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Oswaldo Páez-Pumar: Los apadrinados

 

Los sucesos en La Victoria, estado Apure, muestran la desaparición del concepto patria y nación en la FAN. El grito “patria-socialismo o muerte”, importado de Cuba y adoptado hace años ha convertido a una institución que debe estar al margen de la confrontación política, en un soporte armado de una ideología política. Desde el momento cuando Chávez expresó que Venezuela limitaba al oeste con las FARC y se agregó a las siglas FAN la letra B, alusiva a Bolívar FANB; y al grito en sus desfiles en honor al comandante en jefe de la FANB, la palabra “chavista”, bien puede decirse que la presencia de tropas armadas no nacionales, sino colombianas, en nuestro territorio dejó de ser tema de atención para el “alto gobierno” y para la fuerza armada. El territorio nacional fue convertido en aliviadero para las guerrillas colombianas en cuyo objetivo de derrocar al gobierno colombiano de entonces, el de Álvaro Uribe Vélez, contaba con la simpatía del gobierno venezolano y del chavismo.

Pero Uribe, que accedió a la presidencia el año 2002, tres años después de Chávez en 1999, más bien tres y medio por los meses de febrero a agosto, concluyó su mandato por haber sido reelecto el año 2006, en el 2010, no sin antes haber penetrado la frontera con Ecuador y atacar y dar muerte a unos y apresar a otros guerrilleros de las FARC y tomar valiosa documentación, información y equipos, tres años antes de que Chávez (que según dicen) muriera en Caracas, el año 2013. Ya entonces gobernaba en Colombia el presidente Santos que se había manifestado a sí mismo, como “nuevo mejor amigo”; y el territorio venezolano que pudo tenerse como un aliviadero para la FARC se convirtió en residencial porque con Santos se iniciarían “las negociaciones de paz” en Cuba bajo la tutela de Castro. Los huéspedes no necesitando “aliviarse” necesitaban sí ocuparse de algo, y qué algo mejor que lo que ellos venían practicando en Colombia desde los tiempos muy remotos del cura Camilo Torres y desde luego del gran capo Pablo Escobar.

Por supuesto ya para entonces también había el “cartel de los soles”, pero ese negocio es lo suficientemente lucrativo como para poder permitirse compartirlo y no había razón para desperdiciar esfuerzos, gastos, costos y competencia, sin mencionar la posibilidad de “bajas”; y no previéndose incursiones desde las tierras de “aliviaderos” a la situada al oeste de las FARC, el negocio podía prosperar en una sociedad “en comandita”. Allí se asentó el ELN y las negociaciones de “paz” adormecieron un poco la actividad relacionada con la “toma del poder”. Vendría otra forma de tomarlo incluido un premio Nobel de la Paz para Santos.

Las FARC tomaron participación en el parlamento de Colombia con senadores, diputados y con el mismo nombre, pero como era de esperarse no todo es satisfactorio y las FARC se dividieron, y teniendo conocimiento de que había algún territorio entre Colombia y Venezuela que correspondía a la FARC (Chávez dixit) se trasladaron e instalaron; como también era de esperarse su presencia no hostiga tanto a la población venezolana en diáspora, en éxodo, como al ya asentado ELN y al también asentado cartel de los soles. El negocio sigue siendo lucrativo para compartirlo, pero parece que no tanto entre tres como entre dos. Se han producido bajas lamentables particularmente en los estratos inferiores; y lo más interesante es que el gobierno nos informa de una india venezolana que le ha hecho frente a unas colombianas que ocupan el territorio, quizá esperando que otras y otros muchos más se incorporen a una reconquista del territorio en que los encargados constitucionalmente de velar por él no han mostrado destreza alguna, quizá porque confunden el concepto de patria y de nación con el de socialismo. No todos por supuesto, a muchos les importa un pito el socialismo, pero sí los beneficios económicos que puedan derivar del grito “abajo los ricos”, que nunca provocará que los pobres lleguen arriba.

 

Caracas, 7 de abril de 2021

 

 

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