Oswaldo Álvarez Paz / Desde el puente: Primarias, unidad y triunfo
Está probado y ratificado por todos los estudios serios de opinión que se han hecho, que más del ochenta por ciento de los venezolanos rechazan al actual jefe del régimen que detenta el poder. Con sus equívocos viajes recientes y las constantes declaraciones que ofrece sobre todos los temas, incrementa ese rechazo. A estas alturas no hay forma, por vías normales, que pueda recuperarse. El malestar está creciendo en su alrededor. Saben que el futuro de muchos ya está comprometido negativamente, pero no saben cómo salirse del drama existencial que esto significa.
En ese afán de salvarse de las consecuencias derivadas de estos cinco quinquenios castro-chavo-maduristas, el empeño lo ponen en dividir a la oposición hasta donde sea. El “alacranismo” no ha sido suficiente. Tampoco el descarado despojo de símbolos y bienes de partidos tradicionales como COPEI y Acción Democrática, para sólo mencionar estos dos. Las fieles bases militantes de esos partidos se mantienen leales a lo que han sido. Rechazan abiertamente a los dirigentes que se han prestado a las maniobras descaradas del oficialismo.
Sin embargo, no todo está resuelto. En la llamada oposición democrática también hay serios problemas que generan obstáculos, más o menos serios, para alcanzar la victoria y despojar del poder a sus actuales detentadores, Uno de ellos es el relativo a las llamadas Primarias. Han sido convocadas de común acuerdo y se designó una comisión especial para dirigir el proceso y llevarlo a feliz término. Es decir, a la elección de un solo candidato con el apoyo de todos los participantes en este proceso. De lograrse, estaremos a unos cuantos meses de ponerle punto final a esta etapa triste y dramática que ha vivido Venezuela.
La Comisión existente ha cumplido muy bien su tarea, a pesar de la actitud negativa de una de sus miembros originales. Pero todavía falta mucho. Se necesita una dosis de verdadero patriotismo, desprendimiento, visión de futuro no empañada por las ambiciones circunstanciales del momento y la alegría de ser parte protagónica del cambio necesario.
En lo personal no tengo la menor duda de que María Corina Machado es quien está mejor posesionada para encabezar la dura batalla que se avecina. Pero necesita del apoyo honesto de todos nosotros. A los aspirantes que no quieren tener claro este punto les recomiendo hacerlo sin perder más tiempo ligando un cambio improbable de las circunstancias actuales que pueda beneficiar individualmente a alguno o a varios de los aspirantes abiertos y encubiertos.
El apoyo a María Corina, en mi caso al menos, no se debe a una larga amistad personal y familiar. Es mucho más que eso. Está preparada adecuadamente para presidir a la Nación. Tiene ideas, programas concretos y equipos capaces de darle al país el rumbo adecuado. Los invito a todos a apoyarla.