Democracia y PolíticaViolencia

¡Ni uno menos!

La muerte de un carabinero es inaceptable y para ello se deben entregar, con convicción, todas las herramientas que mejoren la seguridad de nuestros policías.

 

¡Cuánto ha dado que hablar la Ley Naín-Retamal! La muerte de la suboficial mayor Rita Olivares aceleró su discusión y posterior aprobación, el paso de los días llevó a una parte de la coalición de gobierno a decir que recurrirían al Tribunal Constitucional. Horas después de ese anuncio el cabo primero Daniel Palma Yáñez se transformaba en el mártir 1.233 de Carabineros, ahora Revolución Democrática anuncia que no recurrirá al TC.

Tantas idas y vueltas de quienes nos gobiernan no ayudan a solucionar esta crisis de seguridad, es más, sólo evidencian la real postura de aquellos que alguna vez fueron oposición. A muchos, los temas de seguridad les son incómodos, pero cuando la realidad es más fuerte y la aprobación del Gobierno más baja, no queda otra que alegar que el contexto es distinto y que es válido cambiar de opinión.

Thomas Hobbes en el siglo XVII hablaba del Leviatán, ese a quien se le cede el monopolio de la fuerza para evitar el estado de naturaleza que el filósofo define como de guerra constante. La crisis de seguridad que vive Chile y las innumerables volteretas del Gobierno lo único que hacen es debilitar a ese Leviatán que debería protegernos. Una de sus partes es Carabineros de Chile, una institución que a pesar de todo sigue en la calle persiguiendo a la delincuencia y por eso le debemos al menos unas gracias infinitas.

No puede haber más Rita Olivares o Daniel Palma. La muerte de un carabinero es inaceptable y para ello se deben entregar, con convicción, todas las herramientas que mejoren la seguridad de nuestros policías. En ese sentido la recién promulgada Ley Naín-Retamal es un avance importante, que sin duda debe ser complementado con procedimientos modernos que permitan la defensa de carabineros, la de un tercero y que eviten la comisión de un delito, y que todo ello se realice sin la mirada inquisidora de quienes buscan quitarle el valor a esa institución.

Revalorizar nuestras instituciones es la piedra angular para el éxito y en el caso de la policía uniformada, eso también pasa por modernizar y mejorar la institución, pero desde el cariño que le tenemos. Sólo así vamos a poder mejorar las debilidades y potenciar las fortalezas.

Una manera de hacerlo es el entrenamiento permanente de la fuerza, pues sus integrantes sentirán, a través de la mejora constante, el compromiso del Estado y del Gobierno con ellos. Una formación de excelencia para una policía profesional entregará un sello imborrable a quienes la integran, serán un ejemplo para otros e incentivará a muchos a querer unirse a sus filas.

No podemos hablar de más carabineros cuando no se completan las vacantes, tampoco podemos forzar a ello, pero sí podemos construir la policía ejemplo del siglo XXI que su sola imagen va a llamar a muchos a llenar esas plazas vacías. Por eso hoy debemos decir con fuerza ¡ni uno menos! Y trabajar sin descanso para que el verde de su uniforme brille con fuerza y sea un ejemplo en Chile y el mundo. 

 

 

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