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Obligados a pensar como humanidad global

Ignoro qué pasa por la cabeza del negacionista Donald Trump cuando descubre en su televisor de la Casa Blanca que de nuevo arde California. El año pasado se quemaron 655.000 hectáreas y las temperaturas del estado volvieron a alcanzar cifras récords. El exgobernador Jerry Brown declaró en Político que “esto es sólo el principio” y que únicamente considerando la lucha contra el cambio climático una prioridad se podrá frenar esta tendencia. Pero a Trump le importa poco el futuro. Podría creerse que ni el suyo personal, viendo su pésima defensa de los problemas políticos, que arrastran el final de su mandato a un desgaste excepcional ante la amenaza del impeachment.

El presidente de Estados Unidos ha anunciado que retirará a su país de los acuerdos de París firmados por 195 estados en el 2015, sin duda el compromiso más importante ante este reto global. La cumbre del clima que se lleva a cabo a partir de hoy y hasta el día 13 en Madrid bajo la presidencia chilena resulta un paso decisivo para iniciar la aplicación de estos acuerdos, que establecen como primera meta detener el incremento de temperaturas por debajo de los dos grados Celsius. Estados Unidos será el gran ausente, en lo que resulta, sin duda, una mala noticia.

La cita de Madrid se celebra en un momento crucial, en un año en el que nuevos informes elaborados por científicos de reconocido prestigio han puesto de relieve la crisis climática y han vuelto a insistir en la necesidad de reducir drásticamente las emisiones de CO2 con el fin de atajar los grandes riesgos asociados al calentamiento, como la subida de temperaturas, los deshielos, las sequías, el clima extremo. Algunas de las imágenes de los últimos meses de la desaparición de grandes masas de hielo en el Ártico, de incendios sobrecogedores en Australia o de desaparición de islas en el Pacífico figuran entre las fotos del año. Y son el más claro SOS al mundo para que sea consciente del horizonte que nos espera si no rectificamos a tiempo.

Que Trump diga que la lucha contra el cambio climático no es una prioridad es una manifestación no sólo de ignorancia, sino sobre todo de inconsciencia. Alguien le debería decir que su propia finca de Florida de Mar-a-Lago, donde le gusta pasar su tiempo libre e incluso invitar a líderes mundiales, desaparecerá bajo las aguas antes de que acabe el siglo si Estados Unidos no cambia sus políticas y se compromete en esta batalla. El calentamiento global es una urgencia planetaria que no conoce de populismos ni de estrategias nacionalistas.

Escribe Antonio Garrigues en su libro Manual para vivir en la era de la incertidumbre que el cambio climático y el calentamiento global nos ponen ante una prueba civilizadora realmente fascinante: “Por primera vez en la historia de la humanidad, un problema es compartido por todos y cada uno de los habitantes de la Tierra y por todos los países, sin importar el nivel de renta, de desarrollo o número de habitantes. Esto nos obliga a pensar por fin en términos de humanidad global, y nos compete a todos buscar soluciones compartidas. El clima enfurecido, el derretimiento de los polos, los tornados cada vez más frecuentes o la subida del nivel del mar no distinguen entre los niveles de vida de Florida, Bangladesh o el delta del Níger”.

El encuentro que tiene lugar en Madrid permite revisar la estrategias establecidas hace cinco años. El objetivo deseable es una reducción de gases del 45% para el 2030 respecto a 1990. El futuro no espera.

 

 

 

 

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