de ‘The Economist’
En “Diario de Cuba” publican una nota más de alarma ante la cada vez más inhumana y desastrosa situación de la Isla: El llamado “Índice de democracia”, que periódicamente publica “The Economist” da al régimen cubano su puntuación más baja de la historia.
Es necesario destacar que “The Economist” no es simple un medio de comunicación más, al contrario; es uno de los más reputados y respetados semanarios de análisis de la realidad mundial -política, económica, cultural, social- en el mundo.
Puede leerse en Google que “The Economist es una publicación semanal en lengua inglesa, con sede en Londres, que aborda la actualidad de las relaciones internacionales y de la economía desde un marco global. Su primer número fue publicado el 2 de septiembre de 1843 bajo la dirección de James Wilson. Aunque por razones históricas se define a sí mismo como un periódico, su formato actual se asemeja al de una revista.
The Economist sigue una línea editorial liberal que apoya la libertad económica, el libre comercio, que ha sido definida por ellos mismos como «un producto del liberalismo de Adam Smith y David Hume». La publicación ha sido reconocida en el ámbito periodístico por el rigor y la excelencia de sus artículos, los que no suelen ir firmados, pues el consejo editorial se hace responsable colectivamente de la información allí presentada”.
¿Qué nos dice The Economist sobre la situación en la Isla y en el mundo?
“Cuba ocupó el puesto 135 y obtuvo una calificación de 2,58 puntos en el Índice de Democracia que publica el semanario inglés, y que analiza la salud democrática de 167 países del mundo en 2024.
En el estudio anual de la publicación, el sistema político de Cuba fue otra vez calificado como autoritario. El cambio significativo, no obstante, es que la puntuación obtenida por la Isla durante el año previo es menor incluso que la de 2021, cuando recibió 2,59 puntos en el índice, que evalúa los procesos electorales y el pluralismo, el funcionamiento del Gobierno, la participación política, la cultura política y las libertades civiles.
La puntuación de 2,58 puntos de la Isla en 2024 contrasta con los 2,65 obtenidos en 2023 y 2022, los 2,84 de 2020 y 2019 y los 3,00 de 2018.(…)
De acuerdo con The Economist, apenas 25 países califican hoy como «democracias plenas», mientras que 46 serían «democracias defectuosas».
Los países que lideran el ranking, en orden descendente, son Noruega, Nueva Zelanda, Suecia, Islandia, Suiza, Finlandia, Dinamarca, Irlanda, Países Bajos y Luxemburgo. Nueva Zelanda es el único país no europeo entre los primeros diez. (…)
El puntaje de América Latina y el Caribe como región bajó 0,07 puntos con respecto a 2023, al pasar de 5,68 a 5,61. En el área geográfica apenas hay dos democracias plenas (Costa Rica y Uruguay), diez democracias defectuosas, ocho regímenes híbridos y cuatro regímenes autoritarios (Cuba, Haití, Nicaragua y Venezuela).
El único país en la región que experimentó un cambio de categoría fue Paraguay, que descendió de la clasificación de democracia defectuosa a la de régimen híbrido. Esta degradación sería consecuencia de una nueva ley que restringe la libertad de acción de las ONG.
El mundo va cuesta abajo en la preservación de la democracia, pero en Cuba van más de sesenta años en que simplemente la palabra democracia no existe.
No hay ningún índice de medición internacional que indique las características indispensables para juzgar positivamente la situación de un país en el cual la Cuba castrista, ya en caída libre, pueda tener algún rasgo positivo.
3– ¿Cuánto ha robado a los cubanos el castrismo?
Para el analista Roberto Álvarez Quiñones, en Diario de Cuba, ‘El castrismo es el recordista mundial en el robo de salarios, con la explotación de decenas de miles de médicos y otros profesionales cubanos enviados a más de 50 países’.
No hay duda alguna: El castrismo representa el régimen más corrupto e inhumano en la historia latinoamericana, y entre los más crueles e ineficaces del mundo. Esto hay que resaltarlo también, porque el castrismo podría perfectamente haber escogido la senda china, o la vietnamita -y no han faltado las sugerencias para hacerlo- de un modelo económico capitalista, si bien bajo estricto control estatal. Pero el castrismo siempre ha optado por hacer de Cuba no una Isla autoritaria si bien más o menos libre y competitiva en lo económico, sino una inmensa cárcel llena de miseria y corrupción, que vive de las generosas contribuciones de autoritarismos “amigos”, como la URSS primero, y la Venezuela chavista después.
