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Pedro Corzo: Cuba en la burocracia totalitaria
En Cuba no solo se eliminó la libertad de prensa, sino que se extinguieron los órganos que la honraban
El populismo castrista quebrantó, en cuanto arribó al poder, los numerosos componentes fundamentales de una sociedad libre, siendo uno de los primeros el derecho a la vida y la libertad de información y expresión ciudadana.
Paralelo a los fusilamientos, los periódicos, acusados de ser próximos al depuesto régimen de Fulgencio Batista, “Alerta”, “Pueblo”, “Ataja” y “Tiempo” fueron saqueados y expropiados, además de ser entregados a partidarios de los Castro para convertirse en voceros del nuevo oficialismo, como fueron los periódicos “Combate” y “Revolución”, este último, bajo el comando de Carlos Franqui con sus titulares de 6 pulgadas que reclamaban paredón.
Doce meses después fueron quemados en la capital cubana, 25 de enero, ediciones del Diario de la Marina, ejemplares de los periódicos Prensa Libre, de las revistas Life, Time y selecciones de Readers Digest. En mayo no había prensa libre en Cuba, teniendo lugar un suceso que mostró el grado de servilismo de un sector de la sociedad que dispuso el entierro simbólico del Diario de la Marina, decano de la prensa nacional.
En Cuba no solo se eliminó la libertad de prensa, sino que se extinguieron los órganos que la honraban, ningún periódico republicano sobrevivió al castrismo ni en nombre o calidad informativa.
Los medios de información prensa escrita, radio y televisión, fueron puestos al servicio de la tiranía, convirtiéndose en reflejo de los sueños faraónicos de los hermanos Castro y trasmisores de aberrantes consignas gubernamentales.
El periodismo fue, en ocasiones, con la participación cómplice de no pocos comunicadores, por autocensura o por su conversión a funcionarios, en un objetivo a destruir para imponer con mayor impunidad el sistema totalitario en gestación.
Por estas penosas realidades considero importante destacar la labor cumplida por los periodistas independientes cubanos que durante décadas han arriesgado sus vidas y precarias libertades, por informar sobre la violación institucional de los derechos de los ciudadanos, así, como a los limitados medios que han estado dispuesto enfrentar las acciones criminales del absolutismo castrista como ha hecho durante estos últimos diez años el periódico 14ymedio.
Los periodistas independientes cubanos y los pocos medios que han servido en ese quehacer durante estas largas seis décadas se han labrado un nicho de honor, tanto por el coraje demostrado para soportar la represión como por la calidad y justeza de sus informaciones.
Por décadas en la Isla solo existió un periodismo doctrinal, ausente de críticas y cuestionamientos a la acción gubernamental, también, cerrado a cualquier información o análisis que la autoridad pudiera considerar atentatorio a sus intereses.
El periodista cubano se mediatizó. Mutó a vocero de consignas oficiales. En cantor de logros reales o supuestos de la clase gobernante. Su juicio fue supeditado a lo políticamente correcto. La información, el contar de un acontecer, se transformó en crónica de lo que convenía a la autoridad y del periodista que se esforzaba por no ser reprimido y conservar su empleo ante un único propietario el estado-partido.
Esta situación que estaba evolucionando a un cambio positivo, tuvo un vuelco radical cuando con modestia extrema salió a la luz pública 14ymedio. Muchos no nos percatamos de este hito que se producía al interior de Cuba, en tiempos en que el país iniciaba un proceso de reajuste como consecuencia del agotamiento del totalitarismo.
Estos últimos diez años han sido de gran quebranto para la dictadura, cierto que aún detentan el poder, pero se encuentran en plena bancarrota moral y material.
Transitar del totalitarismo carismático de Fidel Castro, al absolutismo castrense de Raúl, finalmente al totalitarismo burocrático representado y conducido por el inepto Miguel Diaz Canel, es una evidencia incontrastable de que el régimen se encuentra en una encrucijada que puede ser mortal a su sobrevivencia.
Esta década dentro de la oscuridad deja avizorar luces de cambio. La población ha mostrado su desencanto en las protestas populares más importantes desde el primero de enero de 1959, las cárceles encierran a más de mil activistas prodemocracia, en su mayoría mucho más jóvenes que el dictador pantalla Diaz Canel y el régimen pretende reinventarse disponiendo prácticas económicas contrarias a su esencia, acontecimientos que los periodistas independientes y 14ymedio, han cubierto dignamente.
Lejos, pero con admiración y respeto, dedico en este aniversario de 14ymedio este decir de José Martí que refleja con exactitud mi sentir «Sólo quien sabe de periodismo, y de lo costoso del desinterés, puede estimar de veras la energía, la tenacidad, los sacrificios, la prudencia, la fuerza de carácter que revela la aparición de un diario honrado y libre».-