DeclaracionesDemocracia y Política

Pedro Sánchez confirma su veto a Pablo Iglesias: «Necesito un vicepresidente que no hable de presos políticos»

La reclamación del líder de Podemos de que él entre en el Consejo de Ministros y de hacerlo como vicepresidente "social" es lo que ha impedido el avance de las negociaciones

Vicepresidente del área «social» y los ministerios de HaciendaTrabajo, el área de Seguridad Social, y la responsabilidad de la Comunicación del Gobierno. Estas son las exigencias que Pablo Iglesias ha puesto sobre la mesa para apoyar la investidura de Pedro Sánchez, según ha revelado hoy a su Ejecutiva el presidente en funciones y secretario general del PSOE.

El propio Sánchez lo ha confirmado después en público, en una entrevista en La Sexta: «Son algunas de las cosas que han salido en las conversaciones». Y por primera vez ha concretado que la presencia de Iglesias en el Ejecutivo es el único obstáculo para llegar a un acuerdo con esta formación. El gran escollo. El presidente en funciones ha reconocido que se niega a admitirlo en su equipo. Y de manera clara ha desvelado que le reclama una vicepresidencia. «Yo necesito un vicepresidente que defienda la democracia española». En su opinión Iglesias no la defiende cuando sostiene que en España hay «presos políticos». ¿Qué quiere decir?, ha preguntado, ¿que «se persigue a las personas por sus ideas políticas»?

Por ello, «no se dan las condiciones para que Iglesias forme parte de este Gobierno». Ante una de las mayores crisis de Estado a las que se enfrenta este país, ha dicho, en referencia al nuevo desafío que la Generalitat puede intentar tras las sentencia del procés por parte del Tribunal Supremo, «no me puedo permitir el lujo de tener a un vicepresidente del Gobierno con una divergencia muy seria en un área fundamental». Yo, ha insistido, «necesito un vicepresidente que defienda la democracia que diga que este país es un Estado democrático y de Derecho, que el Poder Judicial es independiente del Ejecutivo».

Hasta ahora Sánchez ha evitado en público concretar qué pedía Unidas Podemos, pero fuentes socialistas ya habían ratificado al menos la petición de la vicepresidencia y de otros ministerios. De hecho, la reclamación de Iglesias de que él entre en el Consejo de Ministros y de hacerlo con este puesto en concreto es lo que ha impedido el avance de las negociaciones, como ha difundido el jefe del Ejecutivo hoy. Sánchez ha asegurado esta mañana que el «99,9%» de las conversaciones que ha mantenido con el líder de Unidas Podemos durante estos dos meses y medio «han versado sobre la entrada de Unidos Podemos en el Gobierno y la participación de Iglesias».

«Esta es la realidad». Y yo le he dicho que «dos líderes de dos partidos políticos, que divergemos tanto en temas tan esenciales para nuestro país, como es la cuestión catalana, lo mejor que podría hacer es dar un paso atrás». El presidente ha señalado que Iglesias «tendría que reflexionar seriamente si vale la pena» porque «me parece tan duro que vaya a votar No con la ultraderecha».

Fuentes de Unidas Podemos aseguraron a este periódico que después de las elecciones generales del 28 de abril, en el primer contacto entre Sánchez e Iglesias, el presidente en funciones no se cerró a la entrada de ministros de esta formación en el Ejecutivo. Fue tras las autonómicas, europeas y municipales del 26 de mayo, al confirmarse la bajada electoral de Unidas Podemos, según esta versión, cuando Sánchez se echó atrás.

No obstante, el PSOE ha ido avanzando en las últimas semanas en su propuesta inicial de Gobierno monocolor -la que siempre han mantenido públicamente- y ha dado diferentes pasos. Del Ejecutivo de cooperación que sólo preveía la entrada de personas de Unidas Podemos en el segundo y tercer nivel de la Administración se pasó a ofrecer la entrada en el Gobierno a independientes cercanos a ellos y después a miembros de la formación, especialistas en su materia, pero que no fueran de la cúpula dirigente. Iglesias lo rechazó también y planteó una consulta a la militancia, cuyo resultado se conocerá hoy, para que escojan entre Gobierno de coalición, en los términos que él exige, o Gobierno de cooperación. Esto dinamitó las conversaciones.

Y aunque Sánchez dijo a principios de esta semana que retiraba todas las propuestas que había hecho hoy ha manifestado que la única solución para un acuerdo con Unidas Podemos es que Iglesias aceptara la propuesta de ministros especialistas fuera de él y su círculo de confianza, compromisos programáticos y colaboración parlamentaria. Esta oferta a ministros «cualificados» de Unidas Podemos «sigue hasta la próxima semana». El pacto sería posible si se supera el «escollo» de la presencia de Iglesias en el gabinete. «Que dé un paso atrás», ha reiterado el presidente del Gobierno.

A pesar de esta propuesta, a la que se da una nueva oportunidad, siempre y cuando no esté Iglesias, Sánchez ha vuelto a pedir la abstención de PP y Ciudadanos porque si lo hacen la decisión del voto que adopten los independentistas no tendría ningún valor. Ha dado por hecho que JxCat votará que no la próxima semana a su investidura y que ERC y EH Billdu probablemente se abstendrán .Y ha revelado que, en sus conversaciones con Albert Rivera, le ofreció «negociar su abstención».

Después de que ayer los ex presidentes Felipe González y José María Aznar advirtieran de la «falta de centralidad» en la política española y textualmente el ex líder socialista reclamara a los políticos saber administrar los votos e ir al ‘rincón de pensar’ hasta lograr acuerdo, Sánchez ha tenido hoy respuesta para ambos. A González le ha replicado que «respetando su criterio y su opinión, me gustaría que dijese lo miso que en 2016, que se abstuvieran PP y Ciudadanos y facilitasen la formación de Gobierno». A Aznar le ha recordado que «si aboga por centralidad política, podría pedirle al señor Casado que se abstuviera».

 

 

 

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