“Nicaragua sí me importa”, la campaña de la Conferencia Episcopal por la solidaridad
Obispos promueven la colocación de vallas y rótulos en diferentes ciudades para exhortar a ser solidarios y amar al prójimo
La Conferencia Episcopal de Nicaragua lanzó una campaña cívica denominada “Nicaragua sí me importa”, que tiene como fin exhortar a los nicaragüenses a reflexionar, cambiar, amar y ser solidarios.
El contenido de esa campaña, lanzada en el marco de la grave crisis social, política, económica y de derechos humanos que estalló en abril de 2018, “está diseñado de forma simple, sencilla, con mensajes que promueven valores esenciales del hombre, que conduzcan a la reflexión, al civismo y a la esperanza de la gran familia nicaragüense”, explicó el Episcopado en una declaración.
La campaña es visible a través de vayas publicitarias en Managua, en donde se leen mensajes como “Por Nicaragua soy capaz de amar”, de escuchar, ser solidario, cambiar, con rostros de nicaragüenses que levantan el dedo pulgar.
El “me gusta” como símbolo
El Episcopado explicó que se ha utilizado el icono del dedo pulgar en señal de “like o me gusta”, debido a que ese es un gesto “característico del papa Francisco y ha significado cercanía y empatía con distintas audiencias”.
“Y en este caso ‘Nicaragua sí me importa’, que encuentren consuelo, esperanza, ánimo, fortaleza para construir y responder que tenemos capacidades humanas de distinta naturaleza para decir ‘Nicaragua sí me importa’”, indicó.
El Episcopado explicó, además, que esa campaña tiene un fuerte componente educativo porque procura animar y exhortar a la ciudadanía en general “a que podemos reflexionar, cambiar, amar, ser solidarios, escuchar, entre otros aspectos, que susciten a una mejor persona y por consiguiente a ser un mejor hombre y una mejor mujer en la sociedad”.
Templos abrirán domingo
La CEN informó que los obispos de los diferentes templos católicos del país que pueden decidir individualmente si reabren este domingo cuatro de octubre, luego que estos estuvieran cerrados desde el 24 de mayo pasado, en medio del aumento de casos por covid-19 que se registraron en el país.
“Hemos tomado la decisión de que cada obispo, si lo considera conveniente, de normas propias para la reapertura de los templos y celebración de los sacramentos a partir del domingo cuatro de octubre, cumpliendo las medidas de bioseguridad, prescritas por la Organización Mundial de la Salud y los especialistas independientes de nuestro país”, se lee en el comunicado difundido el pasado 26 de septiembre.
A partir de este domingo, los fieles podrán asistir a las misas siempre que porten mascarillas, no presenten fiebre, y respeten el protocolo de bioseguridad establecido por el clero. Además, el Episcopado recomendó que no asistan niños, ni adultos mayores.
El protocolo indica que las iglesias deben estar desinfectadas antes y después de cada sacramento, los visitantes tendrán que pisar una alfombra con solución de cloro en una entrada única en cada templo, el distanciamiento de dos metros entre personas, y seguir las indicaciones de voluntarios, quienes estarán vestidos de blanco o negro, para facilitar su identificación y así evitar interacciones.
Cada sacerdote utilizará mascarillas, además de alcohol en gel para evitar la contaminación de los materiales utilizados, pondrá las hostias en las manos de los creyentes, y evitará el intercambio de palabras, además, se moverá en los pasillos durante la comunión, para evitar la circulación de personas dentro del templo.