Oswaldo Álvarez Paz / Desde el puente: No perder tiempo
Todos sabemos de qué se trata. Maduro y el resto de las cabezas del régimen están convencidos de que sufrirán una aparatosa derrota si las elecciones presidenciales se celebran en condiciones verdaderamente democráticas y libres. No hay forma de que puedan optar por el triunfo cuando más del ochenta por ciento de la población los rechaza y desea un cambio radical y profundo.
Para Maduro la única posibilidad de sobrevivir es profundizando la represión abierta y encubierta contra todo lo que lo mantiene en la precaria situación en que se encuentra. El uso arbitrario del poder, la siembra de miedo y temor, a pesar de que ser reales no son suficientes para retener el poder. Están cometiendo muchos errores graves que tienen repercusiones internacionales enormes. En las múltiples intervenciones, normalmente en cadena de los pocos medios de comunicación existentes, se nota un peligroso nerviosismo que obliga a estar alertas ante lo que puede suceder.
En un año electoral es inconcebible que no sepamos la fecha exacta de las elecciones. Tampoco las condiciones básicas para realizarlas. Sin embargo, la verdadera oposición democrática está lista para enfrentar al régimen y derrotarlo en cualquier circunstancia. Están a la vista las maniobras y los obstáculos, pero nuestra lucha es HASTA EL FINAL, de acuerdo a la consigna básica de la candidata del pueblo María Corina Machado.
Por cierto, hablando de ella, diremos que es insustituible. No tendrán éxito las variadas maniobras divisionistas que se desarrollan actualmente. Quienes dicen que María Corina debería ponerse a un lado y designar o permitir que se designe un sustituto con o sin su apoyo, le están haciendo el juego al régimen. El pueblo venezolano escogió a María Corina en la histórica jornada del 22 de octubre del año pasado como abanderada y líder. Nuestra obligación es sostener y defender esa decisión y ponernos a la orden de ella y de los equipos que están siendo designados para esta etapa.
No podemos ser complacientes con una insólita, ilegal y supuesta inhabilitación que impediría a María Corina inscribirse como candidata presidencial. Sería insólito hacerle el juego a esta maniobra antidemocrática y cobardona. Sabemos que Venezuela tiene líderes y dirigentes capacitados para ser candidatos e inclusive eventuales presidentes del país, pero ellos deben estar conscientes de que ésta no es su hora. Todos tenemos que estar a la altura de las necesidades del tiempo que vivimos. La búsqueda de la mayor dosis de unidad posible, del llamado consenso necesario, tiene que ser alrededor de María Corina, candidata del ciudadano común de la nación.
Estas últimas palabras son un mensaje que tiene claros destinatarios. En manos de ellos queda buena parte de la responsabilidad de lo que suceda en el presente y futuro inmediato.
La posición de Oswaldo Álvarez no tiene excepciones. El que no llegue hasta el final, está revelando que no quiere el final del holocausto.