DictaduraÉtica y MoralPolítica

Oswaldo Páez-Pumar: Los indultos del usurpador

 

Se trata de un asunto tan serio que no es posible dejar que pase inadvertidamente la cantidad de violaciones a la Constitución que conforman el escenario para la representación de este sainete, con el cual se pretende disfrazar la tragedia que vive Venezuela desde el 2 de febrero de 1999, cuando el teniente-coronel Chávez Frías asumió la presidencia sin haber pronunciado el juramento de rigor para poder asumir el cargo para el cual fue electo.

El teniente-coronel iniciaba ese día, inconstitucionalmente, el ejercicio del poder a lo que agregó el anuncio de la convocatoria a una “asamblea constituyente”, sin poder para convocarla, pero con muchos cómplices que la legalizaron a través de un referendo “consultivo”, cuyo resultado fue convertido “en vinculante”; y que teniendo los electos a ella por función “única” redactar un nuevo texto constitucional, los nuevos diputados disolvieron el Congreso Nacional legítimamente electo a fines del año 1998 e inconstitucionalmente asumieron sus funciones. La “nueva Constitución”, contenía en relación con la presidencia dos modificaciones, la primera, el período pasaría a ser de 6 años en lugar de cinco; y la segunda el presidente podría ser reelecto una vez.

No satisfecho con poder ejercer el poder ejecutivo por 5 años de 1999 a 2004 y por 6 años más, de resultar reelecto hasta enero de 2010, o si se interpretaba que la duración del período presidencial en curso debía extenderse por 6 años, como resultado de la reforma, hasta enero de 2005 y enero de 2011, respectivamente, obtuvo del nuevo Tribunal Supremo una decisión que es un portento de sabiduría aritmética que habría dejado estupefacto a Pitágoras. El período iniciado el 2 de febrero de 1999 no concluiría en enero de 2004, ni del 2005, ni del 2006, sino del 2007, por lo que de ser reelecto como lo fue, en diciembre de 2006, en dura competencia frente al “Conde del Guácharo”, que digo, Manuel Rosales, quien tomó el puesto del Conde, ejercería el cargo no por 12 años, que resultan de multiplicar 6 por 2, sino por catorce años que resultan de multiplicar 7 por 2. Luego vendría otra reforma constitucional para obtener la reelección indefinida que sometida a referendo fue negada y estando prohibida volver a considerar tal reforma, fue aprobada para que se relanzara el año 2012, que es el período en el cual está ejerciendo el usurpador.

            Los indultos del usurpador son en realidad un insulto a los venezolanos y desde luego a la inteligencia. No hay delito en los indultados, ni sentencia que imponga la pena de privación de libertad. No hay sino privación ilegítima de la libertad, en violación de la constitución, que ordena el juicio en libertad. Desde luego esos mal llamados indultos persiguen simplemente un “quid pro quo”, que lo acompañen en esa ilegal convocatoria de elección de diputados para el 6 de diciembre próximo, porque sabe que los venezolanos y el mundo en general lo desconocen, desconocen su mascarada electoral del 2018 denunciada hasta por los proveedores de las máquinas de votación y los programas de cómputo de esas máquinas. Pero la razón máxima que acompaña a esa mascarada es que el usurpador sabe que carece de poder, que el que ejerce es de Chávez y él lo pidió hasta el 2021, es decir un tercer período de 7 años. Se le acabó.

 

 

Botón volver arriba