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Miyares: Una Bitácora cubana (CXXII)

 

DUELO | ⚫ Falleció Armando Durán Aché, destacado periodista, diplomático y analista político venezolano. Ocupó diversas carteras ministeriales durante el gobierno de Jaime Lusinchi y el segundo gobierno de Carlos Andrés Pérez.

 

1 – Adiós, Armando

(Quiero comenzar reproduciendo la nota que Marcos Villasmil y yo publicamos en americanuestra.com ante el fallecimiento de Armando Durán, nuestro colaborador, pero sobre todo, hermano, amigo inolvidable…)

 

Ha fallecido Armando Durán, un gran político, analista, periodista y ciudadano

Querido Armando:

Los obituarios que han aparecido sobre tu partida coinciden en decir que fuiste un destacado político, intelectual, ministro, embajador, parlamentario, director de diversos medios de comunicación. Pero fuiste más, mucho más.

Fuiste para nosotros un amigo, un hermano, de esos que siempre están pendientes, de los que no se alejan aunque las circunstancias obliguen a distancias físicas, que no espirituales.

Siempre defendías que la democracia liberal implica la importancia del escepticismo, del debate ciudadano, de la capacidad crítica, de la cual, por cierto, tú demostrabas tener a raudales. Pocos analistas conocían la historia de nuestros países como tú -en especial la cubana, la venezolana, la norteamericana, la española, naciones que con su historia y cultura constituyeron el alma de tus quereres desde tus años mozos-. Por ello, en tus artículos construías analogías históricas que cuadraban perfectamente con la realidad de los hechos.

Socialdemócrata de convicciones firmes -adeco, en su expresión política venezolana- fuiste un servidor estelar del Estado democrático venezolano, de sus instituciones, de la defensa de sus logros, pero mostrando desvelo y crítica ante sus carencias y errores.

Fuiste asimismo -algo que no se menciona lo suficiente- un destacado intelectual, con un doctorado en Filología Románica de la Universidad de Barcelona, y por ello deseaste compartir tus conocimientos humanistas como profesor en la Universidad de Ann Arbor, en Michigan.

Siempre defendiste que la libertad de expresión no se negocia, que no tenemos por qué renunciar a ella y aceptar una cultura opresiva y asfixiante. Tu visión de la democracia aspiraba a la justicia, sin duda, pero no negaba la importancia de la libertad y sus instituciones.

Por ello combatiste siempre la retórica asfixiante de los extremismos, a los oportunistas vocacionales, a los constructores de mentirosas realidades para obtener ganancias políticas. En fin, los falsos demócratas, los servidores de injusticias.

Tú nunca fuiste uno de ellos. Fuiste sobre todo un ciudadano ejemplar. Y, nosotros, dos de tus amigos más fervientes, te extrañaremos por siempre.

 

Marcelino y Marcos

 

Algunas notas a La costurera de Chanel de Wendy Guerra | by La Jeringa | Medium

 

2 – ‘Un Gobierno que no es capaz de salvar a un pueblo tiene la obligación moral de dimitir’

La escritora cubana Wendy Guerra denuncia en Diario de Cuba el colapso de la Isla: ‘El país se ha tornado un vertedero gigante, mientras las autoridades miran hacia otro lado’.

Wendy Guerra Torres es una poeta y novelista cubana que nació en La Habana. Desde 2021 reside en Miami.

Es conocida por novelas como Todos se van (ganadora del Premio de Novela Bruguera 2006, y adaptada al cine), Nunca fui Primera Dama, Domingo de Revolución y Posar desnuda en La Habana.

Recibió la Orden de Chevalier des Arts et des Lettres del Gobierno Francés en 2010. Ha sido traducida a múltiples idiomas y es considerada una de las voces literarias más relevantes de América Latina. Forma parte de la iniciativa Bogotá 39, un grupo de autores latinoamericanos destacados.

Sus artículos han sido publicados en medios internacionales como El País, The New York Times, y El Mundo.

Su voz y opinión, respetada dentro y fuera de Cuba, es escuchada más allá de los confines geográficos naturales (Cuba y Miami). En reciente declaración, dice grandes verdades sobre la dictadura castrista:

«Un Gobierno, un líder, un Estado fallido que no es capaz de salvar a un pueblo, tiene el deber, la obligación moral, la responsabilidad urgente de dimitir y dejar el país en manos de aquellos que puedan rescatarlo; de lo contrario, pasará a la historia como el verdugo que terminó de aniquilarnos y nos exterminó como nación». Veamos un extracto de sus palabras:

«El país se ha tornado un vertedero gigante, mientras las autoridades juegan, impostan o miran hacia otro lado», dijo. «Mantener una utopía inexistente vale más para ellos que la vida de todo un pueblo», enfatizó.

