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Oswaldo Álvarez Paz / Desde el puente: Hacia la consulta popular vinculante

 

Escribo cerca del mediodía del domingo 6-D. Las elecciones parlamentarias convocadas por la dictadura han sido un rotundo fracaso. Todas las medidas fraudulentas y las amenazas a la población fueron insuficientes para motivar a este pueblo hastiado. Una vez más queda demostrado que el pueblo es superior a sus dirigentes. Esto se aplica a todos los sectores, oficialista, alacranes u opositores. A esta hora las informaciones que recibimos de todos los estados caminan en la dirección de ratificar el rechazo al régimen. Esto significa que si Maduro fuera un hombre serio, que no lo es, debería renunciar al cargo que detenta irregularmente. Dijo que lo haría en caso de ser derrotado. Si las tendencias se mantienen, la derrota será apabullante. No se trata de tener unos diputados más o menos, si no de la no participación del pueblo en este proceso viciado. Los usurpadores están cada día más solos, con problemas internos muy graves que van a empeorar en los próximos días.

Ahora podrán decir lo que quieran. Alterar los resultados y usar la enorme maquinaria propagandista que tienen, canales de televisión y emisoras de radio a su servicio, chantajeadas las pocas que están quedando, para neutralizarlas bajo amenaza y mantenerlas a su servicio. Pero no les servirá de mucho. Aquí tiene pena vigencia aquel refrán según el cual “después de ojo sacado no vale Santa Lucía”.

La lucha por el cese de la usurpación sigue su camino. Empieza el proceso que conducirá hacia la gran Consulta Popular vinculante promovida por la sociedad civil e impulsada vigorosamente por la actual Asamblea Nacional legítima y por el Presidente (e) Juan Guaidó. Las preguntas ya son ampliamente conocidas por el país. Podemos sintetizarlas en tres planteamientos básicos. La salida de Maduro y el cese de la usurpación; una transición que finalmente conduzca a elecciones presidenciales y parlamentarias libres y democráticas; y, finalmente un planteamiento ante la Comunidad Internacional solicitando su ayuda para alcanzar los objetivos señalados. En estos planteamientos está recogido el sentimiento nacional. Al emanar directamente del pueblo se impone a todas las instancias públicas y privadas, la obligación de hacer todo lo posible para que se conviertan en realidad a corto plazo.

También han sido explicados los distintos mecanismos para facilitar la participación dentro del país e igualmente de los millones de compatriotas que están en el exterior. Finalmente el día 12-D deberá haber una extraordinaria movilización presencial en los sitios que están siendo señalados para expresar nuestra opinión. Vale la pena.

Pueden todos los venezolanos tener la seguridad de que estamos en el camino apropiado para salir de este desastre. Repito lo que hemos dicho muchas veces: Venezuela tiene ideas, planes, proyectos concretos y gente competente para hacerlos realidad en Libertad y Democracia.

 

 

 

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