Aquella frase según la cual la historia se repite pareciera ser algo que debe ser recordado por la empresa que el teniente Pelo anuncia que se propone acometer. Según sus palabras va a “descocainizar” a Colombia. Lo que me induce a pensar que se apresta a una “segunda asonada militar”, quizá no tanto porque siendo anunciada ya no es asonada, como lo fue la fracasada del 4 de febrero de 1992 y ni hablar de la de noviembre de ese año.
Pareciera entonces que de lo que se trata es de una invasión a Colombia cuyo objetivo es acabar con el “negocio de la cocaína” que el teniente lo sitúa en manos del gobierno colombiano, o quizá del ex-gobierno de Uribe, pero no en manos ni de las FARC, ni de la disidencia de la FARC, ni del ELN, todos los cuales pareciera que recaban los recursos para esa costosa empresa que es una guerra, de algunos negocios lícitos que yo francamente no me explico cómo le siguen dejando tiempo para las actividades bélicas, dado que el sostén inicial que representó la U.R.S.S. se agotó legándole a Cuba el “período especial”; y salvo los recursos que “pudiera” haber suministrado el gobierno de Chávez Frías, no parece que lo pudiera hacer el del usurpador que le ha quitado “ONCE” ceros al bolívar, lo que significa que lo que antes eran cien mil millones de bolívares, lo ha convertido en un bolívar y hoy se necesitan más de cuatro, cuatro y medio para comprar un dólar.
De manera pues que estamos en presencia de un proyecto de guerra, que rompiendo la sabiduría ancestral de la humanidad, que está consagrada en la frase que dice “guerra avisada no mata soldado”, se propone el teniente acometerla quizá con el propósito de que tengamos que enseñar a las nuevas generaciones que mientras más avisadas sean las guerras, más soldados encontrarán la muerte. Como yo, que como abogado voy ya a cumplir en tres meses 58 años de graduado, no estoy preparado para que me cambien reglas ancestrales, no puedo menos que considerar que el proyecto del teniente Pelo está destinado al fracaso. Ignoro por qué el teniente anuncia ese plan de “descocainizar” a Colombia, cuando al mismo tiempo se solidariza y alaba a Putin que invadió a Ucrania sin previo aviso. Solo en la frase con la cual comencé el artículo puedo encontrar la explicación: La historia se repite primero como tragedia y luego como farsa; y como el teniente Pelo no es margariteño, sino monaguense, quizá interpretó que la palabra “farsa” quería decir “falsa” y anunció su invasión. No me parece correcto su proyecto, pero si lo va a acometer debe bajar de peso.
Caracas, 22 de marzo de 2022