«En Cuba, ahora mismo, fallecen o padecen miles de personas a causa de la proliferación de enfermedades y virus conocidos o desconocidos, desatados por la profunda insalubridad que atraviesa la Isla»; asimismo, criticó que «apenas existe servicio de transporte público para llegar a los centros de salud. (…)

«Cada día miles de personas se acuestan sin comer, o no tienen qué desayunar antes de salir a enfrentar su jornada. Los sueldos no alcanzan para comprar alimentos, jabón, detergente para bañarse, lavar la ropa o transporte para desplazarse por pueblos y ciudades».

«La Cuba de hoy es un completo caos, donde solo unos pocos sobreviven al colapso social (…)”

Dijo, además, que «los periodistas independientes que no están presos, ‘regulados’ o desterrados, arriesgan su libertad contando historias que al resto del mundo les cuesta editar porque suenan a distopía. Los apagones, la falta de agua y, sobre todo, la separación y desarraigo familiar son el día a día de los cubanos. La ilusión de que regresen la luz, los hijos, nietos, padres y hermanos es el ruego cotidiano dentro de la Isla». (…)

Mientras, «el exilio sostiene económicamente a una parte importante de la población cubana, enviando dinero, medicinas y alimentos para la supervivencia. Paradójicamente, para el Estado cubano, ese exilio que los mantiene vivos con oxígeno personifica a su mayor enemigo», indicó.

«Mi nación está herida de muerte, el resto del mundo debe saber cuán profundo es el daño antropológico. El colapso de Cuba no se debe observar como un fenómeno aislado(…)

El texto de Guerra sucede en un contexto de resquebrajamiento integral de la sociedad cubana, con el 89% de la población en la pobreza, según datos del Observatorio Cubano de Derechos Humanos. Mientras la nación se hunde, el régimen insiste en la propaganda y resuenan entonces las palabras recientes de Human Rights Watch: «Hay una percepción de que Cuba ya no tiene solución, de que su dictadura es el estatus normal».

 

 

Alejandro Gil es investigado en Cuba por "graves errores" – DW – 08/03/2024

 

3-Más de seis décadas de purgas políticas en Cuba

La caída de Alejandro Gil Fernández es un capítulo más de la liturgia política como reafirmación del poder, destaca 14ymedio

 

El exviceprimer ministro y exministro de Economía de Cuba, Alejandro Gil Fernández, está siendo juzgado y se encuentra en prisión provisional por varias acusaciones graves tras su destitución en febrero de 2024.

Las principales acusaciones en su contra son:

Espionaje (Esta es una de las acusaciones más serias, ya que en el contexto cubano puede conllevar la pena máxima); malversación de dinero; lavado de dinero; cohecho; evasión fiscal; tráfico de influencias; falsificación de documentos públicos; actos en perjuicio de la actividad económica o de la contratación; infracción de las normas de protección de documentos clasificados y sustracción, y daño de documentos u otros objetos.

Mientras tanto, la hija de Gil Fernández ha manifestado que su padre no reconoce los delitos que se le imputan y que el proceso es una «total manipulación«.

Este es un capítulo más de cómo los regímenes comunistas y socialistas revolucionarios tratan a sus antiguos hijos predilectos, los privilegiados que gozaron y ejercieron el poder, y que, por la propia dinámica totalitaria, caen en desgracia, son sustituidos (por otros futuros candidatos a chivos expiatorios).

Sucedió en la URSS leninista y estalinista, en la China maoísta -y subsiguientes, hasta hoy, en la Corea del Norte, etc.

LO IMPORTANTE ES QUE EL RÉGIMEN SOBREVIVA. Por ende, siempre habrá culpables de todo, el sistema, según sus defensores, no lo es nunca.

Resumamos brevemente la nota de 14ymedio:

“En Cuba, los poderosos no suelen caer con estrépito, más bien se deslizan hacia el silencio. Algunos desaparecen tras un comunicado breve, otros se desvanecen con un elogio que suena a epitafio. La historia política del último medio siglo en la Isla puede leerse, también, como un inventario de caídos en desgracia. Del marxismo disciplinario de los años 60 al tecnocratismo desconfiado de este siglo, los «errores» de los ministros y cuadros del Partido Comunista han sido tan predecibles com o la manera en que el Estado los sepulta, con consignas y sin explicaciones.

