Muere el escritor mexicano Sergio Pitol
El escritor mexicano Sergio Pitol, premio Cervantes en 2005, ha fallecido a los 85 años en su vivienda de Xalapa, capital del estado de Veracruz (México), según han confirmado sus allegados a Efe. Traductor, diplomático, viajero, promotor de la literatura universal y autor de obras traducidas al italiano, ruso, inglés, húngaro, chino, polaco y árabe, padecía afasia primaria progresiva, una enfermedad que en el último año le impidió caminar, moverse y hablar.
Pitol nació en Puebla (México), el 18 de marzo de 1933. Su infancia fue difícil, ya que su madre murió cuando el escritor tenía cuatro años y al poco tiempo contrajo la malaria, lo que le obligó a mantenerse encerrado prácticamente hasta los doce años. Cuando se recuperó, sólo pensaba en viajar, pasión que se convirtió en el motor de su vida y de su creación literaria. De su abuela, quien le crió, heredó su pasión por la lectura; de hecho, a los doce años, ya había leído a Verne, Stevenson, Dickens y Tolstoi.
Se licenció en Derecho y Filosofía en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) e inició, en 1960, una carrera diplomática que le llevó como embajador a Praga (1983-1988) y, como agregado y consejero cultural, a Belgrado, Varsovia, Roma, Pekín, París, Budapest, Moscú y Barcelona (1969-1972). También fue profesor en Xalapa (México) donde, en 1993, fijó la residencia habitual.
Apasionado difusor de la literatura centroeuropea y brillante traductor de autores como Conrad, James, Gombrowicz o Andrzejews, su obra, eminentemente memorialística, se caracteriza por una gran agilidad narrativa y contiene anotaciones autobiográficas, reflexiones sobre arte, crónicas de la actualidad e impresiones de sus múltiples viajes. Es autor de dos libros fundamentales sobre la cultura mexicana de finales de siglo: «El arte de la fuga» (1996) y «Pasión por la trama» (1998).
El cuento, género por excelencia
El cuento es el género por excelencia de su obra literaria, en la que destacan: «No hay tal lugar (1967)»; «Infierno de todos» (1971), llevada al cine en 1989 como «El acoso», con guión de Gabriel García Márquez; «Los climas» (1972); «El tañido de una flauta» (1973); «Asimetría» (1980); «Cementerio de tordos» (1982); «Domar a la divina garza» (1988) o Vals de Mefisto (1989). En la década de los 90 publicó «La vida conyugal» (1991), «Todos los cuentos más uno» (1998) y su trilogía «Tríptico de Carnaval» (1999). De sus últimos libros cabe citar «El viaje» (2000), «De la realidad a la literatura» (2002), el libro de memorias «El mago de Viena» (2005) y la selección «Los mejores cuentos» (2005).
En 2005 recibió el premio Cervantes, el más importante de las letras hispanas, de manos del Rey Juan Carlos por «sus reflexiones constantes sobre el arte de escribir, su anticipación a la fusión de géneros, y por su dimensión cervantina». En su discurso confesó que la infancia era uno de los pilares de su obra y dedicó unas palabras al autor del Quijote: «Un adelantado de su época. No hay ninguna corriente literaria importante que no le deba algo al Quijote: las varias ramas del realismo, el romanticismo, el simbolismo, el expresionismo, el surrealismo, la literatura del absurdo, la nueva novela francesa y muchísimas más encuentran sus raíces en el libro de Cervantes».
Un escritor cinéfilo
Durante toda su vida, Pitol fue un gran aficionado al cine. De hecho, con el dinero que recibió por el premio Herralde de Novela en 1984 se instaló una sala de proyección en su casa de Xalapa. En una entrevista concedida a este diario en 2006, el literato explicaba el origen de esta pasión: «De pequeño, cuando no tenía fiebre me llevaban al cine. Era un cine ambulante y las proyecciones se realizaban en un almacén. Aquellas películas aún las tengo en la memoria: «La reina Cristina de Suecia», «La llama de Nueva Orleáns», «Ser o no ser» (que después habré visto veinte o veinticinco veces), «Tres lanceros bengalíes», «La carga de la brigada ligera«, películas de Capra… Ahora apenas veo cine moderno; sólo alguna vez en televisión, pero ni siquiera sé sus títulos. Lo que verdaderamente me gusta es el cine clásico, los expresionistas alemanes».
El ministro de Cultura, Íñigo Méndez de Vigo, lamentó la muerte de Pitol a través de un comunicado. «Cuando apenas faltan unos días para la entrega del premio Cervantes al nicaragüense Sergio Ramírez, es muy triste recibir la noticia de la muerte de Sergio Pitol. Con su desaparición se pierde uno de los grandes escritores que han contribuido a enriquecer el legado literario en español».
También lamentó la muerte de Pitol el escritor mexicano Jorge Volpi, que destacó su talento para «romper con las fronteras» de los géneros literarios. «Fue uno de los escritores más importantes en lengua española de la segunda mitad del siglo XX y principios del XXI», sentenció. Además, el autor recordó que Pitol fue uno de los escritores emblemáticos de la llamada Generación de la Casa del Lago o Generación del Medio Siglo, en la que también se incluyen figuras como Elena Poniatowska, Salvador Elizondo o Jorge Ibargüengoitia.