Democracia y Política

Patricio Navia: Bachelet sepultó a Tohá

Si Bachelet va de candidata, Tohá volverá a ponerse en la fila para esperar su turno. Si Bachelet no va, Tohá irá al sacrificio como un plan B de una coalición que ya no cree posible mantenerse en el poder más allá de marzo de 2026.

 

Aunque es evidente que la ex Presidenta Michelle Bachelet está seriamente considerando lanzarse al ruedo electoral, hay buenas razones para creer que el prolongado tiempo que se ha tomado para decidir si será candidata en noviembre de 2025 se explica porque Bachelet ve que el camino para regresar a La Moneda está más cuesta arriba ahora que en 2013.

Lamentablemente para el oficialismo y para el gobierno del Presidente Boric, la indecisión de Bachelet en estas semanas ha resultado altamente costosa para la izquierda. Independientemente de si Bachelet se presenta o no, los días que ha durado su indecisión han sido suficientes para sepultar las aspiraciones presidenciales de Carolina Tohá. Si la actual Ministra del Interior ya despertaba poco entusiasmo en su sector, ahora que Bachelet contribuyó a alimentar los rumores de una posible candidatura presidencial, Tohá ha sido relegada al puesto de un poco atractivo plan B para una coalición que bien pudiera terminar más preocupada de salvar los muebles que en montar una candidatura presidencial competitiva para la elección de noviembre de 2025.

En el papel, Carolina Tohá debió haber sido una candidata presidencial atractiva en 2009, cuando tenía 44 años, o bien en 2013, cuando ya tenía 48. Incluso en 2017, a los 52 años, Tohá podría haber sido un nombre atractivo para convertirse en candidata de la coalición de izquierda. Pero en cada ronda electoral, Tohá dejó pasar la oportunidad de tirarse a la piscina. En 2009, Tohá, como muchos otros de su generación, prefirió esperar en la fila que desafiar la candidatura poco viable de Eduardo Frei. En 2013, el retorno de Bachelet obligó a todos los miembros de esa generación a seguir esperando en la fila. En 2017, el fallido intento de Ricardo Lagos por lograr la nominación de la coalición de izquierda obligó a Tohá y a sus compañeros de generación a seguir esperando en la fila. En 2021, Gabriel Boric y su generación frenteamplista se tomaron el poder. Tohá debió conformarse con ser nombrada Ministra del Interior cuando el proyecto fundacional de Boric y los suyos comenzó a hundirse, después del fracaso del primer proceso constituyente.

Para comienzos de 2024, el nombre de Tohá comenzó a sonar como posible alternativa presidencial. Pero eso fue más que nada porque no parecía haber nadie más disponible. La poca convicción y entusiasmo que produjo la idea de que Tohá fuera la abanderada oficialista quedó en palpable evidencia cuando, hace unas semanas, comenzó a circular el nombre de Bachelet como posible candidata para el sector.

A sus 73 años, Bachelet parecía estar indecisa entre un posible intento para candidatearse a la secretaría general de la ONU o un retiro definitivo de la vida política a una edad razonable. Pero 20 años después de haber llegado a la presidencia -cuando tenía 54 años, cuatro menos de los que hoy tiene Tohá- bastó que Bachelet diera un par de ambiguas señales para que la izquierda en pleno se olvidara de la posible candidatura de Tohá y abrazara con inusitada esperanza y entusiasmo la posibilidad de que Bachelet volviera al ruedo electoral.

Nadie sabe si una tercera candidatura de Bachelet será electoralmente exitosa. Chile ha tenido alternancia en el poder desde 2009. La derecha parte con ventaja en esta carrera por la presidencia. Los chilenos creen que el país va por el sendero equivocado y quieren un cambio. Es difícil que un candidato del oficialismo izquierdista pueda representar ese cambio. Por eso mismo, Bachelet parece estar pensando muy bien si se lanza al ruedo. Lo que está claro, no obstante, es que una Bachelet que todavía no se anima a lanzarse se ha convertido en una opción más atractiva para la izquierda que una Tohá que hace rato ha dejado en claro que está más que dispuesta a ser candidata.

Es difícil entender las razones por las que Tohá no conecta con el electorado. Pese a su experiencia, su reconocida ética de trabajo, y su disposición a dialogar y construir acuerdos, Tohá no parece tener esa necesaria cuota de carisma que es tan importante para pasar de ser una candidata que se ve bien en el papel a una que atraiga apoyos y genere entusiasmo. Después de haber estado en la primera línea de la política nacional desde el plebiscito de 1988 -cuando apenas tenía 23 años- Tohá nunca logró convertirse en un rostro que representara el cambio y en una figura que se ganara el cariño de un electorado que siempre busca líderes que puedan llevar al país a un mejor destino.

Puede ser que Tohá termine siendo la candidata presidencial del oficialismo. Después de todo, su disciplina e incuestionable compromiso con la causa de su sector bien pudieran llevarla a aceptar el sacrificio de ser la candidata que se presenta a una elección sabiendo que va a perder. Pero si había alguna oportunidad de que Tohá se alzara como una candidata de unidad en la izquierda con buenas posibilidades de ganar una elección en la que el viento parece soplar a favor de la derecha, los rumores sobre la posible candidatura presidencial de Bachelet han terminado por sepultar las chances de victoria de Tohá.

Si Bachelet va, Tohá volverá a ponerse en la fila para esperar su turno. Si Bachelet no va, Tohá irá al sacrificio como un plan B de una coalición que ya no cree posible mantenerse en el poder más allá de marzo de 2026.

 

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