Oswaldo Páez-Pumar: Una visión diferente
Me encuentro con dos artículos relacionados con unas posibles elecciones en Venezuela, que contienen dos juicios favorables a las mismas, aunque no con idéntica orientación; y como mi visión es diferente de ambas me propongo exponerlas. Ya hace tiempo bien lo había advertido Lord Byron en un poema que no quiero citar, para no tentar a quienes me lean en distraerse en ubicarme a mí y a los que me llevan a escribir, en los puntos de vista antitéticos que Lord Byron asigna a dos personas que contemplan una misma realidad.
El primero de los artículos celebra como algo bueno que en el CNE que es un órgano colectivo integrado por 5 miembros hayan sido incluidas dos personas (omito sus nombres para no hacerlos parte de mi crítica a los articulistas) que harían oír sus voces frente a los posibles intentos de fraude; y el segundo, lamenta la anunciada visita de Rodríguez Zapatero (todo el mundo le llama Zapatero incluido el articulista) porque “desprestigia la vía electoral”.
Desde luego no pongo en duda que las personas designadas para integrar el CNE levantarían sus voces para denunciar el fraude electoral que pudiera fraguarse y ejecutarse. Pero me pregunto y pregunto a mis lectores si estas dos personas, cuya probidad es notoria al igual que su preparación en cuestiones de informática, por ese solo hecho ¿están en capacidad de detectar y determinar la existencia de un fraude que se ejecuta en una extensión territorial que abarca casi un millón de kilómetros cuadrados y que se materializa a través de miles de mesas en las cuales votarán los ciudadanos? Y la respuesta surge inequívoca. Es precisamente con el apoyo de esos miles de ciudadanos que velarán en cada mesa como podrán los miembros del CNE determinar la existencia del fraude. Debo entonces concluir, que es la labor de esos miles de ciudadanos en las mesas lo que garantizaría la imposibilidad del fraude, o quizá mejor expresado, la imposibilidad del gobierno de impedir la denuncia en cientos o miles de mesas del fraude, si lo hubiera. Con el ofrecimiento de excusas de mi parte a los designados como miembros del CNE, si efectivamente ellos están capacitados para impedir el fraude como no sea del modo que lo he descrito, no creo que esa designación pueda ser invocada como garantía de unas elecciones limpias.
Abordo ahora el desprestigio de la vía electoral por parte de Zapatero con su presencia. La vía electoral en Venezuela está desprestigiada con o sin la presencia de Zapatero. Su presencia no hace mayor el desprestigio. ¿Será que su ausencia merma el desprestigio alcanzado?
Una prueba evidente del desprestigio alcanzado por el CNE, es la búsqueda de personas que gozan de buena reputación en sectores de oposición para integrar el CNE; y darle en consecuencia credibilidad no solo al proceso electoral sino a los resultados que, ¡cómo serían de avasallantes! que no le pudieron dar a Chávez Frías el año 2007 la reelección indefinida que se proponía; para que de todos modos la obtuviera mediante una reforma inconstitucional, que no podía ser planteada de nuevo durante el período en curso, en el cual ya hubiera sido negada.
Reconozco que los nombres que se presentan hoy para integrar el CNE están a años luz de los que se presentaron otrora; y no hablo de Tibisay y sus otras compañeras de paseíllos con “tendencias irreversibles”. Sino de antes. Allí hicieron de “miembros imparciales” Jorge Rodríguez y Carrasquero, ¿no recuerdan a Carrasquero? Sus funciones “imparciales” en el CNE cuando el referendo revocatorio de 2004, fueron compensadas con un sillón en el TSJ.
Caracas, 10 de mayo de 2020