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Oswaldo Páez-Pumar: Como era de esperarse

 

Nadie puede servir a dos señores, resulta una enseñanza tan clara que sería fácil advertir desde el mismo momento cuando Chávez Frías definió nuestra frontera al oeste con las FARC, que la defensa de la integridad territorial de la República en sus manos estaba comprometida. Una crítica más recia podría afirmar que había incurrido en el delito de traición a la patria, al confabularse con una “potencia extranjera” (las FARC) o con enemigos de la república (quizá no lo sean de Venezuela, pero si del concepto de república) en desmedro de la integridad territorial, pues ese espacio por pequeño que fuera era nuestro y no del hasta entonces vecino Colombia, que no le reconocía derecho ni a un mínimo espacio.

La Fuerza Armada Nacional a la que se agregó por parte de sus más altos jerarcas, el último de ellos hasta ahora el general Padrino, el adjetivo “chavista”; y que tiene a su cargo en virtud de una norma constitucional la defensa de la integridad territorial y la no militancia política, decidió violar dos veces la constitución de la cual deriva su existencia, más aún, de la cual deriva su derecho a existir. Abandonó la defensa de la integridad territorial y asumió la militancia política. En palabras simples aceptó la presencia de las FARC dentro de nuestro territorio y se hizo chavista.

La muerte de Chávez no representó ningún cambio, al fin y al cabo el usurpador Maduro debe su “larga interinaria” no a la decisión de Chávez sino de Castro bajo cuya tutela se llevaron a cabo las negociaciones en La Habana que condujeron no a la paz, como está visto, sino al otorgamiento del premio Nobel de la Paz al ex-presidente Santos. “Visionarios” los que lo otorgaron, ya que como podemos apreciar no ha habido paz, sino extensión de las áreas en las cuales se asientan en plan de combate tres fuerzas armadas que aspiran derrocar al gobierno de Colombia: 1) las FARC, 2) los que dentro de las FARC, disienten y 3) finalmente el ELN.

Pareciera que hasta una cuarta fuerza, que son nuestras FAN (hoy bolivarianas y chavistas), se aprestan a derrocar al gobierno de Colombia, ya que por boca de uno de sus  miembros aunque desde tiempo atrás en situación de retiro, lo cual no le impidió ascender de grado, ha declarado que el combate sería en territorio colombiano.

Los hechos se imponen siempre sobre las palabras y ha venido a resultar que ha habido combate pero en nuestro territorio, a menos que se acepte que allá en el Apure que describió con lujo de detalles Rómulo Gallegos en Doña Bárbara, hay un espacio que no es nuestro sino de Colombia, que sería como el reconocimiento a lo dicho por Chávez en relación con las FARC, que al fin y al cabo está integrada por colombianos.

La tragedia que vivimos la origina el amparo que le dimos a esas FARC hace no sé cuántos años, pero aún ejercía la presidencia de Colombia Uribe y desde luego la nuestra Chávez. Ellas imperan en el territorio patrio, derrotan a nuestras fuerzas armadas, mal dotadas y peor dirigidas,   lo que obviamente ha quedado demostrado por los recientes sucesos traducidos en bajas, según el argot castrense, que en nuestro idioma son muertos, prisioneros y heridos. Todo lo cual viene desde luego acompañado por lo peor que siempre ha servido de apoyo a los regímenes dictatoriales, la mentira, que desde luego la usan para engañar al pueblo y tiene como corolario que se engañan a sí mismos. Obviamente cuando comienza el proceso no, hay hasta algunos de buena fe, cuando madura como éste que lleva 22 años, el  grupo que detenta el poder solo piensa en como conservarlo; y es por eso que nuestra primera meta es y tiene que seguir siendo el cese de la usurpación, lo demás vendrá después.

Caracas, 5 de junio de 2021

 

 

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