Es que a la miseria económica se une indisolublemente la miseria humana de sus dirigentes en estas seis décadas. En palabras del analista:
“Estamos hablando del régimen totalitario más corrupto, el que más ha robado, malversado, destruido, malgastado, y el único «proxeneta financiero» que ha habido entre los 35 países en los que se impuso el totalitarismo comunista en el siglo XX. (…)
Del proxenetismo de Fidel Castro y su hermano Raúl vale decir que con esa práctica fue que la no sustentable economía castrista se mantuvo a flote hasta la desaparición de la Unión Soviética. En 31 años Moscú subsidió a Cuba con unos 120.000 millones de dólares, incluidos más de 45.000 millones de dólares en «ayuda militar» según Bernard Aronson, subsecretario de Estado de EEUU desde 1989 hasta 1993.
Al desaparecer la URSS el proxenetismo castrista se enfocó en la expoliación en el extranjero como esclavos modernos de miles de médicos y otros profesionales cubanos. Y también en la diáspora cubana, casi obligada a enviar divisas y paquetes a sus familiares en la Isla para que puedan alimentarse, vestirse, asearse y sobrevivir.
Con esa «trata de personas» y el chantaje a la emigración cubana el régimen ha logrado sobrevivir en los últimos 34 años. Y hablo de chantaje porque la dictadura en la práctica dice a los emigrados: «o envían dinero y paquetes a sus familiares, o pasarán hambre y no tendrán ni ropa que ponerse».
En 26 años han robado 108.800 millones de dólares a los médicos
Por otra parte, el castrismo es el recordista mundial en el robo de salarios, con la explotación de decenas de miles de médicos y otros profesionales cubanos enviados a más de 50 países, a quienes les quita el 85% de sus salarios en divisas. Según el investigador guatemalteco Henry Morales, funcionario de Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD), entre 1999 y 2014 los «servicios profesionales médicos y técnicos» del régimen cubano en el extranjero ascendieron a 71.500 millones de dólares.
Y en los diez años posteriores se estima que fueron 57.000 millones. O sea, en los 26 años transcurridos desde 1999 la oligarquía dictatorial robó unos 108.800 millones de dólares a los profesionales allende los mares. No ha habido nada parecido en ninguna otra parte del mundo.
Veamos ahora la falacia de la educación «gratuita». El 44% de los gastos educacionales del régimen son sufragados con el salario de los trabajadores. Un informe de expertos en 2020 mostró que cada estudiante costó al Estado 4.740 pesos en el año, pero que casi la mitad de ese gasto fue sacado del sueldo de los trabajadores estatales.
El estudio reveló que cada estudiante en Cuba costó a su familia entre 1.200 y 1.400 pesos mensuales, más de la mitad de un salario mínimo. Encima, los padres tuvieron que pagar unos 250 pesos mensuales a los «repasadores» para que sus hijos de veras aprendieran algo”.
Una auténtica vergüenza, por la que algún día, esperemos que sea pronto, tendrán que rendir cuentas….
4–Leonardo Padura: Los cubanos
Leonardo Padura ha dejado una vez más su opinión sobre la situación en la Isla, haciendo énfasis en cuánto han afectado las decisiones del régimen a su generación, que él identifica como” los cubanos y cubanas que comenzamos a trabajar en los años ochenta” y que “también aún compartimos la vivienda con nuestros padres, incluso con nuestros hermanos y sus hijos, o con mucha suerte tenemos un apartamento que compartimos con nuestros hijos y sus esposas y los hijos de nuestros hijos”.
¿Qué son ahora estos cubanos?
“somos ahora destacados científicos, prestigiosos profesores, experimentados obreros, condecorados militares, campeones olímpicos, artistas de fama mundial, veteranos de guerras a miles de kilómetros de nuestras costas, pero no desembarcamos en el Granma ni estuvimos en La Sierra”.
Dejémosle continuar con una selección de afirmaciones en su interesante reflexión:
“Nuestro papel ha estado bien claro: trabajar duro, demostrar lo aprendido y agradecer a la Revolución y a sus dirigentes. (…)
En 1980, había pasado Playa Girón, la Lucha contra Bandidos, la Ofensiva Revolucionaria, la Zafra de los Diez Millones, la ayuda a los movimientos guerrilleros en América Latina y la Guerra de Viet Nam. (…)
Cuando al campo socialista europeo le sucedió lo único que le podía suceder al campo socialista europeo, las cubanas y los cubanos que comenzamos nuestra vida laboral en 1980 teníamos más de 30 años o casi y estábamos listos para reaccionar, y sabíamos que la única salida no era la «opción cero«, pero no estábamos políticamente maduros, nos faltaba la experiencia del Granma y de La Sierra. Nuestra misión seguía siendo trabajar duro, demostrar lo aprendido y agradecer a la Revolución y a sus dirigentes.
