Pepe Mujica y el chavismo, tan lejos y tan cerca
Estuvo en la primera fila, encabezando el homenaje de presidentes latinoamericanos a quien en ese momento el discurso oficial llamó «El Gigante». Pepe Mujica con gafas oscuras de rigor no solo le rindió homenaje a Hugo Chávez, sino que de inmediato respaldo su «legado colosal», el cual quedaba oficialmente en manos de Nicolás Maduro, el heredero. Era marzo de 2013.
José «Pepe» Mujica era entonces presidente de Uruguay (2010-2015) y había dejado evidencia pública de su cercanía con Chávez. Estuvo en Caracas en enero de 2013, en unas largas semanas en las cuales el régimen venezolano aseguraba que Chávez estuvo vivo, pero en las cuales no hubo ninguna imagen para demostrarlo. La última aparición pública de Chávez fue el 8 de diciembre de 2012.
El 10 de enero de 2013, cuando reinaba la incertidumbre, y 60 días antes de que oficialmente se anunciara el fallecimiento del recién reelecto presidente venezolano, Mujica encabezaba un acto del chavismo para decir entre otras cosas que «si mañana Chávez no estuviese, unidad, paz y trabajo, queridos compañeros». Aquel acto de masas en las calles de Caracas lo encabezó Maduro y con su presencia el entonces jefe de Estado uruguayo avalaba la transición en marcha en Venezuela.
Es el mismo Pepe Mujica que hoy, en 2019, ante las preguntas periodísticas termina aceptando que «sí, es una dictadura» para referirse a lo que ya ha venido llamando «el régimen» de Maduro. El giro se ha producido sencillamente en las últimas semanas.
Dos analistas consultados por DIARIO DE CUBA coinciden en señalar el peso que ha tenido en la comunidad internacional el demoledor informe de Michelle Bachelet, en su condición de alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, junto al escenario netamente electoral que vive Uruguay, en donde habrá comicios presidenciales el venidero 27 de octubre.
Apenas en mayo de este año Mujica causaba polémica al decir que «no hay que ponerse delante de las tanquetas» para referirse a un duro caso de un manifestante venezolano atropellado por una tanqueta militar en medio de la represión de las protestas antigubernamentales.
En mayo de 2017, también en el marco de lo que la propia Bachelet describió como un crudo periodo de represión en su reciente informe, Mujica se fotografiaba junto al cubano Silvio Rodríguez para respaldar a Nicolás Maduro.
«Hay dos razones fundamentales para el cambio de Pepe Mujica en relación con Venezuela. Una razón muy evidente es que estamos en campaña electoral y el Frente Amplio está en una situación bastante complicada», asegura la experta en comunicación política y profesora de la Universidad de Navarra (España), Carmen Beatriz Fernández.
«El segundo elemento, y no menos importante es el informe de Bachelet. Este informe ha tenido un efecto demoledor en las izquierdas de América Latina, y particularmente en las izquierdas del Cono Sur: Chile, Argentina y Uruguay», recalca.
Por su parte, el consultor Federico Irazábal, desde Montevideo, afirma a DIARIO DE CUBA que «el tema de la crisis en Venezuela ha calado hondo en la opinión pública uruguaya, en parte por la fuerte presencia de emigrantes venezolanos que están en contacto permanente y cotidiano con la población».
A su juicio, para los partidos y voceros del Frente Amplio «se hace cada vez más difícil mantener la ficción de que en Venezuela reina la paz y la armonía, de que en Venezuela existe una democracia distinta».
El cambio en la vocería lo inició el ministro de Economía, Danilo Astori, quien abiertamente dijo que el régimen de Maduro es una dictadura, a fines de julio. Se sumó un pronunciamiento igualmente claro y crítico por parte del candidato presidencial del Frente Amplio, Daniel Martínez. «Sencillamente Mujica entendió el mensaje», precisa Irazábal.
Mujica señaló que había dictadura en Venezuela, pero lo hizo muy en su estilo, matizando bastante sus palabras: «En la situación que está no hay otra cosa que dictadura». Acto seguido matizó: «pero dictadura hay en Arabia Saudita con un rey absoluto, hay en Malasia donde matan 25 tipos por día y en la República Popular China, ¿qué me dicen?».
Para la experta Carmen Beatriz Fernández, el giro que ha dado la vocería del Frente Amplio en Uruguay puede relacionarse con que un escenario factible es que se vaya a una segunda vuelta en las elecciones presidenciales: «El Frente Amplio tendrá que moverse más hacia el centro, cuidándose de posiciones que puedan ser percibidas como extremistas por la opinión pública. Y el tema venezolano sin duda es uno de ellos».
En opinión de Irazábal, la estrategia política del Frente Amplio es neutralizar el tema de Venezuela y de los efectos del Gobierno de Maduro entre los venezolanos, para que no sea un asunto de discusión en la campaña.
«El Frente Amplio tratar de evitar que el tema venezolano sea un punto de discusión en la campaña. Al decir desde la izquierda que en Venezuela gobierna una dictadura, eliminan la posibilidad de un contraste, de una discusión en la campaña», precisa Irazábal desde Montevideo.
Un asunto que deberá estudiarse, no solo en el caso de Uruguay, sino en general de Sudamérica, está relacionado con el peso de la diáspora venezolana, según Fernández. La presencia masiva de venezolanos en muchos países, en contacto directo con la población, como lo señaló igualmente Irazábal, genera un impacto en la opinión pública en relación con la crisis venezolana y el régimen de Maduro.
Y esto ocurre más allá de que no sea un tópico central en la campaña. Según Irazábal, dependerá de la evolución de la crisis venezolana: «si durante la campaña uruguaya llegara a ocurrir un hecho notorio en Venezuela, relacionado por ejemplo con la represión, tendría impacto en Uruguay».
Más allá de las consideraciones generales, está el tema de Pepe Mujica y su particular vinculación con el chavismo. Tabaré Vásquez con dos períodos como presidente (2005-2010 y 2015-2020), por ejemplo, se cuidó de fotografiarse o de intervenir en actividades públicas para avalar a Chávez o Maduro. De hecho no visitó Venezuela. Todo lo contrario de la sobreexposición de Mujica junto al chavismo.