Ortiz: Unas palabras a favor de Iván Duque
En 1993 el presidente venezolano Carlos Andrés Pérez fue atropellado hasta el derrocamiento, por los principales partidos políticos, grupos empresariales y sindicales, medios de comunicación social, voceros de la sociedad civil, congresistas y magistrados de la Corte Suprema.
Dos décadas después, ante la tragedia perpetrada por la narcodictadura castrochavista, los que lo satanizaron ayer, hoy reconocen que su gobierno fue provechoso y no vacilan en reivindicarlo.
Algo similar ocurrirá pronto con el presidente Iván Duque, cuando pase la borrachera populista actual y el porvenir de Colombia se marchite.
Él acaba de completar un buen gobierno y el reconocimiento no tardará en llegar.
Los venezolanos les debemos agradecimiento a Iván Duque y al pueblo de Colombia, por su solidaridad con los millones de nuestros compatriotas refugiados en esa patria hermana y, sobre todo, por la briosa y valiente denuncia de Duque al régimen criminal, entreguista a Cuba y al narcotráfico de Nicolas Maduro.
Antes de Duque asumir la presidencia, ya la izquierda jurásica que venía de perder las elecciones con su candidato Petro y su acrobático aliado Santos, le anunció una feroz oposición y vaya si lo cumplieron. Pero a pesar de tanta intolerancia y siembra de odio en su contra, la gestión del joven mandatario presenta un balance positivo.
Garantizó la seguridad en un país martirizado por una violencia ancestral y lo hizo con firmeza y controlando los abusos; tuvo indiscutibles logros en la lucha contra los bandidos políticos de la droga; internacionalmente se le reconoció su compromiso con la preservación de la naturaleza; enfrentó la pandemia con eficiencia y sin aspavientos; y en medio de las dificultades nacionales y globales, mantuvo un ritmo de crecimiento consistente de la economía colombiana.
¡Ojalá que el Señor provea a los venezolanos de presidente igual de útil!