Las cubanas y los cubanos que comenzamos nuestra vida laboral en 1980 (o cerca) ya tenemos 50 años y más de 50 también, y hemos visto llenarse los campos de marabú mientras los noticieros nos enseñan postales idílicas de la abundancia.
Hemos visto como se convierte el guajiro en una especie en peligro de extinción como las vacas o la caña de azúcar. (…).
Los nietos de las cubanas y los cubanos que comenzamos nuestra vida laboral en 1980, tienen ahora maestros que escriben Habana sin «H» y campiña con «n» y que declaran sin pudor no saber dónde nació Antonio Maceo, porque eso no es materia de su grado.
Las cubanas y los cubanos que comenzamos nuestra vida laboral en 1980, hemos visto proliferar pícaros y farsantes de toda laya en todos los niveles y hacer de la consigna un método y de la apariencia un culto (…)
Y otra vez se nos recuerda que nos toca seguir trabajando duro, demostrar lo aprendido y confiar en la Revolución y en sus dirigentes, porque nosotros no desembarcamos en el Granma ni estuvimos en La Sierra. (…)
Las cubanas y los cubanos que comenzamos nuestra vida laboral en 1980 somos ahora niños viejos, que necesitan una vez más ser regañados y aleccionados por las mismas personas que desde hace más de medio siglo nos regañan y aleccionan, porque hay que tener en cuenta que nosotros no desembarcamos en el Granma ni estuvimos en La Sierra Maestra”.
5–Yoani Sánchez: Mario Vargas Llosa y Cuba
Ha fallecido un gran escritor hispanoamericano, pero de cultura e inteligencia universales. Si bien de joven fue comunista, e incluso fue cercano al castrismo, supo reaccionar a tiempo ante la evidencia del grado de crueldad e inhumanidad que en realidad cubría -y cubre- toda la realidad, toda su pulsión de poder totalitario de estos seres infernales que esclavizaron nuestra querida Cuba.
A partir de ese redescubrimiento personal de Vargas Llosa, este escritor que con cada nueva obra perfeccionaba una forma excelsa de escritura y de interpretación de la vida -en especial la latinoamericana- se hizo un campeón a favor de la democracia y de las instituciones de la libertad, dentro de su militancia en el pensamiento y la política liberales.
Muy importante: en ese devenir biográfico que incluso lo llevó a aspirar la presidencia de su país, nunca olvidó a Cuba. O a Venezuela. O a Nicaragua.
Donde quiera que hubiera una injusticia causada fundamentalmente por tiranías injustas, estaba Vargas Llosa dando la pelea con su voz y su pluma.
Fallecido, han llovido y siguen lloviendo, de forma torrencial, homenajes, recuerdos y reconocimientos.
Quisiera concluir entonces esta Bitácora compartiendo parte del sentido homenaje de Yoani Sánchez, en 14ymedio:
El aguzado olfato de Mario Vargas Llosa pronto detectó el autoritarismo de Fidel Castro, su alergia a los artistas y la deriva totalitaria del régimen
“La última vez que conversamos fue en su Perú natal. Después de compartir escenario y reflexionar sobre literatura, autoritarismos en América Latina y derroteros del periodismo, Mario Vargas Llosa y yo nos despedimos bromeando sobre una posible conferencia suya en la Universidad de La Habana. Recuerdo que le dije que de seguro el Aula Magna se quedaría pequeña, la Plaza Cadenas se llenaría de jóvenes y toda La Colina estaría repleta de cubanos que lo habían leído a pesar de la censura editorial contra sus libros. Pero el regreso a la Isla nunca se dio.
En el año 2000, cuando trabajaba en mi tesis Palabras bajo presión, la literatura de la dictadura en América Latina, recibí del peruano el mejor regalo literario que podía esperar. La publicación de La fiesta del chivo no solo resultó un gustazo para la ferviente lectora de su obra en que me había convertido tiempo atrás, sino que reforzaba la hipótesis de mi trabajo de graduación: la literatura sobre la dictadura no se ha agotado en este continente, en tanto los sátrapas siguen tiñendo de represión y autoritarismo nuestras tierras.
Mario Vargas Llosa tenía la capacidad de tocar mi vida, retorcerla y girarla con algunas de sus obras. En 1993, espoleada por el deseo de leer alguna novela de aquel hijo de Arequipa, incluido en las listas negras de las editoriales y de las universidades cubanas, desembarqué en la sala de un periodista irreverente apartado de su profesión. De aquel encuentro saqué dos vivencias que moldearon mi existencia, el zambullirme en La guerra del fin del mundo y conocer a Reinaldo Escobar, la persona con la que comparto hasta el día de hoy vida, sueños y un hijo.
