Ortiz – CELAC: Ecuador, Paraguay, Uruguay, Perú, México
Hace más de un lustro, cuando solía frecuentar México, en el Café “La Parroquia” de Xalapa, un veracruzano entendido en seguridad e inteligencia, me reveló que el virulento “Peje” Andrés Manuel López Obrador (AMLO), hoy presidente de México, era un idólatra del déspota Fidel Castro y recibía apoyo del régimen y la inteligencia cubana.
Eso se evidenció en esta Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), ese esperpento anti-OEA, que pretende excluir de la integración hemisférica a Canadá y Estados Unidos, las naciones más desarrolladas y con mayor tradición democrática del continente.
En esa patética Cumbre AMLO trató de convertir a Díaz-Canel, el paje de Raúl Castro y al narcodictador fugitivo de la justicia norteamericana, Nicolás Maduro, en figuras del evento.
Pero en la América dariana “que aún reza a Jesuscristo y aún habla en español”, hay una reserva de dignidad y legalismo. Los recios presidentes democráticos de Ecuador, Guillermo Lasso, Paraguay, Mario Abdo Benítez, Uruguay, Luis Lacalle Pou, el ex presidente mexicano, Felipe Calderón, y el presidente legítimo de Venezuela Juan Guaidó, rechazaron con brillo y contundencia, el despropósito del “Peje”.
También expresaron su estupor por la aberrante postura de López Obrador, los muy lúcidos periodistas Gina Montaner, Jorge Ramos y Andrés Oppenheimer, entre otros. Y la escritora cubana Wendy Guerra invitó a AMLO a vivir quince días en Cuba como ciudadano ordinario, para que sepa lo que es sufrir.
La nota lastimosa la puso el novato presidente del Perú, Pedro Castillo, con un discurso “cantinflérico”, pero sin la gracia de Cantinflas.
Y todos los aspavientos y pifias de López Obrador no deben sorprendernos. Su gobierno en materia de salud, seguridad y logros contra la pobreza, es un desastre.
Además, una consultora acreditada registró 61079 mentiras de AMLO durante su gestión.