El derrumbe de Alejandro Gil Fernández, ex ministro de Economía y Planificación, acusado de espionaje y otros delitos, no es una anomalía. Es apenas el más reciente capítulo de una liturgia política que se repite con puntualidad revolucionaria desde 1959: la purga como reafirmación del poder.

Hubo una caída fundacional, una que dejó huella en la gramática del poder revolucionario: Huber Matos, comandante del Ejército Rebelde y héroe de la Sierra Maestra, fue el primer hombre en descubrir que disentir del rumbo del proceso equivalía a traición. (…)

En 1968, Aníbal Escalante, dirigente del Partido Unido de la Revolución Socialista, fue acusado por integrar la «microfracción» y condenado a quince años de cárcel. La prensa oficial no habló de diferencias ideológicas sino de «actividades divisionistas», y Escalante, que había ayudado a fundar el Partido, terminó convertido en ejemplo de lo que no debía repetirse. Murió en el exilio.

Era la época en que una frase bastaba para desaparecer: «El compañero ha sido liberado de sus responsabilidades»

El método quedó establecido: identificar, aislar y borrar. Nunca se ha tratado de justicia sino de dura pedagogía política.(…)

Pero el gran rayo destructor fue, sin dudas, el de 1989, el mismo año de la caída del Muro de Berlín, cuando la Revolución cubana decidió juzgarse a sí misma. La llamada Causa No. 1 llevó al paredón al general Arnaldo Ochoa, héroe de Angola y Etiopía, junto a Tony de la Guardia y otros altos oficiales, acusados de narcotráfico y traición. Fue un espectáculo cuidadosamente televisado, una mezcla de purga interna y mensaje ejemplarizante. Mientras el mundo comunista se tambaleaba, el régimen cubano prefería ajustar cuentas puertas adentro. Los juicios fueron presentados como un acto de limpieza moral, pero en realidad funcionaron como una advertencia: nadie estaba —ni podía aspirar a estar— por encima del comandante en Jefe.

El proceso marcó un antes y un después en la política cubana. Desde entonces, la palabra lealtad se volvió un valor de supervivencia más que de convicción. El fusilamiento de Ochoa –una figura popular incluso entre los militares– selló el fin de la ilusión de pluralidad dentro del régimen. A partir de ahí, la Revolución aprendió a depurar sin balas. Bastaba con el silencio, la reclusión discreta o la desaparición del rostro en la prensa oficial. La muerte del general no solo cerró una era; inauguró el método moderno de la deshonra socialista

El caso de Carlos Aldana fue la versión tropical de un manual de errores políticos: un hombre que creyó que el poder era un asunto de discursos inteligentes y no de silencios oportunos. A comienzos de los años 90, Aldana era el rostro visible del Partido, el encargado de la «rectificación de errores» y, según muchos, el único que hablaba con cierta franqueza. Pero la franqueza, en Cuba, siempre ha sido un deporte de riesgo. En 1992 desapareció de la escena con un comunicado del Comité Central que sonaba más a epitafio que a sanción: «graves errores e indisciplinas». Nadie explicó más. Su nombre se volvió tabú, y su caída marcó el inicio de un largo invierno político donde la lealtad pesó más que la inteligencia.(…)

Después vendría el truene a Roberto Robaina, canciller durante los años del Período Especial. Joven y carismático, el posible benjamín fue destituido en 1999 por «conductas impropias de un cuadro dirigente». No hubo juicio ni detalles, pero el mensaje fue claro: demasiada visibilidad es peligrosa en un sistema que desconfía de quienes atraen demasiado las miradas. Hoy pinta cuadros y evita las cámaras.

Cuarenta años después de la «microfracción» de Escalante, llegó la «macrofracción» de 2009. Aquel año, el general Raúl Castro decidió reordenar el poder tras la salida de su hermano de la vida pública y, de paso, sacrificar a varios de los rostros más conocidos del período anterior. En una carta publicada por la prensa oficial, Fidel Castro describió a Felipe Pérez Roque, ministro de Relaciones Exteriores, y a Carlos Lage Dávila, vicepresidente del Consejo de Estado, como hombres que se dejaron seducir por las mieles del poder.

