El grupo Odebrecht, acosado en Brasil por escándalos de corrupción, quiere ampliar su presencia en Cuba
El grupo brasileño Odebrecht busca ampliar sus proyecciones en Cuba con la reciente autorización como usuario de la Zona Especial de Desarrollo Mariel (ZEDM), y dos contratos en las ramas azucarera y de aeronáutica civil, informa Prensa Latina.
Odebrecht es una compañía que enfrenta serios problemas por corrupción en su país. El grupo está envuelto en el mayor escándalo de corrupción de la historia reciente de Brasil, el caso Lava Jato. En duda están muchos contratos conseguidos, entre ellos algunos en Cuba gracias a la mediación del expresidente Lula Da Silva.
El anterior presidente de la compañía, Marcelo Odebrecht —dimitió en 2015—, está acusado por la fiscalía de organización criminal, corrupción y lavado de dinero por su participación en el multimillonario fraude que saqueó más de 2.000 millones de dólares a Petrobras.
De acuerdo con la investigación del llamado «Petrolao» las principales constructoras de Brasil formaron un cártel para manipular licitaciones de la compañía estatal mediante el pago de sobornos a directivos de la compañía vinculados a partidos políticos, que luego eran distribuidos entre los confabuladores. La tasa media fue estimada entre 1 y 3%, según los textos del juez.
En entrevista con Prensa Latina, el representante de la empresa Mauro Augusto Hueb aseguró que las potencialidades de negocios en la Isla son enormes, y Odebrecht sigue la filosofía de establecerse para apoyar en el crecimiento económico interno y perpetuar su presencia en el país.
El 13 de enero la firma recibió la notificación oficial de que su empresa Companhia de Obras e Infraestructura (COI) podrá establecerse como usuaria de la ZEDM a fin de ofrecer servicios de ingeniería y construcción a los potenciales inversionistas en ese enclave.
Con capital 100% del grupo Odebrecht, COI tiene licencia para operar durante los próximos 15 años en la zona, ubicada al oeste de La Habana, pero el autorizo prevé la factibilidad de extender del plazo de tiempo.
Asentar operaciones en el Mariel
En estos momentos, la entidad realiza los trámites legales con vistas a asentar sus operaciones en el Mariel y está lista para iniciar los contactos con empresas usuarias de la demarcación, precisó el ingeniero civil.
De cara al futuro, COI evalúa la posibilidad de solicitar a las autoridades cubanas otro permiso en el Mariel para intervenir como inversionista mediante el montaje y explotación de una planta productora de envases y embalajes plásticos.
Odebrecht posee una amplia experiencia en ese campo y tiene plantas de resinas plásticas en México y Brasil, lo que facilitaría el negocio, apuntó Hueb.
«Al analizar la política del Gobierno cubano sobre sustitución de importaciones, identificamos oportunidades para esa iniciativa, así comenzamos las primeras conversaciones con la industria ligera nacional a fin de conocer sus intereses y prioridades», detalló.
COI también tiene actuaciones fuera de la ZDEM; de tal forma, apoyará la modernización y la ampliación de la terminal número tres del Aeropuerto Internacional José Martí, en La Habana.
Creada hace más 70 años y con operaciones fuera de Brasil durante casi cuatro decenios, Obebrecht comenzó sus actividades por las especialidades de ingeniería y construcción, pero a lo largo del tiempo diversificó su espectro.
La primera experiencia de Odebrecht en Cuba fue la construcción de la terminal de contenedores del puerto del Mariel como parte de la Zona Especial de Desarrollo.
Según el empresario, llegado el momento COI se ofrecerá para participar en las siguientes etapas de la terminal de contenedores.
En Cuba encontramos «un gran potencial de permanencia y perpetuidad» para nuestra compañía con la mirada puesta en el mercado interno de 11 millones de habitantes y las posibles necesidades dentro del área del Caribe y América Latina , subrayó.
«Cuando vinimos por primera vez, con ánimo de explorar la situación, nos llamó mucho la atención que los lineamientos económicos aprobados por el gobierno surgieron de un trabajo conjunto con la población», distinguió.
«Sin embargo, muchos extranjeros que llegan a la isla en tareas de prospección de negocios manifiestan preocupaciones casi generalizadas por la figura de las empresas empleadoras y cuestionan su papel como intermediarias«, opinó.
«Siempre que tengo la oportunidad les comento mi experiencia en la ejecución de la terminal de contenedores del Mariel: por ahí pasaron unos 6.000 cubanos, y para nosotros la empresa empleadora nunca fue un obstáculo, su intervención resultó viable, beneficiosa, económica y eficiente», argumentó.
El trabajador cubano, observó, «tiene un alto nivel cultural, sentido de la disciplina, y una facilidad de aprender impresionante».
Para Odebrecht «es realmente un reconocimiento y un honor alcanzar la aprobación del Gobierno cubano para nuestros proyectos», resumió.