Pedro Sánchez no logra marcar el ritmo del debate ni imponerse en economía y pactos
El presidente marcó una estrategia muy agresiva desde el principio pero perdió su principal oportunidad de la campaña
Pedro Sánchez llegó anoche a los estudios de Atresmedia dispuesto a llevar adelante una estrategia de debate agresiva incluso desde el calentamiento, valga el símil deportivo. Apareció después que Alberto Núñez Feijóo, como estaba establecido, y cuando un periodista del grupo que realizaba el debate le preguntó cómo lo afrontaba, aprovechó para lanzar su primer mensaje: «Esto se reduce a si queremos seguir avanzando como en estos cuatro años, o si retrocedemos en un túnel del tiempo».
Ya en el plató, y después de los saludos y posados protocolarios, y mientras Feijóo no se movía de su asiento, se levantó enseguida para caminar girando sobre sus pasos, mientras charlaba con su jefe de gabinete, Óscar López, que le acompañó hasta San Sebastián de los Reyes (Madrid) en el asiento de atrás del coche oficial que llegó desde La Moncloa.
Con corbata burdeos –la que suele elegir en ocasiones de importancia– trató de marcar el debate desde el primer momento, cuando con ironía agradeció a su rival que hubiera aceptado «un único debate» y cuando aseguró que el líder del Partido Popular (PP) y «Abascal [Santiago]», al que citó la primera de muchas veces, pretenden después de las elecciones generales del 23 de julio «dar un volantazo y de manera brusca derogarlo todo».