Otro terremoto, pero esta vez académico, fue la inclusión en la lista de obras analizadas en mi tesis de aquel libro sobre Rafael Leónidas Trujillo. Mario había logrado no solo retratar al dictador dominicano con sus excesos y su decadencia moral, sino que además había trazado un mapa que permitía seguirle la pista a cualquier tirano. Era muy difícil no encontrar analogías entre el caprichoso Chapita y el veleidoso Fidel Castro, que lo mismo se embarcaba en una faraónica zafra o destrozaba económicamente la Isla que encarcelaba a un poeta por sus agudos versos contra el poder.
La fiesta del chivo era sobre un caudillo, pero a la vez los tocaba a todos, porque los tiranos comparten más rasgos de los que se notan a simple vista. La mayoría carece de sentido del humor, rechazan el debate público con sus contrincantes, a los que encierran en oscuras mazmorras o fusilan, hacen de la omnipresencia en cada aspecto de la vida nacional una forma de controlar lo mismo el uniforme con el que los niños asisten a la escuela que el sabor de helado que más se vende en los comercios.
Acercarse a los oscuros abismos de la personalidad de El Jefe, El Benefactor de la Patria dominicana o El Perínclito, como se le conocía, evocaba también las profundidades tenebrosas del Comandante que en enero de 1959 inició la destrucción de la nación cubana en todos sus aspectos —económico, ético, educativo— y ha condenado su población a un éxodo masivo sin precedente.
Aquellas similitudes entre Trujillo y Castro no solo eran evidentes para mí a medida que avanzaba en la lectura del libro, forrado con una página de una revista oficialista, para evitar a los delatores y a los extremistas. El tribunal que evaluaba mi tesis de graduación también notó aquellas confluencias y se molestó, especialmente porque incluyera como autor protagónico de aquel trabajo a la “bestia negra de la literatura latinoamericana”, según los estrechos límites de la política cultural revolucionaria.
Años después, cuando tras casi una década de sufrir una prohibición de salida de Cuba, logré viajar a España, pude conocer a Mario Vargas Llosa. Conversar con él era mucho mejor que leerlo, si algo puede superar el gozo de acercarse a las miles de páginas que escribió a lo largo de su vida. Interlocutor locuaz, también tenía el don de escuchar y de hacer buenas preguntas. Era generoso con sus anécdotas personales, sus consejos literarios y sus amplios conocimientos políticos. Al grupo de activistas y periodistas cubanos que compartimos con él varias jornadas en Casa de América nos trató con deferencia y respeto. Ya para entonces era premio Nobel de Literatura. (…)
Nos volvimos a ver en varias ocasiones. Siempre quería saber qué había sido de algunos lugares, funcionarios y escritores que había conocido en aquellos viajes a Cuba, cuando, como tantos otros intelectuales latinoamericanos, vio en la Revolución cubana un proceso emancipador y libertario. Aquel idilio duró poco y el aguzado olfato de Mario Vargas Llosa pronto detectó el autoritarismo de Fidel Castro, su alergia a los artistas y la deriva totalitaria del régimen que construía a golpe de censura y paredón.
En 2014, cuando nació el diario 14ymedio, nos mostró un apoyo cariñoso y entusiasta. Era tan buen periodista como novelista, así que entendía perfectamente la importancia de una prensa libre para cimentar una apertura democrática en Cuba. Nos ofreció una entrevista en su casa en Madrid, volví a escuchar aquella risa infantil y fantaseamos con un momento sentados en el muro del Malecón de La Habana en una noche estrellada en la que, junto a miles de personas, celebraríamos la caída del castrismo.
Este domingo ha muerto Mario Vargas Llosa. La escena de un brindis y unas carcajadas libertarias en el litoral habanero ya no podrá materializarse. Tampoco se llevará a vías de hecho aquel pronóstico de una charla en el Aula Magna de La Colina, repleta de jóvenes que llevarían sus novelas, ya sin tener que colocarles un forro para esconder el autor, para que el peruano las firmara.
Sin embargo, estoy convencida de que en un futuro más cercano de lo que podemos imaginar ahora, el nombre del autor de La tía julia y el escribidor, Conversación en la Catedral y La casa verde, bautizará cátedras, centros de investigación, concursos literarios y facultades en la Isla. Las tesis de graduación sobre su obra serán innumerables y ningún estudiante se sentirá acosado por incluirlo en su bibliografía. Ese día quizás saque de la gaveta mi título de filología y regrese a una profesión que Mario ayudó a moldear como tantas otras cosas en mi vida”.
Descansa en paz, hermano Mario. Hermano de lo bueno del mundo, hermano de la Cuba democrática y justa.
Marcelino Miyares, Miami, 23 de abril 2024.