Padre Maikel Gómez: ‘Estamos en un punto crítico donde el cubano necesita respuestas y no promesas’
'Siento que el país va dando tumbos sin sentido', dice el religioso. Los cubanos 'no podremos avanzar si seguimos levantando muros, sembrando odio'
El nombre del católico cubano Maikel Gómez se hizo popular a finales de diciembre de 2020. En su homilía por la celebración de la Navidad, el diácono de la Parroquia habanera de San Juan Bosco habló desde el púlpito sobre algo infrecuente en los 60 años de socialismo en Cuba: la libertad en la Isla.
«Nuestra sociedad hoy necesita el toque del amor, de un amor que una y no que desuna, un amor que integre y no que separe«, dijo a los feligreses.
Ahora, el padre Gómez recibe con gozo la noticia de que circula una carta pública a las autoridades del régimen firmada por casi 20 órdenes católicas. Si bien la extensa misiva se concentra en la precariedad y falta de libertad de expresión que vive la provincia de Camagüey, el cuadro descrito se extiende a toda Cuba.
«El rol de la Iglesia siempre ha sido claro y esta muy bien definido: el anuncio del Evangelio, la celebración de los sacramentos y el servicio de la caridad; este último es donde, a mi juicio, entra el ser voz de los que no tienen voz. La Iglesia está para consolar, para sostener, para unir y edificar, y también para denunciar aquello que pone en riesgo en cualquier sociedad todo lo anterior», expresó Gómez en conversación con DIARIO DE CUBA.
«La Iglesia está inmersa en una sociedad y, por tanto, desprende de ella una doctrina social donde la justicia, el respeto a los derechos fundamentales y el bien común han de primar para que tenga efecto un anuncio verdadero del Evangelio, capaz de transformar la vida y los corazones de todos», continuó.
Para el líder religioso, la carta, hecha pública vía redes sociales el 30 de marzo pasado, demuestra que la Iglesia Católica cubana «está acompañando al pueblo, que se siente afectada por la situación de sus hijos. La Iglesia guía por el sendero del bien, alza la voz para señalar el peligro, se enfrenta sin miedo a todo aquello y a todo aquel que amenace la estabilidad y el bien común de su rebaño y es capaz de defender a todos, incluso al punto de dar la vida si justa es la causa».
Las limitaciones de libertades individuales como la de movimiento, por ejemplo, han mantenido entre 2018 y 2021 a 250 personas «reguladas» por motivos políticos dentro de la Isla.
«Una Iglesia encarnada es una Iglesia que siente, que sufre, que llora con su pueblo y desde ahí, desde su realidad, repito, le fortalece en la esperanza, le sostiene en la fe, y se convierte en voz de los que no son escuchados y, lo más importante, se convierte en reflejo de la misericordia de Dios», afirmó Gómez.
Sobre la situación política y social de Cuba hoy, expresó: «No podemos avanzar si seguimos levantando muros, no podemos avanzar si seguimos sembrando odio. Siento que el país va dando tumbos sin sentido, estamos en un punto crítico, donde el cubano necesita respuestas y no promesas. El cubano precisa de unidad y unidad en el amor. El cubano necesita un respiro para recobrar las esperanzas. El cubano necesita sonreír y dejar de llorar. El cubano necesita ser escuchado, ser respetado, mirar al futuro con esperanzas, y eso en estos precisos momentos es una mera utopía».
Gómez declaró que los residentes en la Isla necesitamos despertar y volver soñar con una Cuba de todos. Valoró el compromiso que «como creyentes y como hijos de esta tierra tenemos todos» y dijo que es preciso recordar «que estamos aquí para llevar a la Patria la verdad que libera, el reino de Dios donde todos nos amamos como hermanos, donde la justicia, la solidaridad y la paz son nuestras banderas».
«Los senderos de esperanza que Cuba necesita hoy pasan por la cruz de las renuncias personales y la entrega sin límites, para que así algún día brille la estrella que ilumina en las dudas», añadió. «Es hora ya de romper los tabúes obsoletos que el temor convirtió en diques y ahora nos atan».