OPPENHEIMER: El pronóstico para A. Latina es nublado
Susana Gonzalez Bloomberg
En estos días entrevisté a los jefes de departamento latinoamericano de las tres principales instituciones internacionales que monitorean la economía de la región, y la verdad es que salí bastante deprimido.
Los tres –el jefe del departamento de América Latina del Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) de las Naciones Unidas– pronosticaron que la economía de la región no crecerá en 2016. Será el quinto año consecutivo sin crecimiento en la región.
Los tres entrevistados coincidieron en que, en general, América del Sur va a tener un mal año, mientras que América Central y México van a tener un año algo mejor.
Mientras que las economías más grandes de Sudamérica van a sufrir como consecuencia de su dependencia excesiva de exportaciones de materias primas a China, cuya economía se está desacelerando, América Central y México se beneficiarán de sus estrechos vínculos con Estados Unidos, cuya economía está mejorando.
Estas proyecciones para América Latina son preocupantes porque el FMI, el Banco Mundial, y –más aún– la CEPAL tienden a ser optimistas en sus previsiones anuales para la región. En los últimos cuatro años, han pronosticado una recuperación regional que no sucedió.
“Las predicciones que se hicieron desde el 2012 siempre han errado en predecir un crecimiento mayor al que se produjo de verdad”, admitió Augusto de la Torre, el economista en jefe del Banco Mundial para América Latina. “Creo que los pronosticadores ahora se están volviendo más realistas, y más modestos”.
Para Brasil, el consenso entre los tres expertos es que su economía se contraerá entre un 2 y 2.5 por ciento en 2016, tras una contracción de casi un 4 por ciento en 2015.
Venezuela, cuya economía se derrumbó entre un 7 y un 10 por ciento el año pasado, se contraerá en un porcentaje similar este año, dijeron.
Alejandro Werner, jefe del departamento de América Latina del FMI, me dijo que la inflación en Venezuela alcanzó un 270 por ciento en 2015, y “puede continuar moviéndose hacia arriba en forma explosiva”. El FMI dará a conocer sus pronósticos oficiales en los próximos días, y se espera que estimen la inflación de Venezuela en más del 500 por ciento para el 2016.
Para Argentina, los tres expertos coincidieron en que el nuevo presidente Mauricio Macri ha heredado un país económicamente paralizado, cuya economía sólo crecerá entre 0.5 y 1 por ciento en 2016.
Pero alabaron las primeras medidas económicas de Macri, que según dijeron pueden restaurar la confianza de las empresas y atraer inversiones, lo que haría crecer la economía a partir de la segunda mitad del 2016 o el 2017.
“Claramente, hay una posibilidad de sorpresa positiva importante en la Argentina en los próximos dos años”, me dijo Werner, del FMI.
Para México, los tres expertos económicos regionales predijeron un crecimiento relativamente saludable de entre 2.6 y 3 por ciento este año, gracias al crecimiento de la economía de Estados Unidos. “Dentro del contexto recesivo, a Mexico no le está yendo muy mal”, dijo Bárcena, de CEPAL.
Mi opinión: Este quinto año consecutivo sin crecimiento económico en gran parte de América Latina debería mover a la región a tomar medidas concretas para diversificar sus exportaciones.
Todos los países exportadores de materias primas de Sudamérica deberían exigir en sus constituciones la creación de “fondos de compensación” como los de Chile y Noruega, que obligan a ahorrar un porcentaje de sus ingresos de exportación en los años buenos para seguir solventando gastos sociales en los años malos.
Y lo que es más importante, deberían concentrarse urgentemente en la innovación, y en producir exportaciones de mayor valor agregado y alta tecnología, que valen cada vez más que las materias primas y las manufacturas. (Basta recordar que Uber, una aplicación de teléfonos móviles que ofrece servicios privados de taxi y no posee ningún vehículo, tiene un valor de mercado de $60,000 millones, más que General Motors, que produce más de 10 millones de vehículos al año).
Si América Latina –especialmente América del Sur– no amplía su canasta de exportaciones, vamos a tener muchos años más de pronósticos económicos deprimentes.