Oswaldo Álvarez Paz / Desde el puente: Dictadura o libertad
Bien por Antonio Ledezma. Cada quien actúa de acuerdo a su conciencia. Lo hizo y bien. Su acción empieza a tener consecuencias favorables a la causa de la Libertad. Lo demuestran las reacciones inmediatas de los jefes de gobierno y del liderazgo político de Colombia y España, sin exclusiones políticas o ideológicas. Solidaridad total, activa y decidida para el desenlace a la dramática crisis venezolana.
Antonio acaba de asumir una nueva y definitiva responsabilidad. Quizás la más importante de toda su vida. No tengo dudas con relación a su capacidad para estar a la altura de las exigencias del presente. Tampoco dudo del enorme reconocimiento que está recibiendo de los sectores democráticos del país y del mundo entero. Por supuesto que, como en todo, siempre hay excepciones. Mediocridades importantizadas que lo ven como un competidor, pero no importa. Este reciente gesto no es una “huida” como algunos interesadamente tratan de presentarlo. Se trata de una verdadera acción liberadora. Huyen los cobardes. Se liberan los valientes mediante acciones concretas que trascienden la retórica palabrera. Pa´lante amigo. Tu ejemplo ha sido una inyección de fe, de confianza en la capacidad de este pueblo para rebelarse y triunfar.
Sin embargo, las preocupaciones están centradas en la falta de objetivos claros que permitan una unidad sincera en la lucha contra el régimen. Ha sido dicho que si los mismos continúan haciendo lo mismo, será imposible lograr resultados distintos. De las “virtudes” útiles en política carezco de una, la hipocresía. Trato de decir lo que pienso con claridad y de actuar de conformidad con el pensamiento y la palabra. No estoy de acuerdo con estas reuniones en Santo Domingo. No entiendo su verdadera naturaleza, ni sus objetivos, ni la representatividad de la representación opositora, ni la aceptación de una mediación parcializada o de la presencia protagónica de la presidenta de la cuestionada e ilegal constituyente y de su hermano. De allí el aumento del escepticismo de la gente y la creciente decepción que en mala hora se extiende en todo el país.
El objetivo de toda la lucha tiene que ser el cambio de régimen a iniciarse con la salida de Maduro y la constitución de un gobierno de transición y unidad nacional. Ese propósito tiene que animar todo lo que se haga. En este plano sean conversaciones, encuentros casuales o planificados, diálogos, negociaciones o como quieran llamar lo que hacen y también la lucha concreta en la calle como un todo o en cada uno de los sectores en que los ciudadanos desarrollan su vida normal, debemos tener claro que la verdadera naturaleza del problema no es electoral. Es existencial. De principios y valores a los cuales debe subordinarse todo. Si estamos de acuerdo en el qué, será más fácil acordarnos en el cómo.