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Ochoa Cuenca: El poder de fuego de Rusia no es Vodka, se llama Pinocho y es letal

Según la DGSE o Dirección General de Seguridad del Estado de Francia (la CIA francesa) realmente son 125.000 soldados rusos en la frontera con Ucrania, además de tener estacionados más de 1.200 tanques de variados modelos incluyendo los nuevos tanques “BTG”.

Una fuerza de choque de 125 mil soldados, mil doscientos tanques, 4 mil vehículos blindados solo como ejército de tierra, evidentemente sin contar con la importante fuerza aérea compuesta por una cifra que ronda las 3.000 aeronaves de variados tipos, entre ellos los aviones de caza Sukhoi y Mig, bombarderos, transportes, cisternas y helicópteros de todo tipo.

Hago  un aparte para mencionar que dentro de este ejército los mariscales de Putin exhiben con gran orgullo los tanques BTG. Este es un tanque de moderno diseño desarrollado en los últimos años y el cual está equipado para avanzar a máxima velocidad, eliminando cualquier resistencia en su camino con apoyo aéreo.

Es un arma ofensiva ultra moderna  de la ingeniería militar rusa, entendiéndose como la evolución del concepto de blitzkrieg, doctrina de ataque terrestre con la cual la Alemania del III Reich invadió con gran rapidez gran parte de Europa y salió victoriosa debido a esa nueva táctica militar denominada Blitzkrieg  (guerra relámpago) basada en los Panzer, los temidos tanques que en su momento eran veloces y muy versátiles. Los rusos de hoy han creado una división llamada “Batallones Grupos de Batalla»,  la nueva Blitzkrieg, pero esta vez modernizada y reinventada por la Rusia de Putin.

Estos ultra modernos tanques estacionados hoy en el frente de la hipotética y no deseada guerra, según un estudio de defensa sueco, son capaces de dominar un campo de batalla de trescientos kilómetros de profundidad e igualmente ancho: casi toda la llanura ucraniana hasta el río Dniéper, la frontera histórica de la Madre Rusia.

Los Btg desatan un impresionante volumen de fuego, gracias a la artillería y los lanza cohetes autopropulsados. Las fotos de estos días a menudo muestran un rastreador ruso llamado «Pinocho»: tiene una especie de nariz sobresaliente, que dispara ráfagas de «dispositivos termo báricos» capaces de incluso enemigos atrincherados en bunkers de anchos muros de concreto. Neutralizan estaciones móviles del enemigo adaptadas para la guerra electrónica, oscurecen las comunicaciones por radio, introducen virus en los portátiles, incluso consiguen perturbar las transmisiones de los satélites GPS cegando los sistemas de navegación.

“Cada era tiene un criterio diferente para evaluar la fuerza militar. Atenas contó los trirremes y Roma las legiones; el Imperio Británico los barcos y los Estados Unidos los portaaviones. Stalin calculó la importancia de una nación en función del número de divisiones blindadas, tanto que en la conferencia de Yalta anuló las peticiones de Pío XII con una despectiva pregunta: «¿Cuántas divisiones tiene el Papa?».

Un video hecho público por el ministerio de la defensa de Rusia asegura que las fuerzas rusas probaron en Siria 231 tipos de armas, una cifra que incluye aeronaves, tanques, vehículos blindados  y misiles teledirigidos entre otros. www.youtube.com/watch?v=-iUZHQvNPAw

Es a partir de esta experiencia al utilizar la desgracia del pueblo siriano que pudieron perfeccionar varios armamentos que hoy la Federación Rusa está exhibiendo en su amenaza de invadir y por ende de apropiarse de un país que después de 30 años de haber recuperado su independencia, hoy lo único que tiene en común con la patria de los Zares y con la de Lenin, son los 2 093.6 km de frontera terrestre y los 567.0 km de frontera marítima.

Muchos de los oficiales que están al frente de los 125.000 soldados apostados al otro lado de la frontera con Ucrania son veteranos de los enfrentamientos con el estado Islámico Isis. Las fuerzas armadas rusas creen que sus batallones están a la altura de los ejércitos de los países que componen la OTAN, interpretación esta que probablemente sea cierta.

El presidente de Rusia, Vladimir Putin, ha advertido que en caso de una guerra con la OTAN «no habrá vencedores», porque Moscú cuenta con un potente «arsenal nuclear». “Si estalla una guerra, no habrá vencedores repite. No les dará tiempo ni a parpadear”, ha dicho el máximo mandatario ruso, abriendo la posibilidad de usar armas nucleares ante un posible conflicto en Ucrania. ¿ Pesará sobre las decisiones de Putin el ministro de Defensa, Serghej Shojgu, tan influyente que se le considera un posible sucesor en la cúpula del Kremlin ?.

Y para Shoigu el conflicto ucraniano también es un asunto personal: su padre era siberiano; pero su madre era de la región de Dnieper, región que para los rusos siempre seguirá siendo tierra rusa.

Y ante este latente peligro no solo de guerra convencional, sino también nuclear, Enmanuel Macron durante los dos primeros días de la semana visitó tanto Moscú como Kiev en un periplo que, obviamente tiene como objetivo desarmar esa bomba de tiempo que tiene dos switches, uno en manos de Putin y el otro en las manos de Biden.

 El líder francés instó a «llegar a acuerdos sobre medidas concretas para estabilizar la situación y conducir a una desescalada» en la frontera con Ucrania. Se mostró comprensivo con las preocupaciones rusas, pero también recordó que Moscú tiene 125.000 soldados en la frontera con Ucrania. «El presidente Zelenski es el presidente de un país en cuya frontera hay 125.000 soldados y miles de vehículos blindados. Por eso (el ex actor y ex cómico) y actual presidente de Ucrania está inquieto, dijo el presidente Macron.

Mientras los cantos de guerra se siguen escuchando en muchos lugares del mundo. El Washington Post reveló pocas horas antes que seis buques de guerra ruso, navegan por el estrecho del Bósforo rumbo al Mar Negro, en medio de las tensiones del Kremlin con Estados Unidos por una posible invasión a Ucrania. Los buques de guerra rusos serían el Korolev, el Minsk y el Kaliningrado. Otros tres, el Pyotr Morgunov,  el Georgy Pobedonosets y el Olenegorsk Gornyak zarparon este miércoles.

En tanto varias cancillerías del mundo, no solo la de Francia, incluyendo la muy potente  del Vaticano, se movilizan en intentos por desarmar la bomba que pareciera que lo único que tiene de viejo es el tik tak, tik tak del tiempo que transcurre inexorablemente.

 

Raúl Ochoa Cuenca, en Anfi del Mar el 9 de febrero del 2022.

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