Morales eterno
En vez de tratar de perpetuarse en el poder, el presidente de Bolivia debe respetar lo que dice la Constitución
Evo Morales ha cometido un tremendo error al decidir volver a presentarse a la presidencia de Bolivia en contra de lo que dice explícitamente la Constitución —que él mismo impulsó— y del parecer de la mayoría de los bolivianos expresado en tal sentido en un referéndum.
Con su decisión de aferrarse al poder, Morales le hace un inmenso daño al actual sistema político boliviano que él puso en pie y que, en líneas generales, ha dado a Bolivia un importante periodo de estabilidad. El mandatario ha decidido sacrificar los logros de su gestión y saltarse las reglas del juego siguiendo el mismo manual populista utilizado en Venezuela por Nicolás Maduro exactamente con el mismo objetivo: no dejar la presidencia.
La Constitución de Bolivia admite dos mandatos presidenciales consecutivos, sin embargo, una polémica resolución del Tribunal Constitucional permitió a Morales —en la presidencia desde 2006— volver a presentarse en 2014. Tras vencer optó por reformar la Constitución para poder presentarse a otra nueva reelección. Así, en la creencia de que lo ganaría, convocó un referéndum en 2016. Sin embargo, los bolivianos consideraron que 13 años en el poder —las próximas elecciones serán en 2019— son más que suficientes y dijeron no al proyecto del mandatario.
Morales puso en juego entonces la estructura de realidad paralela que empieza a ser tristemente reconocible en Latinoamérica. Saltándose la legalidad, la voluntad popular —dijo que el referéndum no era válido porque la población había votado “engañada”— y el consenso político, el mandatario apeló a los “movimientos sociales” que, según él, reclamaban su permanencia en el cargo. Y ahora, de nuevo, su proyecto ha sido avalado por otra polémica sentencia del Constitucional.
Morales, sin duda, ha hecho historia en Bolivia. Ahora debe entender que su tiempo toca su fin y tiene que respetar la ley.