Otorgados los premios innobles
Virtual por necesidad, la gala de los premios Ig Noble ha tenido lugar igual que cada otoño desde hace 31 años para reconocer investigaciones científicas que provocan risa antes que admiración académica.
Susanne Schötz, de la Universidad sueca de Lund, fue galardonada por sus estudios de una década sobre la gama de maullidos que los gatos emplean, según dice, para trasmitir a los humanos sus ideas y necesidades; elevando el tono final, por ejemplo, cuando reclaman su comida o, al contrario, convirtiéndolo en murmullo para expresar su ansiedad ante la visita al veterinario; variaciones que por un fenómeno de simbiosis son más fáciles de percibir por los dueños de las mascotas.
Otra categoría –del transporte- premió el hallazgo de que los rinocerontes y elefantes son movilizados por helicóptero con más eficacia si se les amarra patas arriba, y en el ramo de la entomología se puso atención a un asunto de tanta trascendencia como el combate perenne entre el hombre y las cucarachas, desempolvando un antiguo estudio sobre el uso de pesticidas a bordo de los submarinos estadounidenses.
El de química reconoció la conclusión de un equipo de expertos de seis países de que el olor del público en un cine se sintoniza con el género de la película y sugiere la edad recomendable para su clasificación; en economía, el análisis de quince estados de la extinta Unión Soviética que mostró la absoluta correlación entre la obesidad y el nivel de corrupción de 229 ministros; y en biología, de que la temperatura del cojón izquierdo es más elevada en los repartidores de correo.
Otros premios –informa SCIENCE– fueron para sendos análisis de por qué las personas no tropiezan constantemente dentro de una muchedumbre o, por el contrario, suelen hacerlo de vez en cuando; el de ecología reconoció la revelación de un equipo español de la Universidad de Valencia-SIC (Paterna) y la empresa Darwin Bioprospecting Excellence, sobre los tipos de bacterias adheridas a los pegostes de chicles que salpican nuestras calles; el de la paz, a un test de la capacidad amortiguadora de la barba contra los golpes y el de medicina a un análisis germano-turco-británico sobre la importancia del orgasmo como descongestionador nasal.
Los ganadores recibieron un diploma y un billete de 10 billones de dólares zimbabwanos, de valor tan nulo como el bolívar de la revolución venezolana que quizás repartirá en una próxima ocasión el editor de la revista Annals of Improbable Research, Marc Abrahams, animador de esta parodia de los Nobel, presentada a veces por auténticos laureados con el premio, en el Sanders Theatre de la Universidad de Harvard.
Premios IG Nobel
La ceremonia suele ser registrada y transmitida en directo por la Radio Nacional Pública de Estados Unidos y la Internet y se emite el viernes siguiente al Día de Acción de Gracias en el programa de radio Ciencia Viernes de ese país.
Desde su inicio, en 1991, los Ig Noble han enfocado sus burlas a investigaciones de costo y profundidad equivalentes a su extravagancia, como el efecto de la presencia humana en la excitación sexual de los avestruces, la probable ubicación del Infierno en los agujeros negros del cosmos o el porqué de la formación de pelusas en el ombligo.
Y como para demostrar que la intención humorística no desmerece en modo alguno a la ciencia verdadera, Wikipedia cita el caso del profesor Andréy Gueim, ganador del IgNobel de Física en 2000 por levitar una rana en un campo magnético, que más tarde obtendría el auténtico Nobel gracias a sus investigaciones sobre el grafeno, honrando la frase con que el travieso Abraham acostumbra despedir sus galas: “!Si no has ganado un premio, y sobre todo si lo has ganado, mejor suerte el próximo año!”.
Varsovia, septiembre 2021