Narciso Michavila: «Los electores de izquierda que se quedaron en casa en mayo han votado ahora por miedo a Vox»
El presidente de GAD3 admite que detectó cambios en los últimos días pero que no calibró la importancia del voto útil
Narciso Michavila está tranquilo. Admite que GAD 3 no ha acertado en el resultado de estas elecciones –predijo una mayoría absoluta del Partido Popular con Vox–, pero sabe que la trayectoria de éxito del instituto de opinión que preside se ha vuelto esta vez contra él porque el error, por inusual, ha destacado más. Por lo demás, no conviene perder de vista que ninguna de las cinco grandes encuestas, incluida una vez más la del CIS de Tezanos, puede sacar pecho de sus predicciones. Por ejemplo, 40dB atinó con los populares, pero descarriló con el PSOE, Vox y Sumar. Y algo similar se puede predicar del resto.
—¿Ha analizado ya qué es lo que falló en su encuesta?
—Ha fallado con los dos partidos principales, con el resto los resultados han estado en la horquilla que pronosticamos o muy cerca de ella. ¿Por qué ha sucedido esto? Porque en la última semana ha habido un fuerte aumento de la izquierda, de votantes de socialistas y de Sumar que no iban a ir a votar y que se activaron ante esa ‘alerta antifascista‘ lanzada por Pedro Sánchez y Yolanda Díaz. Algo así ya sucedió en abril de 2019, cuando la izquierda se movilizó a tope. Esta vez esto se ha producido de forma muy especial en Cataluña y el País Vasco. Le doy un dato: de las 52 provincias, en 38 de ellas los escaños son exactamente los que dimos. Donde hemos fallado más ha sido en esas dos comunidades, en especial en la primera, porque siete de los nueve diputados que perdió el independentismo fueron a parar al PSC.
—En la última semana continuó con los ‘tracking’, aunque ya no se podían publicar. ¿Vio alguna señal de que la situación comenzaba a cambiar?
—Lo primero que hay que explicar es que con un porcentaje de voto por correo tan alto es muy difícil valorar si los cambios que se detectan responden a variaciones del sentido del voto, a cambios en la muestra o a qué… Pero sí los detectamos, aunque es verdad que fuimos muy conservadores respecto a los resultados que podía tener el PP. En el caso del PSOE no fuimos capaces de ver la magnitud del voto útil. Sin embargo, sí corregimos las estimaciones en lo que se refiere a Sumar. En el caso de la izquierda lo que ha sucedido es que electores que se quedaron en casa en mayo, en las elecciones municipales y autonómicas, han decidido votar por miedo a la entrada de Vox en el Gobierno. Con todo, hay que dejar algo claro: el electorado de derechas sí se ha movilizado. La prueba de ello es que la diferencia entre los dos bloques es de 300.000 votos a favor del liderado por el PP.
—¿Cuál ha sido el trasvase final de votos del PSOE al PP?
—En los ‘tracking’ que hemos publicado a lo largo de la campaña electoral en ABC habíamos situado ese trasvase en un 9 por ciento de los votos. Lo cierto es que en el tramo final, en especial en la última semana, empezamos a ver que ese porcentaje se reducía a más de la mitad. Con eso y la movilización de los abstencionistas el PSOE ha conseguido no solo no perder diputados, sino incluso ganar un par de ellos. En Andalucía, por ejemplo, ha perdido apoyo popular, como anunciamos. Pero es verdad que nuestras previsiones han fallado en esas doce provincias, de forma muy especial en las catalanas y vascas. Y hay que decir una cosa: si el PSOE no ha tenido un aumento mayor de escaños ha sido porque el PP ha optimizado muy bien los votos al haber sido primera fuerza política en la mayor parte de España. La desaparición de Ciudadanos ha beneficiado mucho a los populares; si hubiera habido tres formaciones en el sector del centro derecha, como en 2019, los socialistas se hubieran disparado por encima de los 135 diputados.
—¿Y de Sumar al PSOE y de Vox al PP?
—Se ha producido un movimiento similar al del PSOE y PP. En el tramo final de la campaña se contuvo el trasvase de votos de Sumar a los socialistas. Por esa razón se mantienen, aunque a la baja. Y además, como ya he señalado, los abstencionistas de esta formación decidieron acudir esta vez a las urnas por ese miedo a que Vox pudiera entrar en el Gobierno. En cuanto a la formación de Abascal hay que decir que mantiene los apoyos, como pronosticamos, y si ha bajado 19 escaños es porque le penaliza mucho la ley electoral. Además, es el partido que más efecto tiene en los resultados, porque es el miedo a Vox el que ha funcionado en estas elecciones.
—¿Qué desviación porcentual ha habido de sus estimaciones a los resultados reales?
—Me referiré a los principales. En el caso del PP le dimos 3 puntos por encima de los resultados que ha conseguido, mientras que al PSOE le otorgamos dos puntos menos de los que obtuvo. Con respecto a Sumar, Vox y los partidos pequeños, incluidos los nacionalistas, la verdad es que nos hemos ajustado bastante.
GIRO RADICAL
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—¿Qué es lo que más le ha soprendido de los resultados?
—Al margen de lo ya comentado, de la capacidad del PSOE y Sumar de movilizar a su electorado en el último momento, lo cierto es que, como anunciamos, ha habido un giro a la derecha, con una diferencia de 300.000 votos entre bloques, y un reforzamiento del bipartidismo.
—La pregunta, hoy, es inevitable… ¿Son útiles las encuestas?
—Lo primero que hay que decir es que el principal perjudicado de las encuestas es el partido sobre el que se crean más expectativas, en este caso el PP. Ha sido claro ganador de las elecciones y sin embargo al no alcanzar el resultado previsto parece que sus resultados no son buenos. Además, de las encuestas no hay que fijarse solo en el voto; sus datos ayudan a los partidos a entender la pluralidad de España, que es rica y plural. Conocerlo les permite modular los discursos.
—¿Por qué está hoy en el centro de las críticas?
—Cuando uno se posiciona contra una forma de hacer política ocurre esto. Estamos preparados para equivocarnos, pero no para mentir y menos con el dinero de los españoles. Por supuesto, revisaremos nuestros métodos.