Perfil | Isabel Díaz Ayuso, una líder sin complejos y con ideas claras
Cuando quieren acabar contigo, puedes hundirte o hacerte aún más fuerte de lo que eres. La candidata del PP a la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso (Madrid, 1978) pertenece a ese segundo grupo de personas, las que se crecen cuando parece que todo está en su contra. Su prueba de fuego ha sido la gestión de la pandemia, pero -sobre todo- la decisión del Gobierno central de elegir a la presidenta de Madrid como su oposición y creer que una moción de censura la daría pronto por amortizada. En vez de moción va a haber urnas este 4 de mayo y el resultado demostrará quién ha ganado esa batalla.
Más allá de lo que dicte el 4-M, todos coinciden en que Ayuso, en vez de replegarse ante la ofensiva que se le dirigió entre la primavera y el otoño de 2020, se creció. Y el resultado es que tanto por méritos propios como por errores de sus adversarios, la ahora candidata a la presidencia de Madrid se ha convertido en solo dos años en una de las figuras políticas más conocidas de todo el país.
Optó por hablar en todo momento claro y dirigirse a la ciudadanía de forma bastante directa, sin esconder ni las muertes ni los efectos económicos de la crisis
Ese grado de conocimiento parece acompañado, además, del apoyo de una parte significativa de la sociedad, lo que no siempre sucede. En mayo de 2019, el PP se quedó segundo en las elecciones de Madrid y vio cómo Ciudadanos casi le alcanzó en votos. Este 2021, todas las encuestas sitúan la lista de Isabel Díaz Ayuso en el primer puesto y podría multiplicar por diez la diferencia que le separaba de Ciudadanos.
¿Qué ha pasado en estos dos años para que se produzca este vuelco? Pues una pandemia que ha cambiado la percepción de la sociedad sobre sus instituciones y una forma diferente de gestionar un gobierno de coalición. Por ejemplo, desde el principio de la pandemia optó por hablar en todo momento claro y dirigirse a la ciudadanía de forma bastante directa, sin esconder ni las muertes ni los efectos económicos de la crisis. Además, decidió no rehuir el debate con el Gobierno central. Y, también como hecho diferencial, no escondió que su pacto de gobierno con Ciudadanos era exclusivamente porque la suma no daba otras opciones y que, lejos de llevarse bien con su vicepresidente, la relación era manifiestamente mala.
Esa autenticidad y el carácter mostrado parece haberle funcionado bien en su conexión con la gente
Esa trasparencia en política tiene muchos riesgos, pero a Ayuso, esa autenticidad y el carácter mostrado parece haberle funcionado bien en su conexión con la gente. Entre otras consecuencias, ha supuesto por ejemplo que sus actos electorales en municipios tan dispares como Parla o Pozuelo terminen igual, con una multitud de personas intentando saludarla y buscando una foto con ella. En Pozuelo ya la recibían bien en 2019, pero no en los grandes municipios del Sur. Ese es el efecto Ayuso.