Pepu Hernández y las excentricidades del PSOE
Los socialistas han sido históricamente erráticos en Madrid. Ninguno de los grandes partidos renuncia a gobernar París, Londres o Nueva York como aquí parecen haber hecho PP y PSOE con Madrid
Pepu Hernández ganó nuestros corazones en 2006, no solo cuando llevó a la selección española de baloncesto a la victoria mundial, sino, además, cuando cargó con el secreto de la muerte de su padre en los momentos finales para no minar el ánimo del equipo. Un gran deportista, una gran persona, supimos. Pero eso no le convierte en buen político. Su elección como cabeza de lista del PSOE en el Ayuntamiento de Madrid, puesto por el que deberá competir en primarias, parece otra excentricidad en la línea errática que ha tenido históricamente el PSOE en la capital española.
Anne Hidalgo o Jacques Chirac se cuentan entre las grandes figuras de los principales partidos franceses al frente de París. Ken Livingstone, Boris Johnson o Sadiq Khan son los últimos alcaldes de Londres. Por no hablar de Rudy Giuliani, Michael Bloomberg o Bill de Blasio en Nueva York. Demócratas o republicanos en el caso de EE UU, laboristas o tories en Reino Unido, gaullistas o socialistas en Francia, ninguno de los grandes partidos ha renunciado como los españoles a ceder tan fácilmente las capitales. En Madrid, la última alcaldesa del PP de Madrid fue Ana Botella. Y el último candidato del PSOE fue Antonio Carmona. Sin comentarios.
El PSOE ha sido errático en Madrid a fuerza de disparar tiros al aire sin continuidad que además no han sido capaces de acertar en la diana. El resultado ha sido una constante disminución de votos: desde el 36,68% de Trinidad Jiménez en 2003 hasta el 31% de Miguel Sebastián en 2007, el 24% de Jaime Lissavetzky en 2011 y el 15,3% de Antonio Carmona en 2015, cuando el bipartidismo ya había saltado por los aires. Por fortuna para la izquierda, a esas elecciones ya había llegado Carmena, pero al frente de Ahora Madrid.
Hoy, el PSOE vuelve a tropezar con la misma piedra con una opción tan excéntrica como la elección de Ruth Beitia al frente del PP en Cantabria, ya corregida, o la de Javier Imbroda como cabeza de lista de Ciudadanos por Málaga. Menos mal que Pedro Sánchez ha sido jugador de baloncesto antes que fraile, y no cocinero.
Todos los partidos se apuntan a las excentricidades, vemos, pero solo el PSOE es quinto en intención de voto en la encuesta conocida esta semana en Madrid. Después de Ahora Madrid, Ciudadanos, PP y Vox. ¿No era para habérselo pensado mejor?