Muere el trompetista cubano Alfredo ‘Chocolate’ Armenteros
El virtuoso trompetista nacido en la ciudad de Santa Clara, en la región central de Cuba, bajo el nombre de Teodoro Alfredo Armenteros un 4 de abril de 1928, marcó por siete décadas la tendencia en los solos de metales que le dan cadencia a la música tropical con gran brillantez. Poseía un estilo único y carismática personalidad, que lo llevaron, sosteniendo el cigarro entre los dedos, desde el cabaret Tropicana, en La Habana, hasta sus muchas etapas de jazz y soul en el Teatro Apollo de Harlem. Compartió escenario con Nat King Cole, Philly Joe Jones, Dizzy Gillespie y Oscar Brown Jr., entre otros grandes de la música, dando cátedra en el arte de la improvisación afrocubana.
Chocolate Armenteros tocó con Arsenio Rodríguez (El Ciego Maravilloso), Generoso Jiménez, Cachao, Tito Rodríguez y se destacó como director musical de la Orquesta de su primo Beny Moré, hasta que se fue de gira con José Fajardo y posteriormente se unió a la orquesta de Machito en Nueva York. Recorrió Latinoamérica con Burundanga, el éxito de Celia Cruz y la Sonora Matancera, después, con Ismael Rivera, puso a brillar su instrumento en el solo de El Nazareno; también grabó junto a La Lupe y los hermanos Palmieri.
También colaboró con Johnny Pacheco, Larry Harlow, Tito Puente, Luis “Perico” Ortiz, Sergio George y Gloria y Emilio Estefan. Vivió en España y Francia, viajó por el mundo, y participó en la película Cachao… como su ritmo no hay dos, con Andy García, y fue su instrumento musical el que saludó desde el horizonte a un coche Infinity en un comercial pautado para la televisión nacional.
Caballero de fina estampa, elegante y de la vieja escuela en el vestir, no le gustaban los jeans ni zapatillas. Su actitud era de felicidad en una vida llena de chistes, aventuras, travesuras, amor, romance y muchos buenos momentos que disfrutó con su coñac, un buen puro y exquisita música. Por otra parte, tenía estrictos estándares no sólo con los códigos de vestimenta, sino también con la vida en general. No toleraba las tardanzas, a pesar de su espíritu libre y audaz, comenta afligida su publicista y gran amiga Aurora Flores.
“Me acerco a mi trompeta como me acerco a una mujer”, decía con picardía Chocolate. “Me tomo mi tiempo con ella”. Su padre, Lázaro Alfredo Armenteros, era hijo del teniente José María Armenteros, mano derecha del general Antonio Maceo Grajales, quien lideró por 10 años la Guerra contra España y luchó por abolir la esclavitud en Cuba.
Hasta el verano de 2015, Chocolate Armenteros se mantuvo activo, grabando y participando en series educativas sobre el origen del Jazz y la música afrocubana. Celebró acompañado de Son del Barrio sus 85 años con un concierto al aire libre en Central Park, donde además recibió una proclamación de la Ciudad de Nueva York por su contribución a la música.
El estilo en su interpretación de la trompeta ha jugado un papel importante en el formato tropical hasta nuestros días por el colorido, brillo e inspiración melódica que lo distinguían.