El caso del ex ministro de la Industria Alimentaria, Alejandro Roca Iglesias, condenado en 2011 a quince años por corrupción en un negocio con el empresario chileno Max Marambio, dio paso a la fase de las purgas «económicas». (…)

Entre los escombros de tantas lealtades rotas, el caso de Alejandro Gil solo confirma que el castrismo, más que un proceso político, ha sido una cadena de relevos forzosos. En seis décadas, la pauta no ha cambiado: cada vez que el sistema se agota, busca a quién culpar. Y el elegido, como en toda buena fábula co munista, suele ser el que hasta ayer mismo aparecía, sonriente, en la foto oficial”.

 

Pese al embargo, en octubre la exportación de productos agrícolas de EEUU a Cuba se disparó un 91% | DIARIO DE CUBA

4 El “bloqueo” no existe

“El régimen se inventó el término «bloqueo». Con él alimenta su narrativa victimista y tiende una cortina de humo para cubrir su incompetencia”. Nos señala Carolina Barrero en Cubanet.

“La narrativa del «bloqueo» es propaganda oficial del régimen cubano”.

Muy cierto. A esta altura, solo los tontos útiles de la izquierda europea y latinoamericana pueden creerse tal patraña. Sesenta años de usar esa excusa-mentira como un “bálsamo de Fierabrás” político.

Recordemos que el tal bálsamo era un curioso ungüento medieval que se creía que lo curaba todo; la narrativa del bloqueo ha sido usada por el castrismo “como la explicación universal de cada fracaso económico, cada escasez, cada apagón que devasta la vida cotidiana de los cubanos”.

Pero lo cierto es que “cuando se examinan los flujos comerciales efectivos, las transacciones financieras verificables y la distribución real de recursos en la Isla, el edificio argumentativo del régimen se desmorona. Las consecuencias económicas que La Habana le atribuye al embargo resultan imposibles de sostener frente a la evidencia empírica.

Una vez más, somos testigos de esta disonancia típicamente marxista entre discurso y realidad. La cual, obviamente, forma parte de la estrategia de distorsión narrativa para buscar defender fracasos, para explicar lo inexplicable, para confundir causas y efectos.

 

Destaquemos algunos ejemplos señalados en la nota:

“Los registros oficiales del Departamento de Agricultura de Estados Unidos plantean una contradicción frontal con la narrativa del “bloqueo total”. En 2024, las exportaciones estadounidenses a Cuba superaron los 370 millones de dólares en productos agrícolas y alimentos. Los productos incluyen pollo congelado, soja, maíz y trigo: precisamente los insumos básicos que un país supuestamente “bloqueado” no debería poder adquirir de su principal adversario geopolítico.

El incremento comercial ha sido sostenido y dramático. En febrero de 2025, estas exportaciones alcanzaron 47 millones de dólares, marcando el nivel más alto desde 2014. El aumento representa un salto del 75,1% comparado con el mismo mes del año anterior. Entre enero y junio de 2025, las ventas acumuladas llegaron a 243,3 millones de dólares, un crecimiento del 16,6% respecto al mismo período de 2024. Para finales de 2025, el flujo comercial total superará los 585 millones de dólares según proyecciones basadas en tendencias actuales. El total de compras de Cuba en Estados Unidos desde 2001 hasta la fecha, representa más de 7.679 millones de dólares (USD), según los registros del USTEC.

Esta cifra adquiere su verdadera dimensión cuando se comprende que Estados Unidos se ha convertido en uno de los cinco principales proveedores de alimentos del mercado cubano. La paradoja resulta imposible de ignorar: el país que supuestamente “bloquea” a Cuba hasta causarle hambruna le vende pollo, arroz, leche y medicinas de manera regular y creciente.

La diversificación comercial va mucho más allá de los alimentos. En los primeros meses de 2025, Cuba adquirió desde territorio estadounidense vehículos usados por valor de 15,3 millones de dólares, motocicletas, paneles solares, maquinaria agrícola, equipos médicos, productos químicos industriales y sistemas de refrigeración. El catálogo de importaciones abarca desde tractores John Deere hasta hostias de comunión, pasando por café premium, arroz de grano largo, leche en polvo fortificada y cortes selectos de carne de cerdo”.

 

Los hechos duros lo demuestran. El Bloqueo es otra mentira más que busca ocultar la terrible incompetencia de la dictadura.

 

Marcelino Miyares, Miami, 23 de noviembre 2025.

 

 

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