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Ocho economistas opinan sobre el colapso de Cuba: ‘Hay que desmantelar el modelo actual’

Pero 'el Gobierno no parece estar dispuesto a dar unos cambios de esa radicalidad', advierten.

Un cubano buscando en la basura en La Habana.

Un cubano buscando en la basura en La Habana. Diario de Cuba

 

El resquebrajamiento integral de la sociedad cubana es un hecho incontestable, toda vez que la economía no funciona y los principales sectores del país muestran resultados muy deficientes. Así, ocho economistas cubanos consultados por la agencia EFE opinaron que las autoridades del régimen deberían «centrarse en los ámbitos sobre los que sí puede incidir, en lugar de lamentar los efectos de las sanciones estadounidenses, que ninguno cuestiona».

Los expertos confirmaron la complejidad del escenario, toda vez que «la crisis es sistémica y todos los problemas están conectados entre sí. Es como una tela de araña, que no se puede afrontar uno sin tocar todos los demás», dijo Tamarys Bahamonde, profesora de la Universidad de la Ciudad de Nueva York.

Por su parte, el profesor de la Universidad de La Habana Omar Everleny sostuvo que «el ‘bloqueo’ nos afecta, pero no depende de la voluntad del Gobierno. Sí depende de ellos acabar con la planificación hipercentralizada y darle más autonomía a todas las formas de propiedad existentes, reducir la burocracia y, por último, no temerle al mercado».

«Hay que desmantelar el modelo actual, pero es lo que no quieren», recalcó Ricardo Torres, investigador en la Universidad Americana de Washington. Dijo, en tal sentido, que «aun en medio de las sanciones, hay mucho que se puede hacer, como favorecer la inversión, proteger la propiedad privada, construir un marco jurídico estable, promover la competencia y el financiamiento de organismos internacionales».

De igual forma, Mauricio de Miranda, profesor en la Pontificia Universidad Javeriana de Cali, indicó que los cambios económicos deben empezar por «reformas en el ámbito político» y puso como prioridades la «democratización e inclusión de los cubanos fuera de la Isla, por su posibilidad de aportar ideas, capital humano y recursos financieros».

De Miranda, además, subrayó la necesidad de «acabar con la administración centralizada para liberar las fuerzas productivas», así como con «el conglomerado empresarial GAESA (en manos de los militares) y con las limitaciones en los sectores agropecuario y exterior». En cuanto a lo jurídico, se refirió a la importancia de la «igualdad para todos los actores económicos y la predictibilidad».

No obstante, «el Gobierno cubano no parece estar dispuesto a dar unos cambios de esa radicalidad», destacó el economista Pedro Monreal, quien considera que «el primer paso sería eliminar de la Constitución de 2019 la dirección planificada de la economía, caracterizada en el texto como ‘componente central del sistema de dirección del desarrollo económico y social'».

«Cuba se encuentra en un tipo de crisis de la que un país no se puede recuperar desde dentro de los marcos del sistema, sino que tiene que superarse con reformas sustantivas», apuntó.

En la misma cuerda, Pavel Vidal, también profesor en la Pontificia Universidad Javeriana de Cali, consideró que el Gobierno cubano «tiene que dar al menos algunos pasos para convencer de que sí va a aplicar una reforma profunda de ese modelo económico que no es creíble».

«Son cosas que hay que hacer y, hasta que no se hagan, ni los propios aliados van de verdad a poner recursos abundantes en la economía cubana», resaltó.

«Cuba lo que ha hecho históricamente es buscar aliados internacionalesPero ya esa estrategia no le está funcionando por un tema grave de pérdida de credibilidad, incluso entre aliados históricos: los rusos, los chinos… Ellos entienden mejor que nadie los problemas del modelo económico cubano y la necesidad de reformarse», detalló.

Igualmente, el economista cubanoamericano Carlos Martínez se refirió a la necesidad de que «La Habana deje de obstaculizar la dinamización de ciertos ámbitos» y pase a «la liberalización del sector agrícola y a la apertura a la competencia en sectores que actualmente dominan monopolios estatales, como las telecomunicaciones o la energía».

Mientras, Miguel Alejandro Hayes, coordinador del Instituto de Investigaciones sobre la Cuenca del Caribe, opinó que «la única solución económica que tiene el Gobierno cubano para revertir el actual colapso —un término más apropiado que crisis— es crear una transición económica y política que permita el diseño e implementación de un plan de reconstrucción de Cuba«, subrayó.

Estas declaraciones se producen poco después de que se confirmara que la economía cubana volvió a contraerse en el primer semestre de 2025, prolongando una racha recesiva que se extiende ya por dos años y medio. El propio Gobierno reconoció el nuevo retroceso durante la más reciente reunión del Consejo de ministros, donde se calificó el panorama actual como un «complejo escenario económico», sin ofrecer, sin embargo, cifras precisas sobre el alcance de la caída ni el desempeño de los distintos sectores productivos.

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